Construir un iglú, el mejor 'refugio' de nieve y hielo

Divertido, práctico y, a veces, imprescindible. Aprender a construir un iglú puede servir para salvar la vida en la montaña en caso de verse sorprendido por una avalancha de nieve. Javi Pérez, guía de montaña en el refugio Rabadá y Navarro de Javalambre está convencido de la importancia de conocer esta técnica que se aprende entre una tarde –con una charla teórica de dos horas– y una clase práctica. Construir un iglú no es especialmente complicado y, en caso de necesidad, para pasar la noche a la intemperie "resulta más útil que incluso una tienda de campaña".

Cuatro simples pasos bastan para aprender a abrir un iglú en la nieve: amontonar nieve, cubrirla con un plástico de rafia, tapar de nuevo con otra capa de nieve bien compactada y, por último, abrir hueco para las personas que lo vayan a utilizar.

"La técnica de supervivencia la aprenden no solo turistas, sino también colegios, aspirantes a guía, montañeros...", señala Pérez, que también organiza actividades como el rapel, excursiones con raquetas, construcción de pasamanos, escalada... Aprender a hacer un iglú –para grupos de cinco a seis personas– cuesta unos 40 euros por participante.