Teruel
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Una banda albanesa elige la Toscana española para ocultar 4.325 plantas de marihuana

La Guardia Civil de Teruel descubre y destruye un cultivo ilegal de cannabis en pleno corazón de la comarca del Matarraña.

La Guardia Civil rodea al detenido en la plantación de Fuentespalda.
La Guardia Civil rodea al detenido en la plantación de Fuentespalda.
Guardia Civil

Su rico patrimonio cultural y unos increíbles parajes naturales han hecho de la comarca turolense del Matarraña un reclamo turístico de primer orden, tanto a nivel nacional como internacional. Pero no solo turistas y amigos del buen vivir han puesto sus ojos en la que algunos llaman la Toscana española. También lo han hecho las mafias que se dedican al cultivo a gran escala de marihuana, para las que este rincón de Aragón reúne también valores singulares. Pero la Guardia Civil lo sabe y no les da tregua. Como mejor ejemplo, la gran operación que llevó a cabo hace solo unos días en la pequeña población de Fuentespalda.

Según ha podido saber HERALDO, el enorme despliegue del pasado 12 de junio permitió localizar y destruir 4.325 plantas de cannabis sativa ocultas en pleno corazón del Matarraña. La escarpada orografía y la gran cantidad de árboles hacían de este lugar un reducto prácticamente inaccesible, de ahí que una organización albanesa lo eligiera para poner en marcha una gigantesca plantación de marihuana. Del cuidado y vigilancia de las plantas se encargaban al menos dos individuos, que vivían en dos tiendas de campaña levantadas junto al cultivo y a los que se llegó a fotografiar durante las vigilancias previas.

Cuando los agentes accedieron por sorpresa a la llamada zona de vivac, estos dos hombres se encontraban allí. Pero uno de ellos se dio a la fuga y logró escabullirse con habilidad, ya que ni siquiera los drones y el helicóptero que participaban en el operativo lograron avistarlo desde el aire. Al que sí lograron detener fue a su compañero Mali D., de 38 años, al que defiende el abogado Joaquín Tortajada y para el que el juez de guardia de Alcañiz decretó después prisión provisional por un delito contra la salud pública. No le constan reseñas policiales en España, pero parece que era la persona que estaba al frente de la plantación de Fuentespalda.

Cómo cultivaban la marihuana en Fuentespalda

La Operación Fonter estuvo dirigida desde el cuartel de la Guardia Civil de Alcañiz pero contó con el apoyo del Grupo de Reserva y Seguridad de Casetas, así como del equipo Cinológico y la Unidad de Helicópteros y drones de Huesca. Como refleja el atestado remitido al juzgado por la Benemérita, las plantas de marihuana habían alcanzado ya el metro de altura, por lo que los albaneses podían llevar más de dos meses en la zona.

Una motobomba para extraer agua del río Tastavins

Si algo necesitan este tipo de cultivos es luz y agua. El clima de la zona garantizaba la primera, por lo que la organización solo tenía que preocuparse del riego de semejante extensión de terreno. Para ello, buscó un emplazamiento próximo al río Tastavins, de cuyo cauce extraían el agua mediante una motobomba alimentada por un grupo electrógeno. A esta habían conectado una larga manguera que abastecía a una gran balsa ubicada en la zona más alta del cultivo. Las más de 4.000 plantas estaban distribuidas en siete bancales a distinto nivel. En cada uno de ellos se había habilitado una balsa, lo que les permitía regar por gravedad toda la plantación.

Como es habitual en este tipo de operaciones, los agentes tomaron muestras de las plantas aprehendidas en Fuentespalda para remitirlas al laboratorio de la Delegación del Gobierno en Aragón de cara a determinar su nivel de THC (tetrahidrocannabinol o principio activo de la marihuana). Se hizo un muestreo al azar y se cortó la parte más alta de nueve plantas. También se recogieron las hojas de otros cinco ejemplares. Una vez extraídas las muestras para el laboratorio, tres peones especialistas de la Cooperativa Forestal de Royuela se encargaron de destruir y triturar de forma manual las 4.325 plantas. Para ello se ayudaron de desbrozadoras de disco.

No es la primera vez que la Guardia Civil asesta un golpe de estas características a las bandas organizadas que se dedican al cultivo de cannabis sativa en la provincia de Teruel. De hecho, el pasado mes de abril abortó el intento de reconstruir una cultivo de esta planta narcótica en la localidad de Cabra de Mora. La disponibilidad de agua es otro elemento que atrae esta actividad ilegal, como ha ocurrido en varias ocasiones alrededor del pantano de Santolea, en Castellote, una de las cuales terminó en julio de 2023 con una reyerta entre los cultivadores, de origen albanés, que se saldó con una persona fallecida y otra malherida. La intervención policial permitió llevar a cabo siete detenciones.

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