balonmano
Túnez, un rival trampa para los Hispanos
La selección debe ganar este martes en el Mundial para asegurar la primera posición, pero los norteafricanos tienen opciones de pasar de fase si vencen.
Para el seguidor ocasional del balonmano, es probable que Túnez suene a equipo menor, a combinado africano con limitaciones técnicas y tácticas. Pues no. El que así lo vea, que olvide ese pensamiento. Quienes siguen de cerca este deporte son muy conscientes de que los tunecinos llevan muchos años de permanente y perenne crecimiento. Desde que se concentraran en aplicar la metodología francesa desde la base, Túnez ha empezado a plantarle cara a cualquier equipo que se le ponga enfrente. Polonia sufrió lo indecible para superarlos por dos goles y Brasil -que fue mejor que España en el partido inaugural del Mundial-, pudo empatarles cuando el reloj apuraba los últimos segundos. Y casi pierde en la última jugada.
Túnez no es un equipo cualquiera. No. Posee más o menos el mismo lanzamiento exterior que España, sabe correr el contraataque como los balcánicos y defiende con la contundencia nórdica, en un 6-0 muy profundo para compensar una cierta falta de kilos y altura en el muro defensivo. ¿Dónde están, entonces, sus puntos débiles? La portería y la dirección de juego son muy irregulares y los extremos bajan algo el nivel de la primera línea, pero, quizá, lo peor está en que pierden concentración con demasiada facilidad, y esas ausencias les vuelven muy vulnerables.
Aguerrida, peleona, inquebrantable en su moral, Túnez ha conformado un grupo de jugadores muy homogéneo, en el que destacan Anouar Ben Abdallah, el lateral derecho del Tratan Presov esloveno, su compañero Jihed Jaballah, pivote, y el central Mohamed Soussi, que milita en el Tremblay francés, de la segunda división gala. Ellos tres forman la columna vertebral del equipo. Son los tres únicos que militan en un club europeo, aunque también hay que fijarse en Ousama Jazziri, extremo izquierdo del club egipcio Al Ali Sports.
En ataque utilizan constantemente los puntos de apoyo para crear superioridades, pero encuentran dificultades cuando la defensa se asienta bien y les cierra los huecos hacia el pivote. A pesar de ello, cuentan con buenos fintadores y juegan de manera más que aceptable las situaciones de dos contra dos, en especial si anda el pivote por la zona.
España es, sobre el papel, superior a los tunecinos. Pero no tanto como el palmarés de unos y otros pudiera explicar. Para derrotar a los africanos los Hispanos no solo deberán mantener el tono en defensa para permitir los contraataques. También deberán saber gestionar los momentos de sequía goleadora, un aspecto del juego que se da siempre con la selección española.
