Sociedad

Apedrear al diablo, ritual previo al sacrificio animal en la peregrinación a La Meca

Cumplir con esta tradición viene marcado por la gran aglomeración de personas y el calor sofocante.

Fieles musulmanes cumplen con el ritual de apedrear al demonio durante su peregrinación a la Meca. 
STRINGER / EFE 

Los casi dos millones de musulmanes que han acudido este año a la peregrinación mayor a La Meca realizaron este domingo el ritual de apedrear el demonio, uno de los más peligrosos por la gran aglomeración de personas durante una jornada de calor sofocante.

Los preparativos de este ritual comenzaron con la puesta del sol del sábado, cuando unos 1,8 millones de peregrinos empezaron a dirigirse a la zona de Muzdalifa, a unos ocho kilómetros del monte de Arafat, para pasar la noche y prepararse para esta jornada.

Ya al amanecer, se dirigieron a Mina para realizar los rituales de apedrear el demonio que pone fin al 'hach' y marca el comienzo del Aíd al Adha o Fiesta del Sacrificio, una de las celebraciones más destacadas de la comunidad musulmana.

A lo largo del día, los peregrinos acuden al edificio de lanzamiento de piedras, un centro construido por el Gobierno saudí en la zona de Mina con un coste 4.200 millones de riales (1.120 millones de dólares) para evitar sucesos como la dolorosa estampida que causó la muerte de 363 peregrinos en 2006.

En este lugar, los peregrinos apedrean tres columnas que representan al diablo, acto simbólico que los musulmanes consideran como una lapidación de Satanás, quien interceptó al profeta Abraham en este mismo sitio y le arrojó piedras varias veces durante algunos días.

Después de lanzar la piedra, los fieles sacrifican el animal, que pueden ser ovejas, camellos o vacas, como un acto de cercanía a Dios, obligatorio para los creyentes que puedan permitírselo, si bien quedan exentos aquellos que no tengan los recursos económicos suficientes.

Este sacrificio es la principal fiesta para los más de 1.300 millones de musulmanes del mundo, y recuerda al sacrificio que Abraham, quien estuvo a punto de degollar a su hijo Ismael para constatar su fe, pero en el último minuto Dios le ofreció un cordero en su lugar.

Para cumplir con este precepto religioso, este año el Gobierno saudí proporcionó a los peregrinos un millón de cabezas de animales para el sacrificio, según el supervisor general del proceso de sacrificios del Reino saudí, Omar Atia.

Atia destacó que el sacrificio se lleva a cabo en ocho mataderos en La Meca, donde emplean alrededor de 40.000 personas, entre veterinarios, técnicos y carniceros, y cuentan con una capacidad operativa que alcanza un millón de cabezas en 84 horas.

El número total de peregrinos este año alcanzó los 1,8 millones de personas procedentes de más de 200 países, incluidos 221.000 peregrinos del reino de Arabia Saudí; de los que 958.000 eran hombres y 875.000 mujeres, según el censo publicado por la Autoridad General de Estadística saudí.

El porcentaje de peregrinos de países asiáticos distintos de los árabes alcanzó el 63,3 %; los procedentes de países africanos alcanzó el 11,3 %, mientras que el porcentaje de peregrinos de países europeos, América, Australia y otros países no clasificados fue del 3,2 %.