El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el Real Decreto por el que se crea la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, una noticia que ha sido muy bien acogida por los profesionales médicos, tras más de tres décadas reclamando este reconocimiento. A falta de concretar todos los detalles, los futuros mir podrían cursar la titulación a partir de 2025, en el escenario más optimista, y en Aragón se podrían ofertar, al menos, en torno a 15 plazas en los distintos hospitales.

Se pone fin así a una diferencia respecto a otros países de Europa, permitiendo que los profesionales que atienden estos servicios cuenten con una “formación reglada, homogénea y reconocida”, como merecen los ciudadanos, “independientemente de donde residan”. Desde la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (Semes) añaden que con la aprobación de la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias, “España alcanza la igualdad con la mayoría de los países de la Unión Europea que, desde hace años, cuentan con dicha especialidad médica contribuyendo a facilitar el tránsito de profesionales de profesiones afines, garantizando, en el caso de la sanidad, la adecuada formación de los mismos”. El Consejo de Ministros ha dado luz verde al real decreto que crea la especialidad en Medicina de Urgencias y Emergencias en el Boletín Oficial del Estado. “Para los urgenciólogos es un hito y va a suponer un antes y un después”, reconoce el doctor Rafael Marrón, presidente de Semes en Aragón y jefe de sección del servicio de Urgencias del Servet.

El objeto del Real Decreto es, además de establecer el título de especialista en Medicina de Urgencias y Emergencias, actualizar la formación de Medicina Familiar y Comunitaria en cuanto se establece un periodo formativo común y regular la obtención del nuevo título para especialistas en ambas disciplinas. Para ello se va a crear un nuevo programa formativo para la especialidad de Medicina de Urgencias y Emergencias y la adaptación, en su caso, del de Medicina de Familia y Comunitaria, ya que contarán con un periodo formativo común de dos años. Además, se establece un procedimiento para que los facultativos, de una de las dos especialidades, puedan obtener el título de la otra, mediante una prueba de evaluación y un periodo formativo.

El consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, ha recordado este martes que la especialidad de Urgencias y Emergencias “se ha demorado demasiado" y ha pedido que el Ministerio de Sanidad concrete el número de plazas y, sobre todo, la financiación. En declaraciones a los medios en una visita a la empresa Fribin de Binéfar (Huesca), ha insistido en que es una especialidad que se ha venido demandando por todas las comunidades autónomas y que nace gracias al trabajo del PP, que llevó la propuesta al Senado en 2022, donde se aprobó con la abstención del PSOE, ha dicho.

“Entendemos que es una especialidad muy relevante y se ha visto que es muy importante después de la pandemia de covid, que ejercen unos profesionales que no solamente están formados sino que están preparados para atender a la sociedad en situaciones verdaderamente críticas”, ha señalado. El reconocimiento “evitará la sangría de profesionales de médicos de Familia desde el ámbito de la primaria hacia la hospitalaria”.

Durante 2023, la media de atenciones diarias en las Urgencias de la red de hospitales del Servicio Aragonés de Salud fue de 1.706, una cifra que da idea de la elevada actividad que se registra en estos servicios. En Aragón, según fuentes de la Consejería de Sanidad, hay unos 350 profesionales de Medicina que están destinados en puestos de Urgencias y Emergencias en hospitales y 061. El 31% de los profesionales, según datos de Semes, tiene entre 51 y 65 años y un 3%, más de 65, un número que refleja el alto número de jubilaciones que habrá en la próxima década.

Los servicios de Urgencias se nutren básicamente de especialistas de Medicina Familiar y Comunitaria y de Medicina Interna. Para el doctor Marrón, los profesionales se han preparado para asumir el oficio gracias a compañeros con más experiencia y a la formación autodidacta: "Eso no es homogéneo". Ahora se reconoce que "va a estar reglado". "Vamos a tener un título reconocido a nivel europeo", asegura. 

La ministra de Sanidad, Mónica García, reconocía la semana pasada en Zaragoza que un 16% de mir de Familia que acaban su formación acaban trabajando en el hospital, en lugar de hacerlo en atención primaria. Para el presidente de Semes Aragón, ese porcentaje "es muy variable". "Esta medida va a contribuir a la regulación de los recursos humanos y va a permitir regular a las distintas especialidades desde el inicio", asegura: "Vamos a hacer una gestión más eficiente de los recursos".

