Gabriel A., el detenido por la reyerta que el pasado martes terminó con dos personas heridas por acuchillamiento en una pizzería de Valderrobres, ha declarado este viernes ante la jueza del Juzgado Mixto número uno de Alcañiz, que ha decretado su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza.

Está siendo investigado por un delito de homicidio en grado de tentativa y lesiones cualificadas, que se concretarán a medida que avance la investigación judicial, dada la complejidad de la causa, indican fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

Procedente del calabozo de Teruel, el detenido ha llegado al juzgado sobre las 12.15 y ha permanecido hasta su comparecencia, a las 12.45, en la celda de los tribunales. Poco después de las 15.30, tras haber dado su versión de los hechos, Gabriel A. salió esposado y escoltado y subió a un furgón que lo llevó a la cárcel de Teruel.

También ha declarado ya el dueño de la pizzería, uno de los dos heridos en el suceso, si bien de levedad. La otra víctima, que sufrió heridas de gravedad en el costado y la espalda, prestó declaración a la Policía Judicial en el hospital de Alcañiz, del que este jueves fue trasladado al Servet de Zaragoza.

Empleados en una empresa de construcción

La reyerta se produjo entre las 21.30 y las 22.00, cuando en el restaurante La Terrazeta había seis o siente mesas de comensales. Según relató el jefe de la pizzería, Nicu Vladica, tanto el presunto agresor como el herido grave, S. D., eran empleados suyos de otra empresa, de construcción, de su propiedad.

Vladica explicó que los tres estaban tomando algo en la pizzería y que, como Gabriel estaba ebrio y molestaba a los clientes, le pidió que bajase la voz. "Al poco rato –contó–, me fui a la cocina y Gabriel me siguió con un cuchillo, de unos 10 centímetros, que había sacado de su bolsillo". Alertado por el otro trabajador, Nicu pudo defenderse usando un plato, pero sufrió un corte en el cuello.

Por su parte, S. D., "al tratar de impedir que Gabriel huyese del establecimiento, recibió varias cuchilladas en el costado y la espalda”, recordó el jefe del establecimiento, para quien “todo ocurrió muy rápido, en diez segundos”.