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Cómo han logrado los Black Panther amenazar la hegemonía de los DDP en Zaragoza

La banda latina aprovecha las detenciones y encierros de miembros de la cúpula de su rival para extender su territorio, aunque la Policía ha asestado ahora un golpe a su organización. 

Material intervenido a los Black Panther durante la última operación en Zaragoza.
Material intervenido a los Black Panther durante la última operación en Zaragoza.
CNP

Los sucesivos golpes asestados por la Policía Nacional a la organización criminal Dominican Don’t Play (DDP) en Zaragoza han sido aprovechados por sus eternos rivales, los Black Panther (BP) para extender sus dominios en la capital aragonesa. Si el primer asentamiento de los DDP en Zaragoza está documentado policialmente en 2009 en el barrio de San José y su centro de reunión y trapicheos es el parque de La Granja, el de los BP se sitúa en Las Delicias en 2011 y el parque del mismo nombre. Pero mientras los primeros se han mantenido durante estos años en ‘su’ territorio inicial, los segundos han ido extendiéndose hasta los barrios de Las Fuentes y una zona del Casco Histórico y una serie de parques como el Bruil, el del Tío Jorge o el paseo de la Ribera.

Si hay una cosa que une a ambos grupos es el odio que se profesan y que se traduce en peleas y riñas tumultuarias muy violentas con machetes y otras armas blancas que se producen de forma periódica en la ciudad. El objetivo de tales enfrentamientos es intentar desplazarse mutuamente de sus zonas de influencia, y en el caso de los BP se considera que son los barrios de Las Delicias, el Gancho y Las Fuentes, mientras que los DDP continúa siendo San José.

La Policía, no obstante, sigue de cerca la actividad de las dos organizaciones para evitar su expansión y actúa contra ellas en cuanto tiene oportunidad. De esta forma, igual que descabezó a los DDP en Zaragoza en distintas operaciones en 2014, 2019 y 2021, ha hecho lo mismo con los BP, a los que asestó un golpe muy importante en 2013 en una operación con los Mossos d’ Esquadra que supuso la detención de 31 personas, 24 de las cuales fueron a prisión. Ese año en la capital aragonesa se arrestó a Jefferson Alexander M. C., actual líder del grupo. En 2022, el Grupo de Información de la Jefatura Superior de Policía de Aragón proporcionó valiosos informes sobre este último por su presunta participación en una tentativa de asesinato en Pamplona junto a Iván L. S., ahora en paradero desconocido, y José Daniel G. N. y Luis David R. C., estos dos últimos juzgados esta semana en la Audiencia de Navarra y pendientes de sentencia.

Durante las horas de vigilancia y escuchas telefónicas autorizadas judicialmente en los últimos meses la Policía no solo ha estudiado sus movimientos en los parques y lugares de reunión, sino que ha detectado los que llama “pisos patada”. Estos son locales okupados donde los BP se reúnen, consumen y trafican con cocaína y hachís, guardan armas, objetos robados o cualquier cosa que crean que les pueda comprometer. Este sería el caso de un local en la calle de Silvestre Pérez, en Las Fuentes, un piso en la calle de Rodríguez de la Fuente, en las Tenerías; otro en la calle de Pignatelli y otro en la avenida de Cataluña.

En esta importante operación que culminó el 12 de junio fueron detenidos 12 jóvenes por pertenencia a organización criminal -asimilándola a los DDP, domo los definió el Tribunal Supremo en 2013- , tenencia de armas y tráfico de drogas. Pero la Policía en su informe trasladó al juez la identidad de otros 6 que estarían integrados en mayor o menor medida en la banda y también de 7  menores.

Respecto a estos últimos, si bien es habitual su presencia en los grupos por su facilitad para ser captados y adoctrinados -y porque la ley es más suave para ellos y los adultos lo aprovechan- los agentes han detectado una característica particular en los BP de Zaragoza. En concreto, que han creado dentro de su estructura un nivel llamado “Black Junior” que encuadra a los menores ya activados como miembros de la banda. Un responsable los acompaña, supervisa y selecciona bien para cometer delitos, reclutar a otros o promocionarlos.

Por lo demás, tanto los DDP como los BP y una tercera organización, los Trinitarios, con menos miembros e influencia en Zaragoza pero que ya ha cometido delitos, todas se comportan exactamente igual: son muy violentas, sus objetivos son los mismos (lograr dinero con robos, extorsión, amenazas, venta de drogas y cuotas de sus miembros), tienen la misma estructura de cohesión, reparto de funciones y disciplina interna y solo se diferencian en la simbología y las formas de denominar a su jerarquía.

En la actualidad, la Policía prefiere referirse a ellas no como bandas latinas sino como juveniles o ‘grupos violentos de carácter juvenil’, pues la identidad originaria y exclusiva latina se ha perdido y la forman jóvenes de todo tipo de nacionalidades y etnias, de entre 14 y 30 años de edad.

En el caso de los BP, se estructuran en “bloques” y el de Zaragoza está liderado por Jefferson M. C., el cual está huido de España, donde se le busca por varios delitos, entre ellos como inductor de una tentativa de asesinato en Pamplona. Mantienen reuniones periódicas en las que todos los miembros están obligados a aportar el pago de una cuota y tienen una especie de manual de comportamiento cuyo incumplimiento implica multas o castigos físicos.

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