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La mejor de la Evau en Aragón: "Quería demostrarme a mí misma que podía sacar una buena nota"

La zaragozana Lucía Bas ha rozado la perfección con un 13,980. Tanto ella como otros de los estudiantes con las puntuaciones más altas no esperaban unos resultados tan espectaculares.

Lucía Bas, mejor nota de la Evau de Aragón, en Salou
Lucía Bas, mejor nota de la Evau de Aragón, en Salou
Heraldo.es

Desde que en 2010 el 10 pasó a ser un 14 en la Evaluación para el acceso a la Universidad (Evau), diez chicas han obtenido la mejor nota en este examen frente a cinco chicos. Este 2024 se mantiene la tendencia. La zaragozana Lucía Bas, con un 13,980 que roza la perfección, se ha convertido en la décima estudiante en entrar a formar parte del cuadro de honor de este siempre temido ejercicio.

Esta alumna del colegio Nuestra Señora del Pilar-Salesianos de la capital aragonesa se ha enterado mientras celebraba el fin de la selectividad en Salou por un Whatsapp que le envió la Universidad de Zaragoza: “Vi la nota, pero pensé que alguien podría haber conseguido una puntuación mayor. Está bien, no me lo esperaba, pero no me va a cambiar la vida”, asegura con modestia desde estas merecidas vacaciones. No esperaba una puntuación “tan buena”, pese a que su media en estos dos últimos años ha sido un redondo 10. De hecho, creía que tenía algún que otro fallo, sobre todo en Lengua castellana y literatura, que al final le iba a penalizar.

Tiene “clarísimo” que va a cursar Biotecnología en el campus público, “nunca me he planteado ir a otra universidad”. “Desde pequeña me gustaba la Química, pero luego vi que se parecía a la Biotecnología y me llama mucho la parte de la genética”, explica. Algo ha tenido que ver que su hermano mayor la curse también. En el futuro le encantaría dedicarse a la investigación, “bien por el lado de las enfermedades humanas o las condiciones que tienen que cumplir las plantas para existir en diversos medios”.

Durante el curso ha vivido “momentos de tensión y de estrés puntuales” en las épocas de exámenes, “sobre todo por una presión interna, porque tenía que demostrarme a mí misma que podía conseguirlo”. A su favor ha jugado la “facilidad para memorizar” y el “trabajo constante” durante el año lectivo. El voleibol, juega en el club La Aljafería, ha sido su mejor “desconexión”. Ahora espera tener más tiempo para leer los libros pendientes. En Salou ya ha empezado con la segunda parte de ‘Alas de sangre’, de Rebecca Yarros. Aunque no se considera supersticiosa, sí que los días de examen se puso un collar que le gusta y con el que se siente especialmente cómoda.

Oriol Guasch, con su clarinete, quiere dedicarse profesionalmente a la música
Oriol Guasch, con su clarinete, quiere dedicarse profesionalmente a la música
Heraldo.es

"Quiero hacer de la música mi carrera"

A pocas décimas del mejor resultado, dos chicos zaragozanos, Alfonso Pérez y Oriol Guasch, han empatado con un 13,960, como los segundos mejores de la provincia de Zaragoza y de toda la Comunidad. Tras este espectacular resultado, Guasch sigue estudiando, ya que está presentándose a las pruebas para acceder a un conservatorio superior con el objetivo de hacer el grado de música. Le gustan por igual el clarinete, la composición y la dirección. 

“Mis padres son físicos teóricos los dos, pero a mí me gusta la música y de ella quiero hacer mi carrera. Me atrae tocar el clarinete en una orquesta, pero también la composición, que te permite explorar tus límites y la dirección”, cuenta este alumno del instituto Miguel Servet que dirige el coro de su centro y toca el clarinete en la Joven Orquesta de Bandas Sonoras.

No obstante, se está planteando compaginarlo con una carrera en Matemáticas o en Ingeniería Informática. Todo dependerá en buena medida del conservatorio al que finalmente acceda. Le gustaría que fuera el Superior de Música de Aragón (CSMA), pero también está presentándose a las pruebas de la Escuela Superior de Música de Cataluña (Esmuc) y del Centro Superior de Música del País Vasco (Musikene), entre otros. Con matrícula de honor en bachillerato y en 6º de clarinete, también toca el trombón, tiene muchas puertas abiertas.

El único secreto para él es la “organización”, “aprovechar bien las seis horas” que cada día pasaba en su instituto y llevar todas las asignaturas al día. Cuando termine las pruebas en los conservatorios espera hacer un viaje con los amigos del instituto a Salou, o algún otro destino aprovechando los descuentos que se están lanzando, y el resto del verano visitar a familiares en varios puntos de España. ¿Algún amuleto? Nada especial, durante todo el curso lleva haciendo los exámenes con los mismos bolígrafos recargables.

