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La solvencia de La Nueva Romareda da margen a Ibercaja para definir "sin prisa" su implicación

Aunque adoptará la decisión este año, estima que no es urgente ya que la sociedad que impulsa el campo del Real Zaragoza está "bien capitalizada"

Recreación de la nueva Romareda.
Recreación de la nueva Romareda.
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Ibercaja no espera que la nueva Romareda sea rentable, pero sí que sea "viable y sostenible a medio y largo plazo". Lo dijo en abril Víctor Iglesias, su consejero delegado, quien recordó que el banco siempre tiene la voluntad de involucrarse en iniciativas que sean estratégicas para Aragón, y que "ésta lo es". Otra cosa es la fórmula a utilizar y los plazos.

Desde la entidad financiera confirmaron ayer a HERALDO que "tienen la voluntad de seguir analizando y evaluando las alternativas", si bien quieren hacerlo "sin prisas". "No hay una urgencia temporal pues la sociedad está bien capitalizada y tiene resueltas las necesidades de tesorería para los próximos trimestres", señalan. Su intención es dar a conocer su decisión antes de que finalice el año.

El inicio el lunes del derribo de la vieja Romareda marca un punto de no retorno en el proyecto. A la quinta y tras 23 años de rifirrafes políticos, se activa la construcción de un estadio que costará 151 millones de euros (sin IVA), y que se impulsa desde la sociedad La Nueva Romareda SL, integrada por el Ayuntamiento de Zaragoza, el Gobierno de Aragón y el club.

Tres son las vías que tendría Ibercaja para sumarse al proyecto: convertirse en el cuarto socio, completar la financiación pendiente con un préstamo y los diferentes patrocinios posibles, desde el naming rights (el nombre del estadio) a la organización de eventos.

Son múltiples y variadas las fórmulas que otras entidades financieras han utilizado para apoyar a los clubes de sus territorios. Abanca, en Galicia, patrocina el nombre de Riazor y Balaídos, los estadios del Deportivo de La Coruña y el Celta de Vigo. KutxaBank entró primero en capital y tuvo retornos de patrocinio.

Todas las posibilidades están abiertas, a la espera de que se concrete cómo se repartirán los ingresos y cómo repercutirá el Real Zaragoza en la sociedad parte de los ‘ingresos extra’ por conciertos, eventos empresariales y deportivos y patrocinios. Porque nada tendrá que ver la vieja Romareda con la nueva. El club podría percibir al año por todos estos conceptos 4,8 millones.

Desde el Gobierno de Aragón y el Ayuntamiento de Zaragoza esperan que la entidad financiera se decida. Hasta ahora, la sociedad solo ha pagado el IVA del derecho de superficie, cinco millones cuya devolución han reclamado al Estado, y a corto plazo deberán abonar los 3,1 millones que cuesta la primera fase de las obras de derribo. Han de afrontar, también, el coste de los estudios y el sueldo del gerente. El mayor desembolso de la operación llegará en un par de años.

Así que tampoco tienen prisa y dan su tiempo para que Ibercaja analice la implicación que quiere tener. La licitación es su prioridad en estos momentos.

Implicarse en la construcción de un estadio de fútbol de 151 millones es una operación que no está exenta de riesgos. El importe obliga a reforzar los controles para impedir que se desvíen los gastos.

El control de los costes

A evitarlo contribuirá la fórmula de licitación por costes objetivos, que buscará blindar la construcción de cualquier imprevisto. El perfil del gerente de la sociedad, Martín Fuica, un ingeniero industrial con una dilatada experiencia en gestión de riesgos, dirección de proyectos y control económico y financiero, también da tranquilidad. Desde el punto de vista operativo, la reducción de plazos, que se conseguirá con estadio portátil en el Parking Norte, limitará el riesgo de una subida de los salarios y de los materiales.

Si el coste actual se disparara un 20%, implicaría un gasto extra de 30 millones, una cantidad que podría tensar las cuentas.

El objetivo que busca Ibercaja es alcanzar una intersección óptima de todos los que están interesados en que Zaragoza tenga un estadio nuevo. Es preciso conocer, en este caso, cómo se reparten las cargas económicas y cómo se afronta el reparto de ingresos.

Solo en venta de entradas, la mejora para el club será notable al disponer de 10.000 butacas más. El rendimiento los días de partido recaerá de forma íntegra en el Real Zaragoza, para el resto aún hay algún fleco por cerrar. La explotación del hospitality, los ‘extras’ para VIP y las 600 butacas del ‘pitch club’, la zona premium junto al campo, también incrementarán sus ingresos. Son cuestiones a tener en cuenta a la hora de definir el canon que pagará a la sociedad La Nueva Romareda para alcanzar lo antes posible la rentabilidad.

Tampoco se ha concretado aún a qué se destinarán los 20.000 metros cuadrados que irán destinados a usos terciarios. Los estudios de mercado será los que definan si se incorpora un hotel, un coliving, comercio o restauración, todo en función del uso que aporte una mayor rentabilidad. Los ingresos de la nueva Romareda se han calculado con el equipo el Segunda División, de manera que, si ascendiera, las cifras serían aún más elevadas. En alguna cuestión concreta, como en el patrocinio del nombre, la diferencia es notable. Si se queda donde está, el coste rondaría 1,1 millones de anuales; si subiera, se llegaría a duplicar.

Para la entidad financiera aragonesa lo que prima ahora es la prudencia. Con el proyecto de la nueva Romareda lanzado y con fondos propios suficientes para afrontarlo, tiene tiempo para decidir si se convierte en el cuarto socio, colabora en la financiación de las obras o si apoya el proyecto con algún patrocinio especial.

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