La princesa Leonor recibe la Gran Cruz al Mérito Militar de manos del Rey y se despide de Zaragoza como alférez
El director de la Academia General Militar, Manuel Pérez, destaca la "huella" que deja en sus compañeros.
La de este miércoles ha sido una jornada llena de ilusión y simbolismo, en la que la princesa Leonor ha dado un paso más en su carrera militar tras ser nombrada dama alférez, despidiéndose así de la Academia General Militar (AGM) de Zaragoza. “Vamos a echar de menos a la cadete Borbón Ortiz. Habéis dejado huella en vuestros compañeros, así como en vuestros cuadros de mandos y profesores”, ha reconocido el director de la AGM, Manuel Pérez López, quien ha señalado que tras este “intenso” curso se lleva “una gran mochila llena de experiencias, valores, conocimiento, amistad y compañerismo”.
Desde primera hora de la mañana, la AGM ha vivido un importante trajín, especialmente de entrada de vehículos. Unas 3.200 personas se han dado cita -entre los 1.400 alumnos de los diferentes cursos y alrededor de 1.800 familiares, que se han desplazado tanto en vehículos propios como en taxis- en el Patio de Armas. Los primeros en acceder han sido precisamente los familiares, que prácticamente han ocupado toda las tribunas, con la ilusión de ver cómo sus hijos e hijas se convertían en tenientes y también con cierta curiosidad por la presencia de la Princesa.
La heredera al trono, que vestía de traje caqui con un cordón dorado, ha sido la protagonista en los primeros minutos del acto. Al lado de las mejores nota de cada disciplina, se ha situado a la izquierda de la Tribuna Real. Ahí ha permanecido hasta que, tras pasar revista el Rey, se ha dirigido al centro del patio, donde ha sido nombrada alférez y ha recibido, de manos de su padre, Felipe VI, la Gran Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco. Un momento especialmente emotivo tras el que se han fundido, en un nada habitual, abrazo.
Una vez galardonada, la Princesa salió del escenario, pasó por los pasillos de la AGM y regresó a la Tribuna Real donde recibió abrazos de su madre, la reina Letizia, y de su hermana, la infanta Sofía, para compartir con su familia un acto militar histórico que supuso un impulso para la Casa Real, tal y como comentaron varios altos mandos del Ejército. De hecho, Leonor fue aplaudida por los familiares de los 456 tenientes que recibieron sus despachos, procedentes de las especialidades del Ejército de Tierra (285) y de la Guardia Civil (171).
En un discurso muy personal referido a la Princesa, el director de la AGM ha incidido en que se lleva “una gran mochila llena de experiencias, valores, conocimiento, amistad y compañerismo” que ha ido cargando a lo largo del curso y le ha hecho crecer “como persona”. “Os ha permitido conocer mejor y apreciar más a nuestro Ejército de Tierra y a quienes forman sus filas”, ha señalado el general, quien ha subrayado que todo ello la ha llevado "a valorar, experimentándolo en primer persona, la exigencia de la vida militar”.
El director ha reconocido que ella se va “cargada de excelentes compañeros y amigos” con los que ha compartido “momentos muy duros” y ha vivido “magníficas experiencias”. Por todo ello, ha considerado que ha creado un “vínculo inquebrantable” dentro del “espíritu de la General” y que está convencido "no olvidará jamás”. Asimismo, la ha felicitado por la estrella de seis puntas que lleva ahora en su uniforme caqui, tras recibir el nombramiento de su padre, el Rey, replicando cuando Juan Carlos I se lo entregó a el entonces príncipe Felipe, en 1986. Y ha añadido que se lo había ganado tras "esfuerzo, sacrificio y una encomiable dedicación”.
De hecho, el director de la AGM ha recalcado que ha sido “un honor servir con Su Alteza" y contribuir a su formación. Otros altos mandos de la institución y varios cadetes consultados por HERALDO durante el acto reconocieron que “la Princesa ha dado el callo” en estos diez meses de formación, sobre todo en las maniobras que ha participado, y “se ha portado muy bien” con sus compañeros.
Los siete tenientes distinguidos por el Rey
El Rey estuvo acompañado por el general director para entregar el despacho de siete tenientes distinguidos que proceden del Cuerpo General del Ejército de Tierra (Luis Óvilo Reyes, Enrique Elícegui Bonill, Juan Villanueva Lull, David Álvarez Ramos y Jorge Fuentes Rivas), del Cuerpo de Intendencia (Félix Martínez Brylak) y de la Guardia Civil (Miguel Olivar).
El resto, en bloques de 27 egresados, han recogido, en este caso de las manos de autoridades militares y civiles, sus despachos, aquellos que los llevan a sus primeros destinos en los cuarteles. El general Manuel Pérez López también ha referido directamente a ellos y les ha recomendado que tengan “plena confianza” en ellos mismos para afrontar cualquier desafío y saber liderar siempre a sus subordinados con “sentido común, criterio, entusiasmo, optimismo y una sobresaliente competencia profesional”.
De hecho, ha señalado que se les ha formado en “un espíritu crítico", que unido a la "experiencia” que adquirirán en sus destinos, será fundamental para "mejorar el empleo de las unidades". "La moral de un oficial debe ser inquebrantable”, les ha recordado para que lo tengan presente ante las adversidades. El director ha apostillado que en la AGM se les ha inculcado "el amor a la patria, la ejemplaridad, el honor, la disciplina, la lealtad, el valor y el compañerismo".
La celebración de la entrega de despachos ha concluido con el desfile de los nuevos tenientes y sus compañeros de primero a cuarto curso por la avenida del Ejército, que ha finalizado frente al campo de deportes de la AGM. Ahí, el rey Felipe VI se ha subido al podio dispuesto a emplear la fórmula habitual de su despedida: “Oficiales, por última vez en esta Academia, ¡rompan filas!”.
Leonor de Borbón se ha despedido así de Zaragoza, donde ha estado cursando su primer año, de los tres en los que se divide en su programa especial. Durante los dos primeros meses, hasta la Jura de bandera, estuvo con los compañeros de 1º, mientras que desde comenzó el segundo curso. En el mes de agosto, continuará su formación militar en la Escuela Naval de Marín, en Pontevedra.
