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La maquinista aragonesa que lleva un tren de mercancías en Cataluña

La presencia de mujeres en la plantilla de Renfe está aumentando considerablemente en los últimos años y suponen el 21% de los trabajadores. En 2018, en Aragón trabajaba una maquinista de Media Distancia, mientras que ahora son cinco y una becaria. 

La maquinista aragonesa Laura Campos, de 26 años, junto al tren de mercancías que suele llevar todos los días desde su entrada en Renfe desde el mes de febrero.
La maquinista aragonesa Laura Campos, de 26 años, junto al tren de mercancías que suele llevar todos los días desde su entrada en Renfe desde el mes de febrero.
Heraldo

Somos pocas maquinistas, pero lo cierto es que me va muy bien”. Laura Campos estudió la carrera de Trabajo Social, se licenció hace cuatro años pero no le gustaba esa profesión. Al mirar su futuro se sentó unos días con sus padres para ver cómo asumirlo. Primero vio que conducir era una salida porque le atraía y pensó en que podía hacerse desde taxista a profesora de autoescuela. Un día estaba con su madre en el salón leyendo un periódico y vio la noticia de que Renfe buscaba maquinistas. “Me dijo si me gustaría probarlo. Hice los trámites que tenía que hacer, me apunté y mira, lo saqué”, relata la maquinista aragonesa de 26 años, que ya está al frente de un tren de mercancías en Cataluña.

En esa nueva etapa decidió irse a una escuela situada en Bilbao, entre septiembre de 2021 y julio de 2022, porque entonces no había otra en Zaragoza (ahora ya existe desde el año pasado). Eran nueve meses, seis de ellos teóricos y tres prácticos. “Nunca había estudiado con tantas ganas como esto y me gustaba. No me costaba nada”, relata. “Alguna vez he acompañado a mi padre en algún viaje en tren (es miembro de la Asociación Zaragozana de Amigos del Ferrocarril y Tranvías, Azaft), pero no recuerdo que me influyera”.

Buena parte del curso era conducir el ferrocarril y lo que podía ser su trabajo de futuro, le supuso “ir a más cada día y… mira”, reconoce. “Es duro llegar a ser maquinista porque tienes que estudiar todos los días, como una oposición. O se lo dedicas o no la sacas”, apunta la zaragozana Laura Campos por teléfono, desde su casa en Barcelona. Llegó en julio de 2023 a la Ciudad Condal, estuvo siete meses de prácticas acompañada en el tren y desde que firmó su contrato laboral el 1 de febrero, que es indefinido, ya lleva sola un ferrocarril de mercancías.

Crecimiento femenino en Renfe 

El ejemplo de la maquinista aragonesa Laura Campos forma parte del incremento de las mujeres trabajadoras del grupo Renfe, que han aumentado un 65% en los últimos cinco años, pasando de 1.965 en 2018 a 3.367 en 2023. En la actualidad, la proporción de mujeres en la plantilla de Renfe llega al 21,2%, 8 puntos por encima de hace cinco años. 

Actualmente, en Aragón hay 13 mujeres maquinistas en Renfe como ella: dos en alta velocidad y larga distancia de Zaragoza, tres en Media Distancia de Zaragoza, dos en Media Distancia de Teruel y seis en Mercancías de Zaragoza. Además, hay dos becarias que aprobaron el último examen, como ella, y una alumna en la Escuela Profesional de Conducción y Operaciones de Zaragoza, que es la Escuela de Maquinistas de Renfe que se abrió en septiembre del año pasado.

 

Fuentes de Renfe destacan que en Media Distancia en Aragón “hay ahora cinco maquinistas y dos becarias, mientras que hace cinco años solo había una”. Además, en el Centro de Gestión de Operaciones en Zaragoza, donde se controla y vigilan en tiempo real los trenes para que funcionen bien y resuelvan las incidencias, hay ahora cuatro mujeres y en 2018 no había ninguna.

Los 'tamagotchi' o Diésel 596 fueron fabricados en los años 70 y reformados en los 80 del siglo pasado. En la foto, un tren estropeado entre Cuencabuena y Lechago, en el momento de ser remolcado por otro convoy hasta la estación de Ferreruela.
Los 'tamagotchi' o Diésel 596 fueron fabricados en los años 70 y reformados en los 80 del siglo pasado. En la foto, un tren estropeado entre Cuencabuena y Lechago, en el momento de ser remolcado por otro convoy hasta la estación de Ferreruela.
Javier Escriche

Este puesto de trabajo, como el de maquinista, ha estado muy ‘masculinizado’. La plantilla de Renfe ha sido mayoritariamente masculina por razones históricas”, reconocen en la compañía ferroviaria, al recordar que estaba formada por quienes hacían el Servicio Militar en el Regimiento de Ferrocarriles. Había dos regimientos, el de Ferrocarriles, que se hacían maquinistas  o factores, y el de Zapadores Ferroviarios que se formaban en infraestructuras (lo que ahora gestiona Adif) y se incorporaban a Renfe al acabar la mili. De hecho, en 1985 concluyeron lo que se llamaban las ‘promociones militares’, y entre los 40 y los 80 había pocas mujeres en Renfe y, en todo caso, reconocen que “no eran maquinistas”.

