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Juan Pablo Nguema: "Donde hay amor, no hay sitio para el racismo"

El activista de la solidaridad es el organizador del Mundialito de la Integración 2024 de Zaragoza.

A Juan Pablo Nguema siempre le sobran motivos para sonreír.
A Juan Pablo Nguema siempre le sobran motivos para sonreír.
José Miguel Marco | Jose Miguel Marco

Además de la Eurocopa de Alemania, este año tenemos en Zaragoza el Mundialito de la Integración. Se disputará desde el 15 de junio al 13 de julio. Su organizador es el activista de la solidaridad Juan Pablo Nguema.

Antes de nada, me gustaría hacer una precisión.

Por favor, señor Nguema.

El Mundialito se juega este año y se ha jugado todos los años.

¿Por qué no se disputa cada cuatro años, como los Mundiales o las Olimpiadas?

Es necesario que se juegue cada año porque el deporte y la cultura unen a los pueblos. El torneo no se llama solo Mundialito, sino Mundialito de la Integración. La integración comienza con uno mismo, y la aceptas cuando convives con otras culturas. Conocer otros países nos abre la mente y nos recuerda que los seres humanos estamos hechos de sueños. Tal vez sea utópico lo que digo…

Quizá...

Queremos unir a las diferentes nacionalidades y culturas residentes en Aragón en torno a un balón. Antes, personas de un país no hablaban con las de otro país. El Mundialito ha conseguido que cuando se cruzan, se saluden, porque tras años conviviendo, han comprendido que esas otras culturas deben ser respetadas.

Este año participarán 15 países en el evento.

Así es: Guinea Ecuatorial, Mali, Senegal, Cabo Verde, Marruecos, Ghana, Nicaragua, Ecuador, Colombia, Brasil, Argentina, Gambia, Perú, Costa Rica y España.

En su relación, mezcla países africanos con hispanoamericanos, además de España. La mixtura es interesantísima.

Lo he hecho conscientemente: hay que unir a las personas. Además, también se disputarán torneos de veteranos, sub 18 y sub 12. Los partidos se jugarán en los campos municipales de Delicias y del Parque Oliver, que es donde juega el Escalerillas.

Incluso van a realizar un sorteo por todo lo alto.

Será este sábado, día 8, en la plaza del Pilar. Antes, haremos un desfile con personas de todos los países. Quiero agradecer el apoyo de la concejala de Acción Social, María Ángeles Orós, y de todos los partidos del Ayuntamiento. También agradezco a la empresa Ecoadvance su respaldo, y a Jesús Fernández de Wanapix.

¿Entiende que haya gente que no le entienda?

No entiendo ese trabalenguas…

Que quizá haya gente que no entienda esta iniciativa…

No solo creo, sino que estoy seguro de que las personas con corazón nos entienden. Y solo con pensar un poco, también nos entenderán todos. Es tan sencillo como decir que donde hay amor, no hay sitio para el racismo. Nosotros lo queremos desarrollar con una herramienta tan bonita como el fútbol.

No seré yo quien diga que no…

Yo vine a España en 2004 porque quería ser futbolista. Me vine a Zaragoza porque aquí vivía mi hermana Guadalupe. Mi primer equipo fue el Ebro con Jesús Navarro. Yo era un chaval muy joven. Pensaba que era Cristiano Ronaldo y me fui al Arenas de José Luis Martín Conde.

Tremendo, Martín Conde.

Fue una experiencia única.

No hace falta que lo jure, no…

Jugaba de lateral derecho.

¿Jugaba todavía en el Arenas Mohamed Ndiaye, después árbitro de categoría nacional?

No, se había marchado ya. Yo quería crecer como jugador, y me marché al filial del Logroñés, consiguiendo el ascenso a categoría nacional. Vine a Zaragoza y fiché por el Giner con Galindo y ascendimos a Tercera, en el Tarazona cuando jugaba Aniceto. Después pasé por el Montecarlo con Cucalón, hasta regresar al Arenas con mi amigo Martín Conde.

Una noche, hace ya algunos años, antes de que se me estropeara la tele, le vi en el Chiringuito de Pedrerol, allí contando sus historias y cantando sus canciones.

Tengo buenos amigos allí, como Tomás Roncero o Pipi Estrada. Josep Pedrerol también se porta sensacional.

¿Cómo le ha dado por cantar?

Resulta que me encontré una guitarra en la calle. La faltaba alguna cuerda al instrumento…

No cabe mayor sinceridad.

Para qué voy a mentir.

Ciertamente cierto.

Cogí la guitarra y me puse a componer canciones. Así nacieron ‘Somos familia’, ‘Cocoricocó, el gallo cantó’, ‘De corazón, te pido perdón’, ‘Somos hermanos’ y la última, que se llama ‘Búfalo de Dios’.

Reconozco que alguna hasta la he tarareado yo.

¿Sí...? ¡Ja, ja, ja! Son canciones contra el racismo, en defensa de la unidad de los pueblos, de la unidad entre familias, entre hermanos. Usted me entiende…

Yo siempre le entendí, amigo.

Muchas gracias por su tiempo y por su apoyo.

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