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Llega a Zaragoza Doña Maña, la versión aragonesa de Doña Manolita

Ester Aladrén coge el testigo de la administración de Loterías de El Caracol, que tiene 98 años de historia.

Ester Aladrén, en el local de Doña Maña en Zaragoza
Ester Aladrén, en el local de Doña Maña en Zaragoza
A. Toquero

Pasado y presente se dan la mano en la administración de loterías Doña Maña ubicada en el número 8 de la calle Cádiz de Zaragoza. Ester Aladrén es la joven emprendedora que acaba de ponerse al frente de este negocio -abrió sus puertas el 24 de junio- aunando los 98 años de historia de la conocida administración número 6 de El Caracol con el nuevo proyecto, Doña Maña, que aspira a ser algo así como la versión aragonesa de la madrileña Doña Manolita.

Tres generaciones de la familia Ortiz Dendariena han pasado por este céntrico despacho de loterías, hasta que en octubre del año pasado se jubiló su última propietaria, Paloma Dendariana. En ese momento fue cuando se produjo el relevo, aunque el traslado a la calle Cádiz ha tardado un poco más, alrededor de nueve meses.

El cambio de titularidad y el nacimiento de Doña Maña no ha sido algo fortuito o fruto de un traspaso de negocio al estilo tradicional. Hace seis años, Ester trabajaba en un bar que está justo enfrente del número 8 de la calle Cádiz. "Un buen día, en un descanso, me fijé en el local, que estaba vacío y en alquiler y pensé: sería un lugar perfecto para poner una administración de lotería". Buscó la más cercana y comprobó que era la que se encontraba en el pasaje de El Caracol, así que fue a hablar con la dueña.

"Los clientes de siempre ya saben que la administración se ha trasladado unos metros, y en apenas dos días se ha notado que ha venido mucha gente nueva"
Ester Aladrén, atendiendo a un cliente
Ester Aladrén, atendiendo a un cliente
A. Toquero

"Le dije que cuando se jubilase -prosigue- se acordase de mí y eso precisamente es lo que sucedió el año pasado; nadie de su familia quería seguir con el negocio y me llamó". Para Ester fue una sorpresa porque casi se había olvidado de ese sueño, e incluso habían pasado varios negocios por el pequeño local, "pero una vez valorado todo decidí tirar hacia adelante", confiesa.

Habló con el dueño, que lo tenía vacío pero en alquiler, llegaron a un acuerdo y lo siguiente fue postularse ante Loterías y Apuestas del Estado para conseguir la concesión. "Tienes que pasar varios filtros, te hacen un estudio y una vez que recibes el visto bueno viene la formación".

Ella ha superado todas esas fases. Desde junio a octubre del año pasado estuvo con la anterior dueña en el despacho de El Caracol conociendo a la clientela, y desde finales de 2023 empezó a volar sola. Nueve meses dentro del pasaje, trabajando todo el día con luz artificial, y desde el día de San Juan en la calle Cádiz, con el sol y la luz natural como testigos.

"La ubicación no tiene nada que ver, estoy muy contenta, los clientes de siempre ya saben que la administración se ha trasladado unos metros, y en apenas dos días se ha notado que ha venido mucha gente nueva; se ha ganado bastante visibilidad", explica.

"En abril dimos el segundo premio de la Lotería Nacional y en el Sorteo de Navidad del año pasado repartimos 400.000 euros"

Además, desde el cambio del nombre, ya con Doña Maña, parece que la suerte ha llamado a la puerta del negocio. "En abril dimos el segundo premio de la Lotería Nacional y en el Sorteo de Navidad del año pasado repartimos 400.000 euros, así que los clientes están muy contentos".

Todavía faltan algunos detalles para que el nuevo despacho tenga personalidad propia. El primero de ellos, el letrero con la nueva denominación, que tiene que aprobar Loterías del Estado. "Además, en la parte exterior vamos a poner una muñeca grande vestida de baturra, que ya hemos encargado, para que reparta suerte entre la clientela". Lo dicho, la versión aragonesa de Doña Manolita. A eso aspira Ester Aladrén.

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