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Folclore

Los mayos de la Sierra de Albarracín, una tradición adaptada a los nuevos tiempos

Antiguamente, en los pueblos de la comarca, la noche del 30 de abril, los mozos cantaban a las mozas que les habían tocado como pareja por sorteo. 

Imagen antigua de los mayos de Albarracín.
Imagen antigua de los mayos de Albarracín.
Archivo López Segura

Ya estamos a treinta del abril cumplido. Alegraos damas que mayo ha venido”. Así dice el estribillo y parte más conocida de los Mayos de la Sierra de Albarracín, unas coplas que los mozos de antaño cantaban a las mozas con las que habían sido emparejados previo sorteo.

La tradición, que se mantiene en la mayoría de los pueblos de la comarca, ha ido sobreviviendo al paso de los años con más o menos adaptaciones al contexto y a la sociedad actual.

Los Mayos tienen un denominador común a todos los pueblos donde se cantan, no solo de esta región turolense, sino también al resto de zonas de España, especialmente las colindantes, como Guadalajara, Cuenca o Valencia, con las que se comparte la tradición.

En común tienen el origen un tanto incierto de la fiesta que no en vano se celebra el 30 de abril. Y es que estos cantos sirven para dar la bienvenida a la primavera y son también un homenaje a la belleza de la mujer.

Según la tradición, la noche del 30 de abril se celebraba un sorteo que serviría para emparejar a los mozos (los mayos) con las mozas (sus mayas). Una vez echada la suerte, los chicos, rodeados de sus allegados, acudían a casa de su pareja quien, asomada al balcón, escuchaba a su mayo cantar. En algunos lugares, también entraba en el sorteo la Virgen, que sería la maya de uno de los mozos, teniéndole éste que ir a cantar a la iglesia del pueblo.

Imagen actual de los mayos de Albarracín
Imagen actual de los mayos de Albarracín
Rondalla de Albarracín

De aquella tradición, se han mantenido algunas partes y otras se han obviado. Así, ya no es habitual celebrar sorteos y tampoco se dan las subastas que, en algunos pueblos y momentos se llegaron a organizar para pujar por las mozas mejor valoradas.

Pero si algo caracteriza a los mayos de la Sierra de Albarracín es que, a través de sus gentes, se han sabido adaptar a los tiempos y mantener viva o recuperar una tradición exclusiva de esta zona en Aragón.

Una costumbre con peculiaridades en cada pueblo

Aunque todos los pueblos donde se cantan los mayos tienen una base compartida, cada comunidad tiene sus peculiaridades, empezando por la letra de las coplas. Y es que lo que se canta no es en todos los lugares lo mismo.

Durante años, aquellos municipios que no tenían sus mayos propios cantaban los de Albarracín, como es el caso de Orihuela del Tremedal. Pero desde hace el pasado 2015, la localidad tienen letra propia, elaborada por Jesús Sánchez, director de la compañía de teatro Burearte y vecino de la localidad. Así, desde entonces, los mayos de Orihuela hablan de cuestiones relacionadas con el pueblo.

Pero ésta no es la única peculiaridad de la fiesta en Orihuela. En los últimos tiempos, los mayos han pasado de cantarse la noche del 30 de abril a celebrarse el sábado más próximo a dicho día, si es que éste no cae en fin de semana. De esta forma se trata de favorecer que quienes no viven en el pueblo puedan estar presentes en una fiesta que va ganando popularidad cada año.

En este caso, sí se ha mantenido el sorteo de mozos y mozas aunque en un contexto de fiesta popular y sin ninguna finalidad más allá. En la rifa participan todos los solteros y solteras del pueblo, resultando unas 50 parejas en cada edición. Pero no serán los mayos quienes canten a las mayas. De esto se encarga la Agrupación Laudística de Orihuela, con su rondalla, compuesta por una veintena de miembros. Durante todo el año, se reúnen una vez a la semana para tomar clases y conforme se acerca la fecha de los mayos, ensayan estas coplas para, el gran día, cantárselas a los emparejados del sorteo.

La Virgen también entra en la rifa, en este caso, y ella es la primera a la que se le canta, dentro de la iglesia.

Así, en Orihuela, los mayos se han convertido en una fiesta popular, organizada por los quintos de cada año y en la que se involucra a todo el pueblo, ya sea como público, en la rondalla o como pareja de mayo y maya.

En Gea de Albarracín, la tradición se ha recuperado recientemente, tras un largo periodo sin mayos. Fue en 2008, hace apenas una década, cuando la asociación El Solanar se puso manos a la obra para revivir la fiesta. Para ello, se tuvo que rescatar la melodía y la letra de sus mayos y reunir a personas que quisieran cantarlos. En seguida se contó con la colaboración de la Asociación de Pensionistas cuyos miembros son, principalmente, quienes ponen la voz a la tradición. La mayoría son de edad avanzada y llevan toda la vida cantando jotas. Desde hace unos años, cada 30 de abril, a las doce de la noche, hacen los honores con los mayos. Les acompañan los músicos que, según el año, son contratados para la ocasión.

En este caso, no se realiza ningún sorteo, pero siempre hay alguien a quien la rondalla puede cantarle. Habitualmente, los mayos se dirigen a parejas que se han casado o se van a casar ese año. Sí se ha mantenido el canto a la Virgen, en este caso la de la Esperanza, en la iglesia del pueblo.

Imagen actual de los mayos de Albarracín
Imagen actual de los mayos de Albarracín
Rondalla de Albarracín

Entre la tradición y el atractivo turístico

Con los años, los mayos han ido ganando protagonismo por su atractivo turístico y atraen a la Sierra de Albarracín a personas de otras localidades como espectadores. Por su popularidad, Albarracín es una de las localidades que más interés suscita. Por este motivo y también por adaptación a una sociedad más moderna, los mayos se orientan más al público y ya no tanto a los mozos y mozas como antaño.

Como sucede en otras localidades de la zona, en Albarracín no se organizan ya los sorteos y, habitualmente, la rondalla canta los mayos a parejas que, como en Gea, se casan ese año o a otras que lo piden expresamente. Sí se ha mantenido con rigurosidad la fecha del 30 de abril, cuando a las doce de la noche, los miembros de la Rondalla de Albarracín rondan las calles y cantan los mayos en la iglesia, como dicta la tradición.

Después, se ofrece una actuación en la plaza, donde se incorporan al grupo las integrantes femeninas de la rondalla que, durante los mayos no intervienen para mantener la tradición de los mozos.

Este año, la noche del 30 de abril los cantos de los mayos no se pudieron llevar a cabo en la Sierra de Albarracín. En su lugar, algunas asociaciones ofrecieron alternativas, como la de Albarracín, cuyos miembros se grabaron en vídeo interpretando las coplas desde sus respectivas casas.

Además de las localidades citadas, los mayos de la Sierra de Albarracín se cantan también en Bronchales, Guadalaviar, Jabaloyas, Noguera de Albarracín, Royuela y Torres de Albarracín.  

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