Los alcaldes de los 38 municipios turísticos de Aragón beneficiados por el programa específico de vivienda para trabajadores han subrayado este viernes que la iniciativa de la DGA responde a una necesidad histórica que lastra sus expectativas de futuro. "Es una medida fundamental porque la falta de pisos supone un agobio y asfixia nuestras posibilidades de desarrollo", asegura el regidor de Albarracín, el aragonesista Daniel Úbeda.

La pretensión de las corporaciones es colaborar no solo con la aportación del suelo necesario para las promociones sino con otros proyectos que conviertan el anuncio en el Pignatelli en una "primera piedra". En su caso, la presión turística ha provocado que los pocos inmuebles disponibles en Albarracín se dediquen fundamentalmente al alquiler para los visitantes porque garantizan mayores rentas a los propietarios. "Es lícito que lo hagan, pero desde lo público tenemos que tener la iniciativa para ofrecer pisos de alquiler asequible a los trabajadores", añade. 

Daniel Úbeda asevera que las localidades desperdigadas por el medio rural se merecen el "impulso" que, a su juicio, tiene decidido el Gobierno autonómico y que considera imprescindible para poder desarrollarse "en igualdad de condiciones" con la ciudades. "Sin desarrollar el problema de la vivienda, la gente se va y no quiere venir nadie", añade.

En la misma línea, el alcalde de Sallent, Jesús Gericó (PP), apunta que pese a ser el municipio más beneficiado, con 60 viviendas, aún tendrían necesidad de aumentar más el parque público de alquiler porque en invierno acuden unos 130 trabajadores y otros 120 en verano. "Es nuestro principal problema y esperamos contar con el proyecto en otoño y disponer de los pisos dos años después", ha estimado, remarcando que su pretensión es poner en marcha otros ocho pisos.

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Su homóloga de Uncastillo, la socialista Teresa Pueyo, destaca que las cuatro viviendas previstas facilitarán que los trabajadores de temporada puedan quedarse e incluso abrir la puerta a que emprendedores puedan instalarse y abrir un negocio. Pueyo ha explicado que los restauradores que trabajaron recientemente en la restauración de un mural del Ayuntamiento tuvieron que alquilar un piso en Sádaba por la falta de oferta.

De la necesidad acuciante ha expuesto un caso actual, aún sin solución,  el vicepresidente de la Diputación Provincial de Teruel (DPT) y alcalde de Orihuela del Tremedal, Rafael Samper. "La embotelladora de Bronchales ha contratado a un matrimonio, pero no encuentran un piso ni en el pueblo ni en los de su entorno para dar una solución a la familia, porque vendrían con sus hijos", lamenta.