Estudiantes aragoneses en Salou: "El plan es salir, disfrutar de que hemos terminado y que sea lo que Dios quiera"
Cientos de jóvenes de 17 y 18 años llegan este fin de semana al municipio de Tarragona para celebrar el fin de los exámenes de la Evau. Muchos comparten apartamento con amigos por primera vez y llenan las discotecas. Algunos se enterarán de las notas estando aún allí.
Marcos Arcega baja sonriente del autobús que le ha traído de Zaragoza a Salou a celebrar con un grupo de amigos haber terminado los exámenes más duros de todo estudiante de instituto, la Evau, antigua Selectividad, que les separan o acercan de la universidad. Espera aprobar todo "pero no sé si me llegará para la carrera que quiero hacer, o ADE (Administración y Dirección de Empresas ) o Márketing y Publicidad", confiesa en pleno paseo marítimo del municipio de Tarragona. La moda de celebrar antes de saber los resultados hará que muchos se enteren de las notas estando en este enclave costero que se considera la 'playa de los zaragozanos' y que estos días se convierte en la de los estudiantes.
Dieta de supervivencia: arroz, pasta y tomate
La primera visita de Marcos y sus amigos la hacen al establecimiento de una cadena de comida rápida situada frente a la parada de los autobuses. Son cerca de las 14.00 de este viernes y deciden comer allí. A partir de ahí comienzan unos días en los que para muchos será la primera vez que compartan apartamento con sus amigos, cocinen o hagan la compra y, sobre todo, salgan más de noche que de día. A primera hora de la tarde se ven grupos grandes dirigirse a los supermercados, algunos con camisetas promocionales señalando que van en un viaje de fin de curso desde Zaragoza.
Llenar la nevera figura entre las tareas que hacen la primera tarde nada más llegar, muchos vuelven de los supermercados con carros enteros para no tener que pasar por caja en toda la semana. A las puertas de unos apartamentos de la cadena Rentalmar, esperan a poder entrar a la que será su casa esta semana David Navarro y un grupo de compañeras que han llegado directos desde Borja en autobuses fletados por la empresa Fun Tour, especializada en estos viajes. Llenan la acera entre maletas y un carro hasta arriba de comida de un supermercado cercano, en el que las estrellas son la pasta, las pizzas precocinadas y el tomate frito.
"Un poco para subsistir una semana de adolescentes por aquí por Salou", explica el joven del municipio zaragozano de Magallón, mirando entre los productos metidos directamente al carro ahorrando bolsas. También se pueden ver refrescos, zumos y bebidas "de todo tipo", solo se atreve a apuntar.
La cadena local de supermercados Michelangelo cuenta con un folleto de ofertas específicas para los jóvenes que viajan con el turoperador Fun Tour que resume la dieta de estos días: lote de macarrones, salsa boloñesa, botella de dos litros de refresco Zero, 4,86 euros, con regalo de una bolsa de queso rallado. Otro 'pack' anuncia un paquete de arroz, una docena de huevos, de nuevo refresco de dos litros y regalo de un brick de tomate frito por 5,41 euros. No faltan noodles para hacer al microondas, bebidas energéticas y las de moda Prime o patatas y bollería en lotes de cuatro, seis y ocho. Ni fruta ni verdura asoman por las ofertas.
Tienen planeando "dejar comidas preparadas para después de ir de fiesta o por las tardes de cena por si vamos a la playa", detalla David. En su caso, hasta julio no se presenta a la Evau, la segunda oportunidad, porque tiene que recuperar alguna asginatura y confiesa que pese a ello en casa no le han puesto problema en hacer ya el viaje que llevan preparando todo el curso.
Martina Puyal regresa también de la compra con sus otros cinco compañeros de piso a otros apartamentos cercanos. Ha llegado en un autobús desde Binéfar (Huesca) en otro de los viajes organizados. "Los planes son salir, disfrutar del principio del verano y que hemos terminado ya y que sea lo que Dios quiera", cuenta al volver también de la compra a sus apartamentos, también contratados en un paquete con entradas a discotecas. "Y una fiesta en un barco", añade su compañero Quílez, que parece lo que más les motiva por lo novedoso. Compartirán piso estos días seis compañeros, pero hay otros en varios pisos del mismo edificio.
"No es que seamos ninguno muy cocineros, entonces macarrones, arroz a la cubana...", empieza a enumerar ella. "Hemos ido a lo barato", confiesa él. Rebuscan en la bolsa y muestran desde pan de molde, leche y zumos a papel higiénico y los lotes de productos de oferta en el supermercado. "Y el tomate, muy importante porque vamos a comer a base de pasta", añade. El miércoles volverán a casa, justo el día que se publicarán las notas. Otros lo alargarán hasta completar la semana.
Miguel Franc, Iker Hernández y Sorin Popescu serán de los que se vayan el miércoles. En el balcón de su apartamento planifican sus días de carpe diem. "Hoy vamos a ir a la discoteca Flashback a pasarlo bien y a la playa", cuenta Miguel. “Ahora somos mayores, tenemos 18 años y ya tocaba un viaje así”, aseguran, tras un curso "duro" con “semanas sin salir de casa para estudiar”, afirma Sorin. "Yo creo que sacaré bastante buena nota", afirma el joven, que quiere estudiar algo relacionado con automoción. Miguel aspira a sacar una de las notas más altas para poder estudiar Ingeniería Naútica en Madrid e Iker se lo está pensando aún. El dinero aseguran que lo han ahorrado con el trabajo en verano.
Para el sector turístico el colectivo de estudiantes supone un impulso en la pretemporada veraniega que comienza hacia mitad o finales de mes. “Nosotros llevamos muchos años haciendo la ‘postselectividad’ que le llamamos”, explica Sergi Daroca desde los apartamentos Rentalmar Blue Beach que acogen a algunos de los grupos de Fun Tour. Los jóvenes suponen "una alegría porque en un mes de junio tenemos una semana con estudiantes que nos llenan prácticamente todos nuestros apartamentos", explica. “Normalmente son de cuatro o seis personas. El máximos son de ocho”, detalla.
Se vigila que se respete el comportamiento y no lo equipara al turismo de borrachera de eventos ya prohibidos como la Salou Fest que congregaba a miles de jóvenes extranjeros en la localidad. "Al final nosotros queremos turismo familiar y joven, que puedan convivir con armonía", asegura,
