Discurso de la presidenta editora de HERALDO, Pilar de Yarza

Presidente de la DGA, autoridades, señoras y señores, amigos.

Muchas gracias, un año más, por su compañía en esta noche en que celebramos otro aniversario y este es el 120. Mi felicitación a los galardonados con los Premios Heraldo de esta edición: Ana Pastor, excelente profesional, periodista valiente y rigurosa que se une a los sobresalientes nombres del Premio Antonio Mompeón Motos de Periodismo. Y a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, nuestra querida ‘Económica’, brillante ejemplo de los logros sociales que reconoce el Premio a los Valores Humanos.


En este 120 cumpleaños, mis sentimientos se acumulan y siento, entre otros, emoción, cariño y gratitud a todos los que han pasado por esta Casa a lo largo de tantos años.


Estos meses, estos días, han sido también de recuerdos. Nací con el ruido de la rotativa Marinoni instalada en Independencia. Mi padre siendo niña me bajaba, como a mis hermanos, a talleres, donde disfrutaba asombrada viendo como los linotipistas, sin mirar, iban cogiendo las matrices y componiendo las palabras y frases a toda velocidad, para pasar la página una vez terminada al plomo.


Como tantos aragoneses, aprendí a leer con el HERALDO. Crecí con el olor a tinta y oyendo ese ruido tan especial de la rotativa. ¡Cómo lo echamos de menos cuando salió de Independencia para trasladarse a la calle Numancia! Era 1967.


Todo en la vida evoluciona conforme pasan los años. Y HERALDO fue adaptándose a los nuevos tiempos. La zona de fundición desapareció, como también los correctores. Las tejas de plomo pasaron de ser cartones a ser polímeros. La impresión era en tinta negra y ahora es en color, ya no se controla manualmente sino automáticamente gracias a los trabajos de investigación de nuestra gente. Hoy ya no existen ni el plomo, ni los cartones, ni los polímeros... aunque de cada etapa queda testimonio en el museo que albergan estas instalaciones de Villanueva.


Hay muchas cosas que decir en un aniversario como este. Pero tengo la suerte de que una sola palabra las resume, y esa palabra es gracias. Quiero decir gracias por todos los días en los que HERALDO ha salido al encuentro con sus lectores. Son miles de periódicos, de historias, de dificultades... y, sobre todo, de compensaciones. En HERALDO está escrita día a día la vida de Zaragoza y de Aragón, de España y del mundo. Siempre con el objetivo de defender los intereses de Aragón, con rigor informativo, junto con la independencia empresarial y la constante mejora profesional y técnica.


Señoras y señores, amigos:

En esta andadura ha habido tiempos muy complicados. Sufrimos las consecuencias de dos guerras mundiales y unos años convulsos que culminaron en una trágica guerra civil. Sufrimos huelgas generales que nos llevaron a no poder informar, afortunadamente durante pocos días. Vino la censura durante años... Pero, con tesón, mucho esfuerzo y buen hacer seguimos adelante. En las últimas décadas, HERALDO ha podido dar fe de la evolución de España durante el periodo más largo de prosperidad y democracia que ha vivido nuestro país en su historia y en la larga vida del diario. HERALDO está comprometido firmemente con los valores de democracia, cohesión territorial y social, y con la unidad de España que consagra nuestra Constitución.


De ahí que veamos con gran preocupación la irresponsable aventura independentista a la que Artur Mas y sus acólitos están llevando a Cataluña. A Aragón, origen de la brillante etapa histórica que significó la Corona de Aragón, conciernen especialmente las consecuencias indeseables que tendría una segregación tan traumática como lesiva.


Recientemente hemos tenido oportunidad de recordar la figura del Rey Fernando de Aragón, que se titulaba ‘rey de las Españas’, ‘Hispaniarum rex’, pero hablaba de la "Corona de España" en singular.


Desde HERALDO, hemos defendido y seguiremos defendiendo los claros preceptos de la Constitución española: "La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado". Y: "La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".


Asimismo, hemos alentado, y seguiremos alentando, todos los esfuerzos, legales y políticos, para que sea devuelto a Aragón el patrimonio expoliado. Sabemos que el derecho, que es ‘el ser de Aragón’, es la norma básica de la convivencia. Y no cejaremos hasta que se aplique la legalidad en todos los ámbitos de los que el nacionalismo excluyente quiere apartarla, desde los bienes al Patronato del Archivo de la Corona de Aragón. Nuestro diario, en este asunto, como en otros de capital importancia, ha sido independiente, pero no neutral. A veces a un alto precio, pero siempre con el aliento de los lectores y de la sociedad aragonesa. HERALDO ha estado, está y estará del lado de una idea de España cohesionada y solidaria, libre de sectarismos y de rivalidades, con firmes raíces en un intenso pasado común y embarcada en la singladura europea hacia el futuro.


El momento, señoras y señores, no es fácil. La crisis económica es también de valores. Y los fanatismos que encienden la guerra y confrontan a Europa, a España y Aragón con el drama de los refugiados, dibujan un paisaje de in certidumbres. La condena de ciertas y censurables formas de hacer política no debe convertirse en una desafección generalizada hacia nuestro valioso sistema democrático.


