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Alcañiz, territorio piloto para investigar el mosquito que transmite la fiebre del Nilo

La ciudad ha sido una de las cinco elegidas por la DGA y la Facultad de Veterinaria para desarrollar un proyecto de prevención de enfermedades

Ignacio Ruiz Arrondo, profesor del Departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, muestra las trampas para cazar mosquitos.
Ignacio Ruiz Arrondo, profesor del Departamento de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, muestra las trampas para cazar mosquitos.
Violeta Pellicer

Alcañiz ha sido elegida como zona idónea para estudiar el mosquito que transmite la enfermedad conocida como fiebre del Nilo y ello por su proximidad a Tarragona y Castellón, donde han aparecido casos de esta patología en caballos.

La localidad bajoaragonesa es una de las cinco de la Comunidad autónoma seleccionadas por el Gobierno aragonés y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza para desarrollar un proyecto piloto cuyo objetivo es prevenir la transmisión de enfermedades a través de mosquitos o garrapatas.

El jefe del Servicio de Seguridad Alimentaria y Sanidad Ambiental de la DGA, Antonio Español, que ha viajado este jueves a Alcañiz, indicó que también se ha tenido en cuenta la habitual presencia de trabajadores temporeros en el Bajo Aragón, ya que la llegada de personas de otros países con la enfermedad activa a esta zona donde hay mosquitos que pueden transmitirla es un factor relevante para su propagación.

Ignacio de Blas, profesor de la Facultad de Veterinaria de Zaragoza, explicó que "los transmisores principales son las aves migratorias" y que los mamíferos, como los citados caballos y los humanos, son huéspedes accidentales.

La recogida de muestras se realiza a través de trampas. Zaragoza, Utebo, Binéfar y Orihuela del Tremedal son otras de las ciudades donde se desarrolla el proyecto.

El agua y el suelo, a tener en cuenta

Este jueves, los representantes de Salud Pública y de la Universidad, junto con el alcalde de Alcañiz, Miguel Ángel Estevan, se dispusieron a buscar el lugar idóneo para la colocación de las trampas en el municipio, teniendo en cuenta la presencia de agua o el tipo de suelo, entre otros aspectos.

A través de estas trampas se realiza el seguimiento hasta octubre, cuando finaliza el periodo de actividad de estos mosquitos. Están compuestas por un ventilador y una bolsa de gasa donde se introducen los mosquitos, que son atraídos por una luz o también, en ocasiones, se coloca CO2 para imitar la respiración de los animales.

El alcalde de Alcañiz, tercero por la izquierda, con los técnicos de salud que se han desplazado a la ciudad
El alcalde de Alcañiz, tercero por la izquierda, con los técnicos de salud que se han desplazado a la ciudad
Violeta Pellicer

El procedimiento consiste en la captura de vectores, en el caso de Alcañiz los mosquitos Culex, y en la búsqueda en su interior del virus o parásito. Además, se estudia qué grado de implantación pueden tener en la zona, se ponen a prueba los diagnósticos y la capacidad de respuesta ante una posible amenaza en el territorio.

“Es evidente que la amenaza que suponen las enfermedades transmitidas por vectores es de primer orden”, por eso, es necesaria la prevención, la vigilancia y el control, apuntó Antonio Español, señalando que en cada uno de los cinco municipios aragoneses donde se desarrolla el proyecto, se estudiarán diferentes vectores que causan enfermedades concretas.

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