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MÚSICA

Britney Spears, otra muñeca rota

Niña actriz en Disney Channel, estrella pop adolescente, chica mala de opereta y princesa destronada, la cantante sigue haciendo de su vida un culebrón.

Su última visita al Cedars Sinaí de Los Ángeles, el hospital con más estrellas de Hollywood en su listado de pacientes, fue tan rápida como estrepitosa. Britney Spears pasó 48 horas en recuperación de un colapso mental agudo. El jueves pasado, tras negarse a entregar a sus dos hijos a su ex esposo Kevin Federline después de unos días con ellos, encerrada en su casa con una pistola cargada, recluida más tarde en el hospital con evidencias de consumo de metadona cristal, éxtasis y clembuterol (acelerador metabólico usado principalmente en caballos y que se usa para tratar el asma en dosis leves), tocó fondo.


Cinco días después del incidente, Britney está en la calle y los seguidores de esta folletinesca sucesión de calamidades esperan -con un punto buitresco y otro compasivo- los nuevos capítulos del culebrón del asunto. La cantante, de 25 años, parece haber llegado al límite tras la ruptura de su matrimonio y la evidencia de su adicción a las drogas. La intérprete de "Toxic" ha entrado en una espiral de autodestrucción que podría desembocar en cualquier momento en una tragedia.


Una vida de película


La existencia de Britney Spears parece el guión de una de esas películas de adolescentes estadounidenses, con la particularidad de que ella protagoniza todos los papeles: la rubia animadora, la popular, la marginada, la drogadicta, la madre-niña e infeliz que huye de sus responsabilidades pero quiere a sus retoños... y cualquier otro arquetipo imaginable.


Criada en un pueblecito de Louisiana, a los 13 años era la estrella del programa televisivo "Mickey Mouse Club de Disney Channel", junto a otros famosos como Justin Timberlake, que luego sería su novio, o Christina Aguilera. Britney no cantaba como Christina ni tenía el talento de Justin, pero su carisma y belleza le hacía destacar sobre sus compañeros. A los 17 años (finales de 1998) sacó su primer disco. La lolitesca coreografía en "Baby One More Time" la convirtió en ídolo de su generación y objeto del deseo de los padres de sus admiradoras. El éxito fue imparable y, matizado por cambios de arreglos e imagen, se mantuvo intacto hasta 2003, año en que se besó con Madonna -la diva del pop vistió camisetas promocionales de Britney una temporada- durante los premios Grammy.


Al año siguiente -ya había roto con Timberkale- y tras estar casada unas horas con un amigo de la infancia tras una juerga en Las Vegas- se casó con Federline, tildado de cazafortunas por la opinión pública y del que acabó divorciándose en 2006. La pareja tiene dos hijos de 3 y 2 años, cuya custodia fue concedida al padre debido a los excesos públicos de Britney en los últimos años. Después de un año de vivir la vida loca junto a las parranderas profesionales Paris Hilton y Nicole Ritchie, y de incontables incidentes con paparazzis, Britney volvió al ruedo musical en 2007 con una caótica aparición en los Grammy y, sorprendentemente, un exitazo en las listas: "Gimme More".


Tras el incidente de la semana pasada, se ha refugiado en su nuevo novio, Adnan Ghalib... un paparazi. Su hermana de 16 años, por cierto, está embarazada. Cuando acabe la huelga de guionistas en Hollywood, hay una historia fácil de adaptar.