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Evacuada dos veces en tres días: "Estaba en el incendio del Caracol y en Zuera Sound. ¡Cosas que pasan!"

Jesica Chimborazo, vecina de Zaragoza, vivió la semana pasada dos episodios para para olvidar. “Afortunadamente, no ocurrió nada grave”.

Jesica Chimborazo, en el centro comercial Caracol de Zaragoza.
Jesica Chimborazo, en el centro comercial Caracol de Zaragoza.
Camino Ivars

“Intensa, dramática, pero al final no ocurrió nada grave”. Así resume Jesica Chimborazo (25), esta vecina de Zaragoza natural de Ecuador lo que vivió en primera persona la semana pasada en la capital aragonesa. Y es que, sin querer, formó parte de dos de los sucesos más sonados en las principales cabeceras: el incendio del Centro Comercial El Caracol y la evacuación del festival Zuera Sound. “Cosas que pasan”, afirma, sarcástica.

Todo comenzó el pasado miércoles, 19 de junio, por la tarde cuando se encontraba en su lugar de trabajo, en el restaurante Gavilla, ubicado en el Caracol, donde lleva más de un año y medio como camarera. Esa misma tarde, un incendio declarado en la tienda de Solmanía, dedicada a servicios de bronceado, belleza y cuidado personal, obligaba a desalojar por completo el centro comercial sobre las 19.45.

“Ocurrió todo muy rápido. Cuando salí a la terraza vi al conserje corriendo de un lado para otro, pero no le di importancia”, admite. Fue al acceder de nuevo al interior del establecimiento cuando vio que comenzaban a salir grandes bocanadas de humo. “Lo que más me sorprendió fue la calma de la gente. Una clienta me preguntó si se podía terminar su café antes de marchar y muchas personas entraban de nuevo para ver qué estaba pasando”, rememora. El centro de bronceado,  además, se encuentra justo enfrente de la cafetería, en el lado opuesto de la galería.

Jesica Chimborazo, en el centro comercial Caracol de Zaragoza.
Jesica Chimborazo, en el centro comercial Caracol de Zaragoza.
Camino Ivars

Finalmente, la Policía Local y los Bomberos precintaron todos los accesos e invitaron a trabajadores y clientes que se encontraban en la zona a abandonar el lugar. “Estuvimos en la calle unos 20 minutos aproximadamente. Cuando ya se fue el humo y todo estaba controlado nos dejaron volver a entrar a recoger y cerrar y nos fuimos a casa. Creo que ha sido el cierre más rápido de nuestras vidas”, afirma, entre risas.

Afortunadamente no pasó nada grave y todo quedó en una anécdota. Lo que la joven no podía imaginar es que en menos de tres días iba a vivir otra evacuación, esta vez en un contexto bien distinto. “Una amiga me convenció de acercarnos el fin de semana al festival Zuera Sound. La verdad es que a mí me daba igual, y aunque no sabía ni quién actuaba, accedí”, admite. El jueves la velada transcurrió con normalidad, y el viernes no pudieron ir.

Sin embargo, el sábado decidieron acudir al festival tan pronto como acabaron de trabajar, a la 1 de la mañana. “Nos subimos a un autobús a las 2.00 de la mañana en Macanaz, el cual nos llevó hasta el recinto. Nada más llegar nos dimos cuenta de que hacía demasiado aire”, relata. Lo peor estaba por llegar. Y es que allí la gente ya había recibido el aviso de que iban a dar por finalizada la jornada. “Todo el mundo iba cubierto de arena, era muy incómodo. Se te metía en los ojos, en la boca. Fue horrible”, añade.

Jesica Chimborazo, vecina de Zaragoza, vivió hace unos días una semana para olvidar.
Jesica Chimborazo, vecina de Zaragoza, vivió hace unos días una semana para olvidar.

Y eso que apenas estuvieron 30 minutos en el recinto. “Nos dio tiempo a escuchar una canción, como unos cinco minutos, y ya nos echaron”, afirma. La velada se saldó con la evacuación de casi 5.000 personas debido a las fuertes rachas de viento. Como no podía ser de otra forma, las redes sociales enseguida se llenaban de testimonios de algunas personas que no tuvieron tanta suerte: “Empecé la fila a las 4.30 y cogí el bus a las 8”, relata un joven. “Mi hijo dice que aún está masticando tierra. Hubiera podido acabar peor esto”, añade otra usuaria. 

La pulsera de acceso al Zuera Sound
La pulsera de acceso al Zuera Sound
Camino Ivars

Una semana para olvidar

Sin embargo, una vez más la suerte sonrió a Jesica ya que, por fortuna, su padre y su hermano también habían ido al festival. “Pudimos ahorrarnos la espera de los autobuses y logramos salir de allí en coche antes de que empezase el lío”, explica.

Con el sentido de humor por bandera, tan solo unos días después, y todavía con la pulsera que la identifica como una ‘Zuerer’ en su muñeca derecha, la joven reconoce que lo de la semana pasada fue “increíble” y “surrealista”. “Afortunadamente todo ha quedado en una anécdota, y yo siempre suelo sacarle el lado positivo a las cosas, pero sin duda ha sido una semana para olvidar”, concluye, entre risas.

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