La tormenta deja daños por árboles caídos en casas de El Temple y torres de luz dobladas "como mantequilla"
Vientos huracanados de más de 100 kilómetros por hora barrieron durante 15 minutos la zona entre Almudévar y Gurrea de Gállego.
La fuerte tormenta de agua, vientos de más de 100 kilómetros hora y abundante aparato eléctrico que barrió este jueves por la tarde varios pueblos de la Hoya de Huesca dejó daños en viviendas por la caída de árboles, cortes de luz durante varias horas y torres dobladas "como mantequilla". Por suerte, al menos no hubo que lamentar desgracias personales.
La localidad más afectada fue sin duda El Temple, perteneciente al municipio de Gurrea de Gállego. Según ha explicado la alcaldesa, Ana Irigoyen, la tormenta duró apenas 15 minutos pero los efectos fueron devastadores y todavía no se atreven a cuantificar los daños económicos, aunque temen que van a ser muy elevados.
"Se han desplomado cientos de árboles en la zona del parque, del camping y de las piscinas. E incluso hay daños en viviendas porque les cayeron árboles encima", ha resumido la alcaldesa, que al menos estaba aliviada de que no hubiera daños personales "porque la gente que lo vivió dice que fue una especie de tornado pequeño pero horroroso ya que veían caer un árbol detrás de otro y a esa hora todavía había mucha gente en las piscinas". Por motivos de seguridad, se desalojó y precintó el camping.
El pueblo también se quedó sin luz hasta las 5.00 de la madrugada. Según fuentes de Endesa, la caída de árboles causó daños en las redes de media y baja tensión que afectaron a 1.019 clientes en un primer momento, aunque en pocos minutos ya solo quedaban 251 sin suministro. Para darles servicio, desplazaron un grupo electrógeno, aunque este viernes todavía permanecían 80 clientes sin luz. Los técnicos esperan reparar la incidencia a lo largo del día.
La tormenta también provocó corte de la carretera de acceso desde la autovía A-23 a Gurrea de Gállego, donde cayó una torre de alta tensión que este viernes por la mañana no se había retirado aún; y también la vía de entrada a El Temple, aunque en ese caso por la noche ya se consiguió despejar y reabrir con la ayuda de los bomberos de los parques de Barbastro y de Sariñena y de vecinos de la zona.
Esta mañana, bomberos de Sariñena, además de la Unidad de drones, están apoyando en la evaluación de los destrozos y trabajando en la recuperación de la normalidad lo antes posible. En todo momento, han destacado la gran implicación vecinal, ayuda y cooperación para minimizar los riesgos.
Desde el Ayuntamiento de Gurrea han solicitado ayuda al Gobierno de Aragón, que ha movilizado a dos cuadrillas terrestres del operativo Infoar para colaborar en las tareas de despeje y limpieza de árboles y ramas caídas; y a la Diputación Provincial de Huesca, que también ha enviado a los bomberos para colaborar en las tareas de limpieza.
El presidente de la DPH, Isaac Claver, así como el diputado de Obras, Álvaro Bescós, que acudió in situ durante la noche para apoyar a la corporación municipal, han estado pendientes de la situación y han ofrecido la ayuda que sea necesaria.
Desde el PSOE, que han visitado la zona para conocer el alcance de los daños, han pedido a la Diputación Provincial de Huesca una "respuesta inmediata" para ayudar a los ayuntamientos afectados a acometer una limpieza y una reposición de los servicios básicos para la población. "Tanto las autoridades como la población nos sentimos sobrepasados. No hay medios materiales ni humanos para normalizar por completo la situación sin ayuda de estamentos supralocales", ha señalado su portavoz en El Temple, Tatiana Sánchez.
El vecino municipio de Alcalá de Gurrea no sufrió daños tan graves, pero también notó los efectos de la tormenta. Su alcalde, José Eugenio Marín, ha explicado que en el monte que les une con Gurrea si se doblaron varias torres eléctricas "como mantequilla".
Además, el fuerte viento derribó muchos árboles, algunos de ellos en la misma carretera del canal, lo que hizo que quedara cortada durante toda la noche, aunque a primera hora los operarios de la CHE han conseguido ya limpiarla y reabrirla al tráfico. "Fue un viento huracanado que duró 15 o 20 minutos que movió hasta unas pacas grandes redondas que había en los campos y que llegaron casi hasta la autovía", ha relatado.
Y en el cercano pueblo de Valsalada, perteneciente a Almudévar, estuvieron hasta las 6.00 de la madrugada sin suministro eléctrico después de que cayeran unos árboles y se llevara por delante una torreta.
