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La sal romana de Armillas: un saludo al sol

Esta pedanía de Vivel del Río Martín tiene a dos kilómetros salinas datadas en la antigua Roma; un vecino del pueblo quiere verlas ‘fluctuat’ de nuevo

Juan Jarque ha vivido 88 años, y su cabeza va a mil por hora en cuanto a retentiva, analítica o canalización de las emociones. Trabajó toda su vida como practicante, y los vecinos de Armillas están más tranquilos cuando saben que Juan anda por el pueblo; siempre tiene el buen consejo que vienen a buscar a su casa. “La edad de una persona es la edad de sus arterias, decía Alexis Carrel, premio Nobel de Medicina hace más o menos 100 años. Aunque tengo 88 años, me siento joven. Os recomiendo la equinácea, por cierto; aparece en los propóleos, ayudan al sistema inmunitario”.

Juan figura como comprador de la finca que alberga las Salinas de Armillas allá por 1982; se da fe de ello en un libro llamado ‘Montalbán y su comarca’. “Las salinas son romanas; hace seis siglos, Francés de Aranda dio parte de estas salinas a la Santa Limosna de Teruel, que había fundado. Yo trabajé allá de chaval, con 15 años apenas;si la compré luego junto a mis padres fue por algo sentimental. Nos la vendió el médico Manuel Hinojosa Torán, muy buena persona”.

Jornadas kilométricas

Juan recuerda que le pagaban de chaval 18 pesetas por las jornadas de sol a sol en las salinas. “Nos llamaban zamburrios, una bonita palabra aragonesa; llenábamos con sal los esportines de cáñamo que colocábamos a los lados del camino. Luego, con los machos y unos serones, se llevaba al almacén. Venían a comprar de muchos sitios, desde Alfambra a Obón, Josa, Muniesa… tuvo su auge, pero cayó en decadencia y acabó cerrando allá por 1966. En el fondo del barranco de esas salinas se coge hoy el agua para el pueblo, por cierto”.

Juan trató de reflotar las salinas. “Pensé en ponerlas en marcha, llevé muestras, solicité ayudas a la Administración, pero no ha sido posible; mi último intento data de hace unos 12 años. De aquí se obtuvo y se volvería a obtener una sal gourmet, de altísima calidad, sin microplásticos como la de otros sitios; lo de aquí es agua pura de manantial. Han venido a comprarla, pero siempre con fines especuladores, nadie estaba interesado en ponerlas a rendir”.

Juan insiste en su ilusión. “Las salinas de Añana, en Vitoria, son un ejemplo de lo que se puede hacer; las de Naval, junto a Barbastro, otro. También podría hacerse un balneario perfectamente, tipo el de Archena. Bañarte en agua de sal produce un gran relax, además de ser buenísimo para la piel. Al evaporarse el agua, la sal se condensa más y tumbarse ahí es como hacerlo en una hamaca”.

La finca de las salinas tiene 55.000 metros cuadrados, hay agua y luz, pero luce actualmente en estado de abandono. Destaca su balsa principal, pero hay una importante red de balsetas secundarias. “Mi gran ilusión sería verlas de nuevo activas; si no fuera con impulso industrial, que fuera como un Centro de Interpretación al aire libre”.

Juan tiene otra ilusión, más allá de la mentada para las salinas: que los pueblos puedan ser las grandes residencias de ancianos del futuro, asistida la gente en sus casas por grupos de profesionales que residiesen en la zona. Yo me jubilé en Albarracín, de coordinador de enfermería en el centro de salud, y asistíamos a la gente en su casa. Sería muy bonito que los mayores tuviéramos esa opción para pasar nuestros últimos días en los pueblos”.

El valor estratégico de un pueblo que ha preservado su esencia

Armillas pertenece administrativamente a Vivel del Río Martín desde 1971, y superó un periodo de despoblación casi absoluta en los años 80, aunque en verano las segundas residencias de emigrados y descendientes de hijos del pueblo devuelven la vida a las calles. Situada a nueve kilómetros de Vivel por la pista, que se cubren en unos 22 minutos y ofrecen una vista magnífica de la zona, la distancia con la cabecera del municipio es de 22 kilómetros por la carretera, vía la A-222 y la N-211. Tomás Galve Fleta, autor de una historia resumida de Armillas, cita a Miedes a la hora de situar el origen del nombre del pueblo. “Tiene su origen en el asentamiento griego en la zona. ‘Almure’ significa salado, y por deformación ‘Almyrillas’ significaría saladillas”.

