El hospital Clínico de Zaragoza trata miomas uterinos con una técnica mínimamente invasiva
El procedimiento ha sido incluido en la cartera de servicios de Aragón y se irá iniciando en otros centros públicos progresivamente.
El Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza ha implementado una técnica mínimamente invasiva para tratar los miomas uterinos, consistente en la ablación térmica por radiofrecuencia y especialmente indicada cuando se quiere preservar el útero, que ya se ha incluido en la cartera de servicios y se llevará a cabo en otros centros públicos de forma progresiva.
El miona uterino es un tumor benigno de tejido muscular de la pared del útero, que tiene una naturaleza de respuesta hormonal, por lo que afecta principalmente a las mujeres durante sus años reproductivos, han recordado fuentes del Gobierno de Aragón.
El Clínico ha llevado a cabo los primeros casos en un centro público aragonés de ablación térmica volumétrica por radiofrecuencia para su tratamiento. Se trata de una novedosa técnica, mínimamente invasiva y que ofrece importantes beneficios para las pacientes que, cumpliendo unas determinadas condiciones médicas, desean preservar su útero.
Ello se debe, fundamentalmente, a que la ablación se aplica directamente sobre el tumor, sin dañar el tejido adyacente, y no conlleva cicatrices que debiliten la pared uterina, ya que no implica abrir la cavidad. Además, es un procedimiento ambulatorio y rápido, sin apenas pérdida de sangre y con bajas tasas de recurrencia.
Los especialistas en Ginecología serán quienes determinen las mujeres a las que se les puede aplicar el procedimiento en base a la historia clínica, síntomas y resultados de las exploraciones de imagen.
Según las fuentes, existen muchas opciones de tratamiento para el mioma uterino sintomático, que incluyen terapias farmacológicas, terapias mínimamente invasivas y terapias quirúrgicas. Su elección es individualizada y puede incluir una combinación de varias alternativas.
La radiofrecuencia es un tratamiento mínimamente invasivo que supone una alternativa a otras cirugías. Consiste en la aplicación de una corriente eléctrica de alta frecuencia que genera un calor por encima de los 65ºC en el interior del mioma y la consecuente necrosis o destrucción irreversible del tejido miomatoso.
La técnica se realiza bajo sedación, en un intervalo entre 10-30 minutos, dependiendo del volumen a tratar, y la vía de acceso es a través del fondo vaginal posterior, anterior o transcervical.