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En colaboración con ITA

Las pinturas, una barrera clave para proteger los materiales metálicos frente a la corrosión

En laboratorios como los del ITA se comprueba hasta qué punto planta cara una pintura a la corrosión y el paso del tiempo.

Ensayo con pinturas en el laboratorio climático del Instituto Tecnológico de Aragón.
Ensayo con pinturas en el laboratorio climático del Instituto Tecnológico de Aragón.
ITA

La pintura es una mezcla líquida o viscosa compuesta por pigmentos, resinas, disolventes y aditivos, que se aplica a una superficie para crear una capa protectora o decorativa.

Sin embargo, en la industria, más que pintura se suele utilizar el término ‘sistema de pintura’. Un sistema de pintura es un conjunto de varias capas de diferentes tipos de pinturas o recubrimientos, aplicados en una secuencia específica para ofrecer una protección y acabado óptimos. Este sistema incluye generalmente varias etapas: una imprimación, que es la primera capa que se aplica para asegurar la adherencia de las siguientes capas; una capa intermedia que es opcional y puede aplicarse para añadir espesor y mejorar la protección anticorrosiva; y, finalmente, la capa de acabado, que es la última capa y proporciona la apariencia final deseada y una protección adicional contra factores ambientales.

Un sistema de pintura se diseña específicamente para responder a las necesidades de protección y estética de una superficie en particular, considerando factores como el tipo de metal, las condiciones ambientales a las que estará expuesto y los requisitos de durabilidad.

¿Por qué se utilizan las pinturas en la industria?

Una pintura o sistema de pintura desempeña un papel crucial en la protección de materiales metálicos frente a la corrosión, un proceso natural que deteriora y debilita los metales con el tiempo. Actuando como una barrera física, la pintura impide el contacto directo del metal con elementos corrosivos como el agua, el oxígeno y los contaminantes ambientales. 

Esta capa protectora es especialmente importante en entornos industriales y marinos, donde los metales están expuestos a condiciones adversas. Además de su función protectora, las pinturas pueden incluir en su composición aditivos que ayuden a prolongar la vida útil de las estructuras metálicas y suelen cumplir también una función decorativa o estética.

Cómo seleccionar un sistema de pintura adecuado

La selección del sistema de pintura adecuado para la protección contra la corrosión no es fácil e implica una variedad de factores que se deben tener en cuenta para garantizar que se logre la mejor solución técnica y la más económica.

Los factores más importantes a considerar para cada proyecto antes de seleccionar el tipo de sistema protector son: tipo de superficie a ser protegida, proceso de sistema de pintado, corrosividad del medio ambiente y durabilidad.

Para ayudar en este proceso, muchas empresas recurren a la norma UNE-EN ISO 12944, que trata sobre la protección de estructuras de acero mediante sistemas de pintura y abarca todas las características que son importantes para obtener una protección adecuada frente a la corrosión. 

Además, establece una categorización de las pinturas en función de su capacidad de protección, es lo que se denomina categoría de corrosividad de una pintura y es un término ampliamente utilizado en el sector que ayuda a saber si un sistema de pintura va a ser adecuado o no.

Al seleccionar un sistema de pintura, es fundamental averiguar las condiciones en las que va a localizarse esa estructura o instalación, es lo que llamamos corrosividad del medio ambiente. No es lo mismo colocar una estructura en el interior de un edificio con una atmósfera limpia, por ejemplo, en oficinas o tiendas, que colocarla en el exterior de un zona de costa con elevada humedad y salinidad.

Envejecimiento acelerado en el laboratorio

El paso del tiempo no perdona y las condiciones de humedad, salinidad y los agentes químicos presentes en la atmósfera pueden envejecer las pinturas que protegen los metales.. El laboratorio climático del Instituto Tecnológico de Aragón (ITA) ayuda a las empresas en la verificación de la categoría de corrosividad de una pintura o sistema de pintura mediante la realización de los ensayos necesarios que indica la norma UNE-EN ISO 12944-6.

Casi como en una máquina del tiempo, estos ensayos consisten básicamente en evaluar unas placas pintadas antes y después de someterse a unos envejecimientos acelerados en laboratorio

Antes de comenzar el proceso de envejecimiento, se comprueba el espesor de pintura y su adherencia (que la pintura no se desprenda con facilidad del metal).

Posteriormente, las placas son sometidas a unos ensayos climáticos que simulan un envejecimiento acelerado. Así, se realizan ensayos de niebla salina o ensayos de resistencia a la humedad (condensación).

Finalmente, hay que comprobar cómo ha respondido la pintura para determinar si cumple unos determinados requisitos tras haberse sometido a estos procesos de envejecimiento acelerado. Por ejemplo, se evalúa si han aparecido ampollas en su superficie o si presenta signos de oxidación, así como que no haya pérdida de adherencia entre la pintura y el metal. El ampollamiento es un defecto que puede aparecer en una pintura con el tiempo. Estas ampollas pueden terminar reventando y, en ese caso, el metal quedaría al descubierto sin protección.

Ampollas en la superficie de una muestra de pintura durante un ensayo en el Instituto Tecnológico de Aragón.
Ampollas en la superficie de una muestra de pintura durante un ensayo en el Instituto Tecnológico de Aragón.
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Ensayos climáticos como garantía de durabilidad y resistencia de los materiales

Las pinturas no son una excepción. Los ensayos climáticos sobre materiales son fundamentales para garantizar la durabilidad y la puesta en servicio de diversos productos. Estos ensayos permiten evaluar cómo reaccionan los materiales ante factores como la humedad, la temperatura, la salinidad del ambiente, la radiación ultravioleta y otros elementos climáticos adversos. Al someter los materiales a estas pruebas en el laboratorio, es posible identificar posibles fallos y degradaciones antes de que los productos lleguen al mercado, asegurando así su fiabilidad y seguridad a largo plazo.

Además, los ensayos climáticos ayudan a mejorar la calidad de los materiales, permitiendo a los fabricantes desarrollar soluciones más resistentes y sostenibles que puedan soportar las exigencias del entorno en el que serán utilizados. Contribuyen, también, a predecir su comportamiento a largo plazo, lo que es fundamental para aplicaciones críticas en sectores como la construcción, la automoción, la aeronáutica y la electrónica.

Por último, aseguran que los materiales cumplen con las normativas y estándares internacionales, facilitando su aceptación y uso en mercados globales. 

El laboratorio climático del Instituto Tecnológico de Aragón dispone de un amplio equipamiento para la realización de estos ensayos: cámaras de niebla salina, cámaras climáticas de temperatura y humedad, envejecimientos con luz ultravioleta con posibilidad de etapas de lluvia o condensación y cámara de corrosión cíclica, donde se pueden alternar etapas de niebla salina con etapas de calor y humedad.

Engracia Mozas Diseño y Desarrollo de Materiales del Instituto Tecnológico de Aragón

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