Durante el control cartaginés, la zona es lugar de batalla de las Guerras Púnicas por el control de Levante español. “Montalbán –explica Galve– es un sitio fuerte para los cartagineses y es lugar de batallas con los romanos comandados por los Escipiones. La zona era interesante por la existencia de minas, plomo y plata en Segura, sal muy codiciada en la época en Armillas, y manganeso, sin duda explotadas bajo el control romano”.

Durante la dominación musulmana se registró localmente una huella del Cid Campeador. Según las crónicas de la época, Rodrigo Díaz de Vivar se trasladó a la cercana Peña Cid, atalaya inexpugnable, y desde allí dirige saqueos por todo el valle del río Martín, además de incursionar en las tierras de Alcañiz y Montalbán.

La comarca sería reconquistada en el siglo XII por el rey aragonés Alfonso II, y pasó a engrosar la Sexma del río Martín junto con La Hoz, Martín del Río, Vivel del río Martín, Fuenferrada, Valdeconejos, Las Parras y Villanueva del Rebollar. Para repoblar la zona, e monarca trajo a 10.000 mozárabes andaluces, lo que supuso que convivieron en el pueblo cristianos, judíos y árabes.

El templo local

En 1765 se finalizó la construcción de la iglesia de San Juan Bautista en Armillas. Se trata de una edificación de estilo neoclásico, bastante capaz, de tres naves muy elevadas, con paredes lucidas en yeso según la costumbre de la época. En la cubierta se sitúan tres cúpulas, claro exponente de la grandeza del edificio, en el crucero, en el altar del Sto. Cristo, y la tercera en el altar de San Ramón Nonato. De las ermitas del pueblo quedan en pie la de San Antón y la del Pilar.

Armillas ha conservado a la perfección su arquitectura popular, con interesantes ejemplos de mampostería combinada con tapial, con arcos de sillería. La plaza Mayor exhibe el edificio del antiguo ayuntamiento, con lonja se sillería de dos vanos. El edificio fue restaurado en 2009, y se conservó tanto el trinquete como las antiguas escuelas.

Las fiestas patronales son en honor a San Jorge, patrón del pueblo, aunque la gran celebración se pasa del 23 de abril a agosto –exceptuando este año, claro– para facilitar la celebración ‘in situ’ a los veraneantes, llegados mayoritariamente de Zaragoza y Barcelona.

Vivel del Río Martín, cabecera municipal con vestigios bélicos

En 2018, una empresa catalana consagrada a la recuperación de vestigios en zonas históricas reparó las trincheras y nidos de ametralladoras de la guerra civil que tiene el pueblo de Vivel en su parte elevada. Esos años fueron duros en el pueblo: el llamado saliente de Vivel fue línea de frente entre julio de 1936 y febrero de 1937. Paradójicamente, los enclaves desde los que brotaba el fragor de las balas están ahora poblados de amapolas.

En el patrimonio de Vivel destaca la iglesia de San Roque, del siglo XVII, remozada a finales del XIX tras ser destruida por las tropas carlistas. El edificio está compuesto por tres naves de cuatro tramos que se cubren con bóveda de medio cañón con lunetos; la portada es barroca. A los pies, se sitúa la torre que presenta dos cuerpos, de cantería y ladrillo respectivamente. El resto de la construcción es de mampostería.

ARMILLAS (VIVEL DEL RÍO MARTÍN)

Comarca. Cuencas Mineras. Armillas es una pedanía de Vivel del Río Martín.

Cómo llegar. Desde Teruel, su capital de provincia, hay 87 kilómetros por la N-420, la A-222 y camino rural en buen estado (de cinco kilómetros) hasta el pueblo.

Centro de reunión. En Armillas no hay restauración, pero vecinos y amigos no dudan en señalar la casa de Juan Jarque como un lugar donde se come siempre muy bien, dada la maña de su singular vecino. Juan también presume de su hija nefróloga, que ejerce actualmente en las islas Canarias.

En Vivel. Hay bar-cafeteríamunicipal  a pie de carretera, justo al lado del Ayuntamiento, con tienda de abastos básicos en un lateral. En el espacio contiguo está la ludoteca, activa mayormente en verano.

Asociación de Vecinos. El 6 de abril de 2012 se mantuvo una reunión con la ‘Asociación Cultural de Vivel del Río Martín’, constituida formalmente el 19 de mayo de ese mismo año. La Asociación agrupó inicialmente un total de 66 casas del pueblo.

Artículo incluido en la serie 'Aragón es extraordinario'.