Sociedad

Los pediatras alertan de niños de 8 y 9 años con váper en sus mochilas

Hacen un llamamiento a menores, padres y autoridades para acabar con la "banalización" y la falta de percepción de los riesgos de estos productos.

Un usuario del cigarrillo electrónico o vaper.

Los pediatras han decidido dar la voz de alarma sobre las preocupantes dimensiones que alcanza el fenómeno del vapeo entre los niños y adolescentes españoles. Muchas escuelas de primaria están contactando con los centros de salud para que médicos y enfermeras acudan a explicar los múltiples riesgos que supone iniciarse a tan temprana edad en las nuevas formas de consumo de tabaco "porque se encuentran vapeadores en las mochilas a partir de los ocho y nueve años", desvela Carmen Fidalgo, secretaria de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria.

Buena parte de los especialistas españoles (pediatras, oncólogos, neumólogos, cirujanos torácicos, radioterapeutas, médicos de familia) han coincido en avisar, en víspera del Día Mundial sin Tabaco, que el consumo de cigarrillos electrónicos y vapeadores entre los adolescentes es descomunal y creciente, que ni los niños ni sus padres son conscientes de los graves riesgos para la salud que conlleva su uso y que el 'marketing' de la industria tabaquera está inutilizando las campañas preventivas y ha convertido estos nuevos productos en la puerta de entrada al tabaquismo de los jóvenes. Los pediatras, en concreto, hacen un llamamiento a padres y chicos para que abran los ojos ante los riesgos que corren y a los poderes públicos para que impongan a estos productos iguales restricciones que al tabaco.

Las dimensiones del problema cada vez son más evidentes. Más de la mitad de los adolescentes españoles, el 55%, ha usado cigarrillos electrónicos y vapeadores, con un aumento del 22% en solo dos años, y uno de cada cinco alumnos de secundaria aspira estos humos y vapores con frecuencia. De hecho, los vapeadores son una auténtica moda juvenil, pues entre los 14 y los 24 años se usan cuatro veces más que por los adultos.

Los especialistas coinciden en que el vapeo es hoy la puerta de entrada al tabaquismo, el caballo de Troya instalado por la industria en la juventud. Así lo apuntan también los datos. En España, entre los 14 y los 18 años fuman casi uno de cada cinco chicos, pero el 20,8% lo hace a través de cigarrillos electrónicos, el 14% de cachimbas y solo el 13% usa tabaco tradicional. Sin embargo, cuando pasan del instituto a FP superior, la universidad o al primer empleo, entre los 19 a los 24 años, quienes vapean son el 13,8% y quienes fuman cigarrillos el 19%. Los hábitos tabáquicos se han trasmutado.

Una supuesta moda inocua

Los médicos consideran que la culpa de haber llegado a este problema de salud está repartida. Los menores y sus familias, por caer en la trampa de las tabaqueras "banalizando" el uso de estos productos e ignorando sus riesgos. Las autoridades, permitiendo la venta prácticamente sin control y dejando a los niños a merced de una publicidad directa y amplificada por 'influencers'.

El resultado es que seis de cada diez adolescentes los considera productos inocuos. Los perciben como los de menor riesgo de toda la lista de sustancias encuestada por el Ministerio de Sanidad. La doctora Fidalgo lo comprueba en sus charlas escolares. "Algunos alumnos explican que su padre, su madre o algún familiar se ha desenganchado del tabaco por el uso de vapeadores y piensan que son inocuos, no perjudiciales para la salud", explica. "Hay una falsa sensación de seguridad e inocuidad totalmente alejada de la realidad", coincide Bartomeu Massuti, de Grupo Español de Cáncer de Pulmón.

Estos expertos creen que "hay claros motivos de preocupación" sobre la posibilidad de que estas inhalaciones aumenten en un futuro la posibilidad de padecer cánceres. Los pediatras de primaria defienden que la nicotina y demás compuestos tóxicos de estos productos se relacionan ya con el cáncer, con las afecciones cardiovasculares, la irritación de vías respiratorias y con enfermedades específicas del vapeo, como la bautizada en 2019 en Estados Unidos como Evali a raíz del ingreso de cientos de jóvenes con lesiones pulmonares asociadas a esta práctica. Fidalgo añade a los anteriores, riesgos de adicción a la nicotina y daños en el desarrollo de los circuitos cerebrales que controlan la atención y el aprendizaje en la adolescencia.

Los médicos defienden que, además de difundir los riesgos, hay que terminar con las prácticas de mercadotecnia de las tabacaleras, que han conseguido convertir el vapeo en una moda, en un divertimento con aromas o sabores que recuerdan a las golosinas. "Chicos que quizá no se habían planteado fumar ven esto como una especie de juego y, como lo hace mucha gente a su alrededor, e incluso lo publicita algún 'influencer', no perciben el riesgo. Esto se une a que el tabaco puede dejar un sabor desagradable en la boca y vapear a veces deja un sabor a menta o a frambuesa", señala Fidalgo.