En la nieve sin esquís
?Propuestas alternativas, a mitad de camino entre el ocio, el deporte y la aventura, para complementar el
esquí en las estaciones aragonesas.
Podría llegar a parecer absurdo, vano o incluso incongruente subir hasta más allá de los 1.500 metros de altitud de una estación de esquí como cualquiera de las del Pirineo aragonés o las turolenses de Valdelinares y Javalambre y ni siquiera calzarse unas tablas para deslizarse por cualquiera de sus múltiples y variadas pistas. Pero, ¿acaso la nieve es solo esquí o snowboard? No:hay vida más allá para disfrutar de la nieve de un modo complementario e, incluso, alternativo.
La lista de propuestas de ocio y deportivas es extensa, pero aquí señalamos solo algunas, bien por no ser especialmente exigentes físicamente, bien por su novedad o por su éxito, con más adeptos día a día. Son cuatro sugerencias para gozar de la nieve de una forma distinta.
Conducir un trineo de perros, surcar la alta montaña con unas raquetas a modo de calzado, pilotar una moto de nieve y aprender a construir un iglú es posible en los valles de Tena, del Aragón, Ampriu y en la sierra de Javalambre, respectivamente.
Para todas estas experiencias, donde la nieve se convierte en elemento imprescindible, hay un denominador común, ya que se disfrutan en un entorno privilegiado de naturaleza y alta montaña, donde los paisajes, por sí mismos, ofrecen ya un atractivo único e inabarcable.
Más ejemplos
Son solo unos ejemplos, pero hay más. En Panticosa, para los más osados e incluso para quienes no tienen miedo a las alturas, es posible volar en parapente biplaza, con instructor, por 95 euros; en Formigal se puede bajar una pista con neumáticos de camión (donuts tubbing) como si estuviéramos en un parque acuático, usar la bicicleta de nieve (snowbike) o hacer toboganing de noche.
En el valle del Aragón, hay quien preferirá hacer escalada en hielo y en Javalambre, practicar un curso de iniciación a la montaña con la posibilidad de aprender rapel, manejo de cuerdas para escalada...
A mitad de camino entre el ocio, el deporte y la aventura, tras el movimiento de la jornada, lo mejor es descansar en un refugio invernal. Junto a la nieve, pero sin esquís.