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Idom priorizará la demolición de la antigua gerencia para facilitar el paso a los aficionados en La Romareda

La empresa hará un control mensual de las obras para evitar posibles desviaciones del presupuesto. La contratista tendrá que coordinarse con LaLiga, encargada de desmontar cámaras, tornos y megafonía.

Exterior del edificio de la antigua gerencia de Urbanismo, el primero que se derribará
Exterior del edificio de la antigua gerencia de Urbanismo, el primero que se derribará
Francisco Jiménez

Idom, empresa que está diseñando la nueva Romareda y que llevará la batuta en las primeras demoliciones tras hacerse con la dirección facultativa de la obra, plantea "priorizar el derribo de la antigua gerencia de Urbanismo hasta su rasante" para no obstaculizar la circulación de los espectadores de la zona de tribuna.

Las labores tendrán que acometerse casi a la vez, pero seguirán un orden. Posteriormente se derribará el gol sur y se actuará en la cubierta, dejando El Cubo para el final por su "poca incidencia" con la actividad deportiva.

Los puntos de unión entre la gerencia y el estadio tendrán que demolerse "controladamente" para evitar tener que reparar el campo. Una vez hecho se procederá a la excavación del gol sur, "teniendo especial cuidado con las instalaciones bajo rasante de las torres de iluminación". La adjudicataria de las obras –la UTEOHLA-Deltapunt– tendrá que comprobar la profundidad y la extensión de la cimentación de las mismas, ya que deberán mantenerse para asegurar la adecuada iluminación del terreno de juego.

El principal problema radica en la existencia de "diversos circuitos sin datos fiables", lo que obligará a hacer un estudio previo "al no existir planos al respecto", así como a reponer o instalar nuevas líneas eléctricas con suficiente antelación a la disputa de los primeros partidos en casa del Zaragoza.

Los trabajos de la llamada Fase 1A concluirán con la ejecución de las cimentaciones y los muros del gol sur "en la extensión prevista en el proyecto". Todo esto se hará bajo una estricta supervisión. Cada mes se emitirá un informe con los aspectos más relevantes de la obra, un seguimiento que permitirá detectar cuanto antes "posibles excesos, así como posibles cambios en las partidas, controlando y gestionando el precio de las mismas" a través de la figura de un director de proyecto (project manager).

El documento analizará las desviaciones y la existencia, en caso de haberlos, de "conflictos y discrepancias" en cuanto a la medición de las distintas partidas.

La idea es que haya reuniones periódicas de seguimiento con la propiedad y la contratista, así como visitas in situ al campo.

La necesidad de coordinar la planificación y la logística con el calendario de la competición se percibe como el principal "punto crítico" de esta primera fase. Por ello, se considera imprescindible avanzar "de forma preliminar" en la revisión del proyecto junto a la contratista. Las empresas tendrán que actuar de forma coordinada con LaLiga, ya que serán sus operarios los que se encargarán de desmontar los sistemas de control de accesos, el circuito cerrado de televisión (CCTV) y la megafonía.

Aquí, lo importante será asegurarse de que se actúa solo en el gol sur y de que no se alteran los elementos del resto del campo. El arbolado del entorno –princialmente el ubicado en la calle de Jerusalén– deberá ser protegido o trasladado si fuera preciso para que no resulte dañado, y se tendrá que evitar cualquier afección al césped del terreno de juego. Además, se deberán reubicar los servicios de jardinería.

Muros y un gran telón

Especialmente importante será proteger a espectadores y jugadores. Para evitar cualquier problema en el entorno del gol sur, Idom plantea "muros delimitadores de espacios" y la colocación de un "gran telón" de delimitación "física y visual".

El alumbrado exterior se reutilizará en el vallado de las obras. Además, al trabajar sobre una parte concreta del estadio, deberán hacerse actuaciones provisionales en todo lo referente a los circuitos eléctricos, el abastecimiento de agua y la red de saneamiento.

No menos importante será la separación de residuos, ya que para obtener la certificación BREEAM a la que se aspira tendrá que conseguirse el mayor porcentaje posible de valorización. Para que nada falle, Idom plantea en su oferta –la única que se presentó al concurso con un presupuesto de 107.740 euros, sin IVA– la designación de un asesor que "supervisará las prácticas de construcción sostenible, el impacto en la zona de obras o el aprovisionamiento responsable de materiales", entre otros factores.

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