Huesca
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El inventor del Ecofire: "Se me parte el corazón viendo a los bomberos con el batefuegos"

El empresario de Binéfar César Sallen ha vendido ya más de un millón de litros de este líquido, patentado hace un año, más eficaz que el agua para la extinción del fuego. 

César Sallén haciendo una demostración.
César Sallén haciendo una demostración.
Heraldo

"La gente tiene que saber que hay un producto ya funcionando con todas sus certificaciones que sirve para acabar con los incendios". Así de categórico se muestra César Sallén, el inventor del Ecofire, un agente que multiplica la capacidad de extinción del agua. Este empresario de Binéfar, que ya patentó un robot para desactivar explosivos usado por la Policía, se hizo famoso en 2023 por sacar al mercado este producto, que exhibió en programas nacionales de televisión como 'El hormiguero'.

Esta semana ha vuelto a ser actualidad porque la Diputación de Huesca ha sido la primera institución en comprar el Ecofire para sus servicios de bomberos y en concreto para aplicarlo a entornos remotos, en municipios que superan un tiempo de respuesta de 35 minutos. Antes de que lleguen los servicios de extinción, trabajadores municipales podrán hacer uso de los remolques o las mochilas cargadas del producto como equipos de primera intervención. 

César Sallén asegura que está teniendo una buena salida en el mercado, sobre todo entre empresas y agricultores, en muchos países, después de un año y siete meses en el mercado. En cuanto a los servicios de bomberos, de momento lo tiene la Diputación de Huesca. Los de un parque de la provincia de Burgos se echaron atrás en el último momento. "Estamos apagando incendios industriales en todo lo que son empresas de reciclaje e incendios agrícolas de segadoras, empacadoras, tractores..", afirma. 

La Diputación presentó en Torla este "servicio innovador, único en España, para la lucha contra el fuego". El propio César Sallén hizo la demostración rociando Ecofire con un spray sobre una hoja de papel de cocina y aplicando posteriormente una llama con un soplete. El papel creó una capa carboxílica que actuó como barrera ante un fuego de 1.200 grados. 

Óscar Aguarta, jefe del Servicio de Extinción, Prevención de Incendios y Salvamento (Speis), habló de su utilidad para cualquier incendio de vehículo o contenedor. "Si tenemos 500 litros de producto y mejoramos la capacidad extintora entre 50 y 100 veces, es como si llevásemos un camión de 3.000, 4.000 o 5.000 litros de agua", explicó. Mientras, el presidente de la Diputación, Isaac Claver, hablaba de "un producto único y novedoso, con una capacidad de acción y reacción ante los incendios muchísimo mayor que el agua", y se mostraba orgulloso de ser "los primeros en toda España en aplicarlo" para dar mayor seguridad al medio rural.

Sallén lleva más de un millón de litros vendidos de este líquido, que cuando se aplica sobre un producto que está ardiendo multiplica por 50 su volumen y crea una capa carboxílica que no deja pasar la temperatura y lo aísla. "Se me parte el corazón viendo a los bomberos con el batefuegos a 45 grados encima de las llamas respirando el humo", dice.

El empresario de Binéfar tiene una fábrica al lado de Alcolea de Cinca, entre Monzón y Binéfar, con seis trabajadores. "Estamos creciendo y seguramente montaremos fábricas en distintos sitios del mundo porque el producto funciona. Mojas un pino y no lo puedes quemar ni aunque le eches 50 veces gasolina. Que la gente sepa que hoy en día hay tecnología para acabar con los incendios. Llevamos trabajando más de 10 años, hemos hecho miles de pruebas en todo tipo de incendios".  

Los bomberos de Huesca han estado a su lado en el desarrollo del producto. Se equiparán con unos remolques de 600 litros que podrán acoplarse a cualquier vehículo. "Es como si mandaras cuatro camiones de bomberos al incendio", señala.

Cuando el empresario de Binéfar patentó el Ecofire, pretendía dar una herramienta a los bomberos de todo el mundo para acabar con los incendios, ya fuera en un bloque de pisos, en un coche, en el monte o en una industria. Lo fabrica a partir de materias primas, es orgánico, "incluso comestible", dice, inocuo para el medio ambiente, y capaz de inhibir o extinguir el fuego. 

Está creado para uso forestal y también industrial. "Podemos rociar una línea de cortafuegos y por ahí ya no pasan las llamas ni dentro de un mes ni dentro de seis años. Hasta que no llueva más de 10 litros por metro cuadrado se mantiene estable", asegura. Tiene una eficacia ante temperaturas altísimas, "de 2.000 grados". 

César Sallén no es un desconocido en el mundo de la seguridad. Miembro de una saga familiar de empresarios de Binéfar, con la firma Proytecsa desarrolló otras patentes. Entre ellas los robots especializados en la desactivación de artefactos explosivos, que utilizan la Policía Nacional, la Guardia Civil y cuerpos de otros países. También vallados inteligentes para la protección perimetral en infraestructura críticas, como el AVE o la valla de seguridad de Melilla, con un complejo sistema de fibra óptica que permite detectar cuándo alguien intenta saltar o sabotear la línea fronteriza entre España y Marruecos. Y ha trabajado para la banca con la creación de puertas inteligentes.

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