En la nueva tendencia de feminizar los trenes, Renfe ha llevado a las mujeres maquinistas hasta las destinadas en Arabia Saudi, donde actualmente trabajan 286 de la plantilla y de ellas 34 son conductoras de los trenes ave de la línea que une las ciudades santas de La Meca y Medina, con la sociedad Haramain High Speed Railway.

Los datos de la plantilla de maquinistas de Renfe KSA (sucursal saudí de la operadora española) asciende ya a 140 profesionales y casi un cuarta parte de ellas son mujeres. En las fechas próximas está previsto que otras 30 se incorporen a este colectivo en Arabia.

La maquinista aragonesda Laura Campos, junto al tren de mercancías que lleva todos los días.
La maquinista aragonesa Laura Campos, junto al tren de mercancías que lleva todos los días.
Heraldo

El primer viaje sola 

Laura detalla que su primer viaje sola al frente del tren de mercancías fue irse de viajera a Tarragona para trasladar un ferrocarril hasta la provincia de Barcelona el pasado 3 de febrero. “Mi compañero que traía ese tren iba pillado de horas y me mandaron a Reus para ir desde allí hasta Cantunis”, precisa. “Me tocó una locomotora 251 y llevaba mercancías, con contenedores”.

La maquinista tiene claro que Renfe tiene una política de ampliar este tráfico, a la hora de superar los 4% que lleva cada año y poder alcanzar los datos de Alemania (un 25%) por las decisiones de la UE frente al tránsito por los camiones.

Sobre el futuro de su trabajo, explica que está asignada en la residencia de Barcelona donde pronto podría pasar de mercancías a pasajeros. “Quiero volver a casa y llevar viajeros”, señala respecto a la posibilidad de regresar a Aragón.

De momento, Laura Campos cuenta que el mejor viaje que ha realizado en los cuatro meses que lleva con Renfe es llegar con los trenes desde Morrot (Barcelona) hasta Perpiñán (Francia), aunque le cuesta mucho porque la línea “es un poco complicada”. Ese destino del ferrocarril de mercancías tan deseado ahora por España era también hasta el verano de 1974 cuando los españoles todavía viajaban a la misma ciudad para ver las películas prohibidas y por su contenido sexual o político no se exhibían en España (así pasó con el Último tango en París, de Marlon Brando, Viridiana de Luis Buñuel o El gran dictador de Charles Chaplin).

Panorámica de Perpiñán
Panorámica de Perpiñán
Canva

El plan laboral de la maquinista aragonesa es de cinco días de trabajo, con viajes de ida y vuelta, y dos de descanso. Lleva una temporada de hacerlos de noche, que tienen un turno más corto, desde las 21.00 hasta las 4.00 de la madrugada del día siguiente, o entre las 23.00 y las 6.00.

“No conocía a ninguna chica que fuera maquinista antes de venir aquí. En la residencia de Barcelona Sans donde estoy, del total de 25 que somos, estamos cinco o seis mujeres de entre 22 y 36 años”, explica. “Yo soy novata”. Esta mención del lugar de trabajo al que pertenecen, pero no facilitan sus viviendas, que tienen que buscarse en la zona.

Laura Campos explica que la evolución de su trabajo le califica como maquinista de entrada durante los dos primeros años, luego ascienden a maquinista en los dos siguientes y en el quinto año ya se convierten en maquinista jefe de tren.

Tren de alta velocidad AVE en la Estación Delicias de Zaragoza
Tren de alta velocidad AVE en la Estación Delicias de Zaragoza
Oliver Duch

Un buen sueldo  

En la sociedad española, este empleo tiene “un buen sueldo para lo que hay ahora en la vida”, destaca la empleada novata de Renfe, “aunque la responsabilidad podría servir también para un aumento”. De hecho, el primer salario de maquinista que reciben está entre 2.000 y 2.300 euros, según los meses, y cuando crecen pueden llegar a los 3.000, al llegar a jefe de tren y dirigir un AVE.

“Me encantaría algún día llevar el tren de Zaragoza a Canfranc, sobre todo por mi padre”.

Aún así, Laura reconoce que la tensión en el trabajo depende de cómo estén las señales de la vía o le metan por alguna que no tiene costumbre de utilizar. “Siempre que puedo voy en tren, para pasar un fin de semana con la familia en Zaragoza o irme de vacaciones o de viaje”, enumera el cambio de las costumbres que le provoca conocer el ferrocarril por dentro. “Tenemos el bono gratuito para los cercanías y los medio distancia, y en los ave o larga distancia hay algún descuentos”.

Cofinaciación europea. La inversión movilizada para las obras de modernización de los 119 kilómetros entre Calderarenas y Canfranc alcanza 183,4 millones, de los que 96,8 los ha desembolsado la Unión Europea.
Cofinaciación europea. La inversión movilizada para las obras de modernización de los 119 kilómetros entre Calderarenas y Canfranc alcanza 183,4 millones, de los que 96,8 los ha desembolsado la Unión Europea.
Verónica Lacasa

Cuando se encuentra con sus compañeros/as de la Universidad de Zaragoza de Trabajo Social, que acabó en 2019, la maquinista destaca que se alegran de verla en su nueva etapa. “Tuve un año de recapacitar para ver qué iba a ser de mi vida y, al final, lo encontré”, relata. Y se despide con un último deseo: “Me encantaría algún día llevar el tren de Zaragoza a Canfranc, sobre todo por mi padre”.

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