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Posturas enconadas en La Almunia por la instalación de la planta de biogás del polígono La Cuesta

La empresa promotora, Belenergia, sostiene que el proyecto no generará olores, pero vecinos y empresarios muestran sus reparos y piden otra ubicación.

Distribución de la planta en la ampliación que se realizaría en el polígono La Cuesta I de La Almunia
Distribución de la planta en la ampliación que se realizaría en el polígono La Cuesta I de La Almunia.
Heraldo

La instalación de la planta de biogás que promueve el grupo multinacional Belenergia en el polígono La Cuesta de La Almunia cuenta con dos posturas que siguen enconadas. Es lo que se trasluce de la charla informativa que se desarrolló este pasado martes por la tarde en el cine salón Blanco, donde participaron representantes del Ayuntamiento, de la empresa impulsora y decenas de empresarios, así como vecinos a título particular. El proyecto, que se alimentará de residuos de gallina y que está en el trámite de impacto ambiental, tiene previsto ubicarse en una ampliación de la zona industrial que el Consistorio de la cabecera de Valdejalón sacó a licitación en 2023.

Así, de una parte, desde la Asociación de Empresas del Polígono, su portavoz, José Luis Herrero, remarcaba que "el pueblo, en general, sigue preocupado por los efectos que pueda tener". En este sentido, expresaba que las reticencias se dan tanto desde las compañías ya instaladas, por los efectos que pueda tener sobre su propia actividad, como por los vecinos. "Los malos olores pueden afectar a productos agrícolas y textiles y provocar una mala imagen", insistía, remarcando que el complejo estará "a poco más de 40 metros" y que su superficie "contrasta con que esta zona se presentase para pequeñas empresas".

A su vez, Herrero insiste en otro argumento: "Sabemos que el tema de los purines y los residuos de las granjas son un problema y que hay que hacer algo y no estamos en contra de que la planta se haga". Y en este punto incluye un matiz, remarcando que "la planta sí, pero la ubicación no es la más adecuada". Desde que a finales de mayo hicieran público su desacuerdo, han realizado una recogida de firmas entre los vecinos y aseguran que "ya hay más de 1.700 firmas que piden que se cambie de sitio".

Desde la empresa promotora se apuntó que el tratamiento de las 90.000 toneladas anuales se realiza de forma y manera que no hay repercusión en el entorno en cuanto a olores, principalmente. "La tecnología que se va a utilizar consigue que las partículas que pueda haber estén por debajo del umbral, no se va a notar nada", puntualizaban. Sobre las dudas acerca del mantenimiento o del cumplimiento de la normativa ambiental, fuentes de la compañía insistían que son los "principales interesados en cumplir todos los requisitos".

También incidían en que el proyecto está en plena tramitación de impacto ambiental ante el Instituto Aragonés de Gestión Ambiental, dependiente de la DGA, y que será este organismo quien estudie la propuesta, las alegaciones recibidas y formule un dictamen, así como posibles medidas adicionales para que la planta vea la luz. "Esta instalación viene para mitigar un problema, el de los residuos, que ya existe", indicaba

Asistentes al encuentro como Pablo Soria, de la plataforma Stop Planta Biogás, hacen hincapié en que la charla les dejo en el mismo punto. "La gente no salió nada contenta, porque vinieron a vender bondades y hay miedo a los efectos negativos", apunta. Así, remarcaba que "no se respondieron cuestiones básicas, como qué radio tendría una posible explosión o la capacidad de los depósitos" y lamentaba que "en todos sitios hay problemas con los olores".

Desde la empresa se desmarcan de esas instalaciones al no estar impulsadas por ellos y sentencian que "se puede entender el miedo a lo nuevo, pero los miedos y reticencias transmitidos son infundados".

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