Y las europeas pasaron de largo por Aragón
Preguntado un dirigente del PP aragonés a propósito del asunto sobre el que ha girado la pugna por el voto este 9-J, la respuesta es automática: "Begoña Gómez, sin ningún género de dudas. La campaña ha estado marcada por la corrupción del PSOE". Repetido el ejercicio en las filas socialistas, no hay muchas milésimas de segundo de diferencia a la hora de contestar: "La clave de esta campaña es frenar a la ultraderecha".
¿Y Aragón? Aragón se quedó mirando en el borde de la acera cómo se movían las corrientes de la campaña. La travesía central y el Canfranc, los intereses del campo, la despoblación o las normativas ambientales no han tenido nada que hacer frente a la amnistía, los exabruptos del argentino Javier Milei o los problemas con la Justicia de la esposa del presidente del Gobierno. "No se ha hablado de proyectos ni de futuro. Ni en Aragón ni en ningún sitio", dice un cargo del PSOE. "¿Los temas aragoneses? Es imposible. Con Begoña y la ultraderecha ya está. Es lo que hay", comenta una diputada aragonesa. La campaña pasó de largo.
Más allá de los programas europeos y el juego de mayorías en la composición de la Eurocámara, los partidos aragoneses miran al día de después, cuando, al margen de quién gane y de las peculiaridades de las europeas, podrán confirmar cuál es su músculo electoral.
Solo habrá que comparar los porcentajes de voto con los ultimos comicios y después aplicar a los resultados de las europeas la ley D’Hondt para ver qué pasaría en unas elecciones generales, autonómicas o municipales. "Si en lugar de europeas fueran generales, Sánchez saldría de la Moncloa. Y el ánimo de cambio sería mucho mayor", dicen en el PP, convencidos no solo de que van a ganar, sino de que la distancia abierta con el PSOE en las generales va a aumentar. En el PP aragonés confían en superar los 4 puntos de diferencia, lo que sería "un gran resultado".
El PSOE, que llega por detrás en las encuestas, juega con las expectativas. "No va a haber ni diez puntos de distancia ni plebiscito. Un diputado como mucho de diferencia", sostienen optimistas tras una campaña difícil, no solo por las incidencias judiciales de la esposa de Begoña Gómez, sino por la división vivida en el partido en Aragón por la incorporación de la oscense Rosa Serrano frente al aparato controlado por Javier Lambán. La ausencia de Pedro Sánchez y de la cabeza de lista del PSOE a las europeas, Teresa Ribera, ha puesto en evidencia la crisis interna y la falta de peso del socialismo aragonés en Ferraz.
No solo se la juegan los principales partidos. Estas elecciones pondrán porcentaje al poderío de Vox, que ha basado su campaña en la confrontación no solo con el PSOE, sino también con su socio en Aragón, el PP. ¿Cómo reaccionará Vox, siempre volátil, ante un buen resultado el 9-J? ¿Se moverá el tablero de juego de la política aragonesa?
Ni de la aragonesa ni de la española. Así lo ven los veteranos de los partidos, que solo aspiran a que las europeas acaben siendo un mero test de fuerza de los dos grandes, el PP y el PSOE. " Lo que va a marcar el futuro de España va a ser Cataluña", dice uno. Puede tener razón. Pero para esa pantalla política habrá que esperar al lunes.
