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Paella reivindicativa por unos comedores públicos de calidad: "Acabamos el curso sin que Educación nos haya escuchado"

Casi 200 personas degustaron este plato cocinado el domingo en el patio del colegio Josefa Amar y Borbón de Zaragoza.

Así preparaban la paella reivindicativa que este domingo se degustó en el colegio Josefa Amar y Borbón de Zaragoza
Así preparaban la paella reivindicativa que este domingo se degustó en el colegio Josefa Amar y Borbón de Zaragoza
Francisco Jiménez

Los colegios aragoneses están inmersos en la celebración de los finales de curso. La fiesta de despedida de este año lectivo en el centro Josefa Amar y Borbón de Zaragoza tiene un carácter especialmente reivindicativo por unos comedores escolares públicos de calidad. Casi 200 personas, en su gran mayoría familias de este centro del barrio del Actur, han degustado este domingo una paella cocinada en el patio de las instalaciones educativas. Una elaboración, a cargo de una empresa especializada, con la que quieren mostrar cómo les gustaría que cada día fuera el menú de los alrededor de 180 alumnos de la escuela que hacen uso del comedor escolar: platos elaborados en el día en la cocina de las instalaciones.

El Josefa Amar y Borbón es uno de los 44 colegios que han solicitado sin éxito al Gobierno aragonés la construcción de una cocina. "Es una petición  de hace ya un tiempo, pero lo triste es que acabamos el curso sin que Educación nos haya escuchado y sin tener noticias claras de cuál va a ser su política", lamenta la portavoz de la comisión de comedor de la asociación de familias.

Una crítica con la que coincide desde la Plataforma Come Pública Genaro Poza. Y añade su temor a que los pliegos para la concesión de este servicio en la provincia de Zaragoza no estén listos para comienzo del curso que viene, después de que el Tribunal Administrativo de Contratos Públicos de Aragón los tumbara el pasado febrero.

Además, reclama que en los mismos se reflejen algunas de las mejoras sugeridas desde esta plataforma. Entre ellas destaca la limitación de los días que se puede mantener congelada la comida que llega a los centros al mínimo, la apuesta por las líneas calientes "si no hay presupuesto para construir cocinas en todos los colegios que están interesados" y la implantación en cada comedor de una figura de coordinador de monitores actualmente inexistente.

Las familias del Josefa Amar y Borbón plantean que en su caso sería posible poner en marcha una línea caliente con platos elaborados diariamente en cocinas de centros cercanos. En las proximidades del recinto el colegio Hermanos Marx cuenta con cocina propia, al igual que la escuela infantil municipal Los Vientos. "Del Hermanos Marx nos separan 300 metros y de la guardería un centenar. Es una alternativa viable cumpliéndose, lógicamente, las medidas de seguridad sanitaria en el transporte", explican.

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