Una ruta por un valle desconocido del Pirineo de Aragón entre barrancos, cascadas y praderas
Un paraíso para los amantes de los deportes de montaña y de la naturaleza, este valle de Huesca esconde tanto pueblecitos como paisajes que podemos explorar con excursiones sencillas.
Los Pirineos atrapan todas las miradas en Aragón. Esta zona de la provincia de Huesca es el destino estrella para los amantes de la naturaleza, al igual que lo es para los amantes de los deportes de montaña no solo en la comunidad, sino en toda España. Senderismo, trekking, barranquismo, rafting, BTT... las posibilidades de recorrer los valles pirenaicos con la adrenalina al máximo son casi infinitas. El de Benasque, el de Tena, el de Ordesa o los de Ansó y Hecho son los más populares y cuentan con muchas rutas (y de todos los niveles) para explorarlos. No obstante, también tenemos otros valles algo más desconocidos que también son dignos de una visita y esconden parajes muy bonitos.
Hoy descubrimos el Valle de Aísa, en la comarca de La Jacetania, a través de un espectacular paisaje con una ruta fácil que seguro que te deja con ganas de más.
La ruta circular en el Valle de Aísa por el Barranco de Igüer, en el Pirineo aragonés
El Valle de Aísa está encajado y casi oculto entre los valles de Hecho y de Canfranc. A los pies del Pico Aspe nace el río Estarrún, que lo recorre de norte a sur, y este valle cuenta con las localidades de Esposa, Sinués y el bonito pueblo de Aísa, cuyos ayuntamientos están unificados en este último.
Este paseo de 6,5 kilómetros por la cabecera del valle nos descubre las cascadas del barranco de Igüer, la surgencia del manantial de Rigüelo y las praderas de los Llanos de Napazal, siempre acompañados en nuestro camino de unas magníficas vistas, presididas por los Mallos de Lecherín.
Esta preciosa y fácil ruta de unas dos horas de duración en el Parque Natural de los Valles Occidentales comienza en el aparcamiento de Rigüelo, al que se accede desde Aísa sin problema. Recorremos una pista con pendiente, por lo que hay que tener precaución, como siempre, para ascender junto al río Estarrón.
Llegamos al refugio de Saleras, donde confluyen los barrancos de Igüer y Estarrón. Además, aquí el valle se abre para regalarnos una impresionante vista de los Mallos de Lecherín. En nuestro paseo por el barranco de Igüer nos toparemos con una sucesión de pequeñas cascadas y pozas ideales para refrescarse en verano.
Dejamos atrás el refugio de Saleras y cruzamos el barranco de Igüer para dirigirnos, en dirección noreste, a los Mallos de Lecherín. Ascendemos hasta llegar a la divisoria de aguas entre las cuencas del barranco de Igüer y Estarrón y tomamos un sendero desde allí que discurre a media ladera por la cuenca del barranco de Estarrón.
Este camino nos lleva a alcanzar las cascadas del Manantial de Rigüelo. Las dejamos atrás para continuar hacia las faldas de los Mallos de Lecherín y alcanzar el sendero GR-11.1 con destino al refugio de Lizara.
Desde aquí tomamos el sendero GR-11.1 y adquirimos mayor altura hacia la cuenca del barranco de Igüer, pasando por las surgencias de las fuentes de Rigüelo.
Seguimos subiendo hasta la divisoria de aguas entre los barrancos de Estarrón e Igüer para luego descender el curso de agua del Igüer, que discurre por las extensas praderas de los Llanos de Napazal.
Para completar las bonitas vistas que hemos completado durante todo el recorrido, en la carretera entre Aisa y el parking de Rigüelo se puede hacer una parada en la Cascada del Sibiscal.
Dónde comer en Aísa
Una buena opción para comer y reponer fuerzas en el pueblo de Aísa es el Restaurante Valle de Aísa. Se sitúa en la calle Alta, s/n, y el teléfono es 974 36 24 20. Entre sus platos más destacados se encuentra el jabalí o el potaje contundente con pochas, borraja, costilla de cerdo, torteta de Huesca y chorizo.
Cómo llegar a Aísa, en Huesca
Para llegar a Aísa desde Huesca hay que tomar la A-23 en un trayecto de una hora y media en coche. Por otro lado, llegar desde Zaragoza cuesta dos horas y 10 minutos en coche y hay que tomar la misma vía.