"Por fin tendremos relevo generacional", asegura, aunque "va a costar". Hasta que salga la primera promoción de la especialidad van a pasar "cinco años": "Hasta ahora 'robamos' profesionales a otras especialidades, que también son deficitarias" y con el reconocimiento cada año saldrá una remesa de médicos especialistas que van a suplir las necesidades del mercado". 

Para la ministra de Sanidad, la creación de esta especialidad "va a mejorar los recursos humanos del Sistema Nacional de Salud permitiendo identificar mejor el personal en formación, hacer estimaciones sobre el número de profesionales disponibles a futuro y contrastarlo con las necesidades de pacientes y sistema sanitario". "Seguimos trabajando para mejorar nuestro sistema sanitario, para cuidar a nuestros profesionales y para atender mejor a nuestros pacientes", ha añadido.

El número de plazas que se oferten en Aragón dependerá de las unidades docentes que se acrediten: "Inicialmente seremos pocos para ir aumentando. Podrían ser entre 15 y 20 al año, pero todavía no se sabe", destaca el doctor Marrón. Serán cuatro años de formación y se podrá homologar títulos. 

La norma también regula el acceso extraordinario al título de especialista en Medicina de Urgencias y Emergencias para profesionales que cumplan ciertos requisitos de experiencia y formación. Por un lado, podrán acceder directamente quienes acrediten una prestación de servicio durante, al menos, cuatro años dentro de los siete inmediatamente anteriores a la entrada en vigor del Real Decreto. Y, por otro, el acceso tras superar una prueba práctica, dirigido a los especialistas que acrediten un ejercicio profesional entre dos y cuatro años, en los cuatro años inmediatamente anteriores a la entrada en vigor de este Real Decreto. También tendrán que superar esta prueba las personas interesadas en la obtención del título de Medicina de Urgencias y Emergencias que estén realizando una formación médica especializada y aquellas personas que inicien dicha formación y la finalicen antes de que concluya la primera promoción de especialistas en Medicina de Urgencias y Emergencias.

Un verano "complicado"

Siete de cada diez sustituciones quedaron vacantes tras el último llamamiento centralizado para los servicios de Urgencias hospitalarias de Aragón. De las 39 plazas ofertadas solo se ocuparon 11. Una situación que preocupa a los profesionales, que buscan medidas para paliar la falta de facultativos. Este año se da un hecho insólito, por el retraso hasta septiembre en la finalización de los mir de cuatro años que empezaron su residencia en 2020, por la pandemia de covid.

El presidente de Semes Aragón reconoce que se enfrentan a una situación "bastante precaria", sobre todo en hospitales como Huesca, Calatayud, Barbastro, Jaca, Teruel, Alcañiz. El déficit "se agrava en verano" y se suple con distintas iniciativas, como la posibilidad de que mayores de 55 años (exentos de esta función por edad) puedan hacer guardias en verano, contar con el apoyo de residentes de último año de formación, colaboración de los profesionales para hacer turnos extra y también se solicita ayuda a los compañeros del 061.

"Pedimos que la población utilice los servicios de Urgencias de forma racional", adelanta: "Usarlos para lo que son, que es la patología urgente". Se detecta que, en ocasiones, muchos pacientes acuden ante las demoras que tienen en atención primaria: "Vienen al hospital porque saben que les van a atender en el día, aunque esperen horas". "Pero eso acaba colapsando el hospital con patología no urgente", indica.

"Entiendo que acaben aquí, porque hay gente que se desespera. Pero deberían insistir en otros niveles para que les atiendan la patología que no es propia de los servicios de urgencia".

A este problema se suma el cierre de camas, una medida habitual todos los veranos: "Provoca que los ingresos, que hace años que no disminuyen en esta época estival, se atasquen en los servicios de urgencia y ocupen más espacio". Eso provoca, dice, que "haya que atender a los que vienen por disfunciones del sistema, a los que acuden con patologías urgentes y a los que están pendientes de subir a planta". "Eso hace una tormenta perfecta", señala.