Pero si algo enseña la rica hemeroteca del HERALDO es que el tesón de la sociedad, la unidad y la responsabilidad, han superado los peores momentos. Con mucho esfuerzo, Aragón y España empiezan a dar síntomas de recuperación tras duros años de crisis. Asentar estos indicios requiere responsabilidad política y cohesión social, aconseja huir de sectarismos excluyentes y trabajar en la misma dirección.


La Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País y su lema "Florece fomentando", es un ejemplo de este espíritu. Ibercaja es la más destacada hija de los principios de la Económica. Quiero hoy citar especialmente a Víctor Iglesias, consejero de HERALDO en representación de la entidad durante los últimos diez años. Le deseamos lo mejor en su responsabilidad como máximo responsable ejecutivo de Ibercaja y le expresamos nuestro agradecimiento, como al resto de consejeros que nos han acompañado.


Seguramente, esta ha sido la fórmula que nos ha traído hasta aquí: la del compromiso, la voluntad de mejorar la vida de Aragón y de los aragoneses, de impulsar sus realizaciones en todos los ámbitos. Las páginas de HERALDO son el testimonio del talento que ha hecho progresar a nuestra comunidad y a España. HERALDO no se entendería sin sus ‘campañas’ a favor de los intereses de la comunidad; ni Aragón sería el mismo sin esas movilizaciones populares en las que el diario y el sentir de los aragoneses van al unísono.


En estos 120 años, HERALDO ha recogido esos avances y ha querido ser también motor de progreso. Lo mismo que una larga lista de empresas familiares con solera, como Saica, Pikolín, La Zaragozana, entre otras. Representan el compromiso con la sociedad, generan empleo y merecen el apoyo de los poderes públicos en forma, por ejemplo, de una fiscalidad que reconozca su fundamental aportación a la creación de riqueza. También creemos firmemente que la comunidad necesita liderazgo, una valentía responsable y una fuerte capacidad de innovación. De ahí nuestra disposición a estar presentes en los proyectos que requieren compromiso y dedicación social y empresarial.


HERALDO es el buque insignia de un potente Grupo de comunicación, uno de los principales de España. Inmerso en un apasionante proceso de transformación digital, volcado en el sector audiovisual; y, por supuesto, fiel a su negocio básico de impresión y distribución.


Este año 2015, en el que se ha reforzado el equipo directivo con la incorporación de Carlos Núñez como director general del Grupo, ha sido especialmente importante. La adquisición del diario ‘20 Minutos’, la segunda web de noticias a nivel mundial en castellano, y la alianza de Hiberus con Amadeus, que potencia la especialización en soluciones tecnológicas y en contenidos de servicios, han sido hechos muy relevantes. De esta manera, HERALDO confirma su vocación por adaptarse a los nuevos lenguajes y canales de comunicación. Y consolida la fortaleza y solidez del Grupo.


La lista de agradecimientos por esta fecunda trayectoria es muy larga e incluye a todas las personas de esa cadena que ha traído a HERALDO desde ese 20 de septiembre de 1895 hasta esta noche.


A los trabajadores de talleres y los encargados de la rotativa, los responsables de cierre, a los distribuidores, repartidores y vendedores; a la redacción, periodistas, fotógrafos, diseñadores, dibujantes; a las encargadas de secretaría y centralita; a quienes velan por el mantenimiento, el orden y la limpieza; a los responsables de los servicios técnicos e informáticos; a los corresponsales y colaboradores, los maquinistas; a los anunciantes y los responsables de los puntos de venta, y al equipo directivo, con destacados profesionales.


Y, por supuesto, a todos nuestros lectores, que nos motivan y nos ayudan. Sin ellos no habríamos hecho este largo camino en el que todavía nos sentimos jóvenes.


Mi profundo y sincero agradecimiento también a las personas de mi familia, que nos han sabido inculcar la honradez, la responsabilidad y el amor a HERALDO, haciendo de él un gran medio de referencia y motor de un gran grupo de comunicación. Mi familia ha estado vinculada a HERALDO durante los tres siglos de historia que abarca.


Quiero especialmente recordar a mis abuelos, Antonio Mompeón Motos, ejemplo e inspiración para todos nosotros, y Josefina de Nó, que encarnó la fuerza de la mujer aragonesa. A mis padres Fernando y Pilita, con la imagen de mi padre desdoblándose en su profesión de médico y en su infatigable dedicación a HERALDO; y con el recuerdo de mi madre, apoyo constante de su padre y del nuestro, poniendo en marcha la actual rotativa Koenig-Bauer en esta planta de impresión de Villanueva de Gállego. Gracias a mis hermanos, Antonio, del que tanto aprendí, y Fernando, mi compañero en estos últimos quince apasionantes años.


A mis sobrinos, Paloma, Fernando e Íñigo, dedicados totalmente a la dirección y gestión del Grupo Heraldo. Son una nueva generación, la quinta de la familia, que sigue creyendo que el oficio de editor es uno de los más bellos del mundo. Que miran al futuro con valentía, profesionalidad y esperanza, como han hecho todos los que nos han precedido.


No quiero terminar sin volver a dar mi enhorabuena a los premiados. A Ana Pastor, que representa el periodismo comprometido, esencia de esta profesión. Y a la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, que encarna los valores de la ilustración y el progreso, sin la cual no se entenderían Aragón y España tal como son en la actualidad.


Ellos simbolizan la responsabilidad, la valentía y el tesón que quiero pedir hoy a los responsables que corresponda, y a la sociedad en general, para recuperar los valores perdidos.


De nuevo y a todos, gracias de corazón.