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Antonio Hidalgo continuará al frente del banquillo de la SD Huesca

Gracias a una cláusula incluida en su contrato que exigía lograr la salvación, el actual técnico dirigirá al cuadro azulgrana durante, al menos, una temporada más.

Antonio Hidalgo, sonriente antes de comenzar el Huesca-Racing.
Antonio Hidalgo esboza una sonrisa antes de comenzar el Huesca-Racing.
Verónica Lacasa

Antonio Hidalgo será entrenador de la SD Huesca la próxima temporada gracias a una cláusula incluida en su contrato con el club oscense, que abría la posibilidad de la continuidad si se lograba el objetivo de la permanencia. Así pues, la victoria en Cartagena (0-2), que selló finalmente la salvación, se tradujo en la continuidad del técnico catalán en el banquillo del Huesca, al que no iba a decirle que no después de tener la oportunidad de dirigir a un equipo en el fútbol profesional tres años después.

Fue el mismo Hidalgo quien asumió los 60.000 euros de cláusula para poder abandonar el Sevilla Atlético en octubre y llegar al rescate de la Sociedad Deportiva. A pesar de proceder de un conjunto de la Segunda Federación, el preparador pudo adherirse como primer entrenador del cuadro aragonés ya que entrenaba a un conjunto filial. El club oscense le ofreció la oportunidad en relevo de Cuco Ziganda, con el que el equipo solamente logró siete puntos en los primeros diez compromisos ligueros. Y lo peor de todo, un grupo que no levantaba cabeza y que se veía abocado al descenso ya desde el inicio de la competición.

Esta vez le salió cara, pero Hidalgo es un tipo que ya sabe lo que es descender a 1ª RFEF. Intentó salvar al Sabadell de la caída a los infiernos en la temporada 2020-21, pero en el último encuentro, a pesar de haberlo ganado, se le escapó. La cifra de 46 unidades no fue suficiente para permanecer en Segunda División en la que fue su primera aventura como técnico en el fútbol profesional. Sin pasar por alto que, un año antes, había sido el encargado de devolver al conjunto catalán a la división de plata.

Nueve meses de demostración

En Huesca, después de haber cosechado 41 puntos en 31 partidos -además de las victorias coperas en Águilas (0-1) y en Antequera (0-2)- y haber sellado el objetivo de la permanencia de su mano, ha aceptado la ampliación inmediata de su contrato por una campaña más. Una decisión que, sobre el papel, se perfila como la mejor para ambas partes: un competente de pies a cabeza que continúa consolidándose como técnico en el fútbol profesional, y un club que retiene a una figura, valor y activo que muy difícilmente vaya a encontrar en otros rincones. Su alma, corazón, ganas, rasmia y confianza en el trabajo desde su llegada han hecho posible su conexión con los jugadores para transmitirles toda la intensidad y pasión.

Además de que les carga con la obligación de transitar por el camino de la meritocracia si, con él, quieren tener la oportunidad de ser protagonistas. Y eso es lo mejor para la competencia dentro del equipo y la elevación del nivel del mismo. En definitiva, un buen hombre que, pese a llegar a la SD Huesca una vez empezada la temporada, parece llevar su vida entera en el Alto Aragón. De esta manera expiran todos los rumores que, hasta hace apenas un mes, desvelaban como opciones para el curso que viene la incorporación del técnico catalán a banquillos como el del Tenerife o el del Valladolid -este último con mayor resonancia-.

No fue sencillo el comienzo como entrenador azulgrana para el de Granollers, que debió esperar hasta su cuarto encuentro para saborear la victoria (0-1 en Amorebieta). Se trataba del inicio de la ‘era Hidalgo’, que había irrumpido en el equipo para recuperar el carácter y la identidad sobre el terreno de juego, y que se había esfumado paulatinamente ya desde temporadas atrás. La victoria en Lezama precedió al valioso empate ante el Espanyol en El Alcoraz (1-1) y el asalto a La Romareda (0-2). Era la confirmación definitiva de que el viaje de la SD Huesca con Hidalgo había tomado la velocidad de crucero con destino a la permanencia.

Desde su llegada, los rasgos distintivos que han brotado del equipo -la evidente firmeza defensiva o la solidez como bloque- han repercutido en una evidente mejora de los números. Es el equipo que más partidos ha finalizado sin recibir gol (17), y, junto al Leganés, es el cuadro que menos goles ha encajado (22). La condición de visitante -segundo mejor equipo- ha compensado con creces el escaso rendimiento que ha dado de sí El Alcoraz.

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