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Los fondos de cohesión han inyectado más de 5.000 millones en Aragón desde 1986

La financiación europea ha sido decisiva para la modernización de la Comunidad, que siempre ha luchado por que se tenga en cuenta el territorio y la despoblación.

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Sigue siendo un territorio extenso y despoblado a medio camino entre los grandes centros de producción del norte del país, pero el Aragón de 2024 poco tiene que ver con el de 1986. Hace cuatro décadas, la Comunidad comenzó a percibir una importante inyección económica en forma de fondos de cohesión –social y territorial– procedente de Europa, que buscaba equilibrar las notables desigualdades del continente. Según los datos facilitados por la DGA, las tres provincias aragonesas han recibido desde entonces más de 5.000 millones de euros, sin actualizar la cifra al IPC de hoy en día y sin contar otras vías de financiación, como la Política Agraria Común (PAC).

La política de cohesión es la principal herramienta de inversión de la UE en busca del «crecimiento económico, la creación de empleo, la competitividad empresarial, el desarrollo sostenible y la protección del medio ambiente», según se recoge en los objetivos de la UE. Desde su fundación se establecieron mecanismos de solidaridad a través de diferentes fondos, siendo los pilares fundamentales el Fondo Social Europeo (FSE) y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), que han tenido su impacto en Aragón.

El resultado es un territorio que ha crecido en población, empleo, esperanza de vida o atractivo turístico, por citar solo algunos indicadores. Pero sobre todo que ha multiplicado por tres su PIB. El camino ha sido largo, y no han faltado las luchas para convencer a la UEde que financiar proyectos en Aragón era rentable. Una de las últimas batallas que ha disputado la Comunidad en los últimos años en Europa ha permitido que las provincias más despobladas, entre ellas Teruel, lograran una fiscalidad diferenciada.

Pero ya en los primeros planes de financiación tras la Transición hubo que batirse el cobre. Entre 1986 y 1993, Aragón recibió 300 millones de euros (al cambio de pesetas sin actualizar el IPC), repartidos entre los fondos de desarrollo de zonas rurales (Objetivo 5b) y los dirigidos para zonas industriales en declive (Objetivo 2). No obstante, la Comunidad fue excluida del Objetivo 1, el de mayor partida económica, al no tenerse en cuenta criterios que hoy siguen siendo vigentes.

«Aragón sólo tiene el 3% de la población española, pero tiene el 10% del territorio. La superficie es un factor a tener en cuenta a la hora de calcular el reparto por comunidades de cualquier subvención y sobre todo a la hora de distribuir y calcular la necesidad de fondos de solidaridad. Otros factores que apenas han sido considerados hasta ahora y merecen mayor atención son la dispersión y el envejecimiento», advertía una información publicada en este diario en 1996.

Todos los sectores

Desde entonces, los fondos no han dejado de llegar, en mayor o menor medida, y para todo tipo de proyectos. Autovías, depuradoras, planes de formación para el empleo, recuperación del patrimonio, protección de espacios naturales, digitalización de la economía y de los hogares, instalaciones deportivas... Prácticamente no hay ámbito que haya quedado excluido de la inyección económica de los fondos estos últimos cuarenta años.

Tampoco la agricultura, que a través de la PAC –cuyo origen se remonta a los años 50, con sucesivas actualizaciones a la realidad de cada momento– trata de dar respuesta a las necesidades del sector. Aragón recibió el año pasado 302 millones de euros por esta vía, que se encuentra de nuevo en fase de revisión al calor de las protestas del campo y de las elecciones europeas del día 9.

De igual modo, la Comunidad se ha visto beneficiada por los Fondos de Transición Justa, pensados para ayudar a los territorios que afrontan procesos de descarbonización de sus economías. Solo en la provincia de Teruel, este mecanismo aportará en los próximos tres años 88 millones de euros.

Pero el último gran empujón ha llegado tras la pandemia. Con el objetivo de reactivar la economía en el continente ante el frenazo que supuso la crisis sanitaria, Bruselas diseñó los fondos Next Generation EU, dotados con 750.000 millones de euros, bien en préstamos bien en transferencias no reembolsables.

En este caso, la Comunidad ha recibido hasta la fecha 1.435 millones de euros de este macroplan de recuperación desde su puesta en marcha en 2021, de los que se han beneficiado 26.122 empresas, entidades y ciudadanos. Esto supone casi el 72% de los fondos previstos hasta el momento (unos 2.000 millones), según los datos del Gobierno central.

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