Aragón

Luis Ángel Morales: "Nos hemos dejado la vida en Bosal para que ahora se quieran ir sin pagar ni el mínimo"

Este trabajador fue de los 25 primeros que contrató esta industria auxiliar al desembarcar en la provincia de Zaragoza, primero en Figueruelas hasta que levantó la planta en el polígono El Pradillo de Pedrola.

Luis Ángel Morales es uno de los trabajadores más veteranos de Bosal afectados ahora por el despido colectivo planteado por la multinacional.
L. A. M.

"Llevo trabajando para Bosal 33 años. Primero en unas naves particulares, en el término municipal de Figueruelas donde estuvimos hasta que hicieron la planta, tres años después en Pedrola. Nos tocó descargar las máquinas de los camiones para empezar a producir. Éramos entonces 25 y poco a poco fueron cogiendo a más gente". Así recuerda Luis Ángel Morales, trabajador que va a cumplir 60 años en noviembre, sus inicios con esta multinacional proveedora de tubos de escape que ha planteado un despido colectivo para toda la plantilla y se ha declarado insolvente para asumir el pago de las indemnizaciones.

"Siempre se ha trabajado a gusto. Había confianza con la dirección y los sueldos eran buenos entonces. En 2017 cuando Opel pasó a manos de PSA y nos quitaron el Corsa para dárselo a Faurecia se pasó mal, pero en aquella ocasión Bosal buscó proyectos y una salida. Llegamos a fabricar contenedores y hasta jaulas para transportar bidones de agua. Y luego consiguieron el proyecto con Volkswagen y nos hicieron bajarnos el salario un 4% y congelarlo durante tres años".

Ahora, indica, cuando había bastante carga de trabajo y desde hace meses se habían recuperado los tres turnos, "nos dicen que se quieren ir sin pagar ni lo mínimo cuando nos hemos dejado la vida en Bosal". "Con 60 años, a ver donde voy", dice, lamentando una situación en la que los trabajadores no han tenido ni culpa ni parte. "Yo tengo tres hijos, la mayor ya tiene 17 años, pero imagino que aún será peor para el que lo pille con los hijos pequeños"

"Es una empresa que ha funcionado siempre y ahora de la noche a la mañana nos sale con esto del cierre y que no tienen perras, no es de recibo", manifiesta Morales recordando que ha sido Bosal la que ha incumplido con Volkswagen, "no los obreros que han cumplido en entregas y calidad de las piezas".

"Les hemos dado lo mejor de la vida y cuando han necesitado que hiciéramos más horas se han hecho y ahora no tienen en cuenta nada y no quieren más que irse", indica este trabajador de Bosal. Lo malo, dice, es que como él, muchos trabajadores tienen bastante antigüedad. 

En su caso se pasó 18 años trabajando en el turno de noche y aún le resulta difícil creer que la empresa les haya dicho que cierra. "El director de planta nos dijo el 3 de julio que las perspectivas eran buenas que se habían hecho 220.000 tubos de escape, por encima de las previsiones de 180.000 y luego vienen el día 15 a decir que cierran". Difícil de asimilar, añade, "cuando teníamos la vida hecha en la fábrica". No solo él sino también su hermano trabaja para Bosal. Son en total 135 las familias afectadas por este cierre empresarial.