Alfonso Pérez Evau 2024
Alfonso Pérez, en Salou, lleva al cuello la misma cruz que durante los exámenes
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"Estoy que no quepo en mí, pero no me lo esperaba"

Alfonso Pérez, estudiante del colegio Santa María del Pilar-Marianistas, reconoce entre risas que él si "ha pecado de superstición". Su familia paterna le regaló hace unos días, con motivo de su cumpleaños, una cruz que ha llevado colgada al cuello durante los exámenes. Más allá de este amuleto, la receta de este éxito asegura que es la "constancia". "A lo largo del curso he trabajado muy duro y las semanas previas a la Evau han sido una prolongación. Hay que llevar al día los conceptos y los términos de cada asignatura, que son el fundamento a la hora de desarrollar el examen", dice.

Los resultados le han cogido por sorpresa: "No me lo creía. Es una satisfacción personal enorme, estoy que no quepo en mí". Lengua castellana y literatura ha sido el hueso más duro de roer. No se ha decantado aún, duda entre el doble grado de Ingeniería Física e Ingeniería en Tecnologías o el grado de Ingeniería Espacial, ambas en la Universidad Carlos III. "Mis padres son empresarios, pero a mí siempre me ha atraído esta rama del conocimiento. Me interesa todo lo que hay más allá del cielo", dice. Se le dan bien la Física y las Matemáticas y deja las "puertas abiertas".

Ahora le toca disfrutar de "un descanso merecido". Lo va aprovechar bien. Del 21 de junio al 21 de julio va a participar en un campamento internacional en Estados Unidos, en la costa este, como apoyo a los monitores. El verano le dará de sí para pasar tiempo también en Villanúa. Si se le pregunta por el nuevo modelo de selectividad que se estrenará en junio de 2025 opina que "va a ser algo positivo" . Admite que desde la pandemia han tenido la "ventaja" de enfrentarse a un formato "más flexible, si bien es cierto que este, al ser el último año, la dificultad era mayor".

Inés Rubio, ayer, en un terraza de Barcelona, donde se encuentra de viaje con unas amigas
Inés Rubio, ayer, en un terraza de Barcelona, donde se encuentra de viaje con unas amigas
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"La constancia y la organización son las claves"

Inés Rubio, que vive en Ojos Negros y ha estudiado en el instituto Salvador Victoria de Monreal, ha tenido la máxima nota de la provincia de Teruel, un 13,637. Ella y sus amigas han cambiado estos días Salou por Barcelona para celebrar el final de esta etapa. Como el resto de sus compañeros, no se había hecho ilusiones con ninguna nota alta: "Pensaba que iba a ser un poco peor, la verdad".

Confiesa que nunca ha tenido muy claro qué estudiar, pero que como las Matemáticas han sido siempre su asignatura favorita, será la carrera en la que se matriculará en la Universidad de Zaragoza. En su interés por ellas han influido "los profesores que he tenido, sobre todos estos últimos años en el instituto" y su madre, que "siempre me ha echado una mano". Lo que ya no sabe es dónde se ve en unos años, aunque confía en que esta titulación "está actualmente muy demandada y tiene muchas salidas".

Ya relajada, relata que no se ha sentido "demasiada presionada" por conseguir una gran puntuación y que los dos años de bachiller los ha llevado "bastante bien, aunque con algunos momentos de nervios, pero como cualquiera". "La constancia y la organización son las claves", concluye.

En la provincia turolense, Óscar Cruzado, del IES Francés de Aranda, con un 13,601, y Marina Sanz, del Santa Emerenciana, con un 13,589, han alcanzado la segunda y tercera mejor puntuación. Él va a matricularse en Física y ella en Estudios Ingleses.  

"Voy a vivir los mejores San Lorenzo de mi vida"

Carmen Altemir, tras hacerse gracias a un 13,914 con la nota más elevada de la selectividad en la provincia de Huesca, asegura desde Salou que va "a vivir los mejores San Lorenzo" de su vida y a "disfrutar" de las vacaciones. No es para menos. Su sueño era entrar en Medicina, una titulación en la que unas décimas te pueden dejar fuera. Y esta circunstancia "pesa mucho". Confiesa que lo ha "pasado mal", pero ahora, con "algo de perspectiva", cree que "no ha sido tan duro". "Soy muy autoexigente, me pongo muchas metas e intento llegar a todo", dice de sí misma.

Con 5 años le decía que a ella de mayor le gustaría "ayudar a la gente" y va camino de hacerlo realidad. Aunque podría quedarse en Huesca, prefiere hacer la carrera en Zaragoza. "Ya tenemos un piso mirado con otras tres amigas, creemos que es mejor cambiar un poco y conocer otros sitios", dice.

Sus talismanes para esta Evau han sido sus abuelos: "Siempre llevo un collar que me regaló mi abuela materna y en esta ocasión también una foto de mis abuelos paternos. Han sido muy importantes en mi vida".

También Medicina va a cursar Isabel Lacasa, alumna del instituto San Alberto Magno de Sabiñánigo, que ha tenido la segunda mejor nota de la provincia oscense: un 13,888. La sabiñaniguense Irene Díaz, que va para ingeniera aeroespacial, ha logrado la medalla de bronce con un 13,864.

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