Sociedad

Reencuentro de la Casa de Alba en medio del cisma familiar

Cayetano y Eugenia Martínez de Irujo acuden al bautizo de la segunda hija de los duques de Huéscar en Sevilla.

Cayetano Martínez de Irujo en una imagen de archivo
Efe

El bautizo de la segunda hija de Fernando Fitz-James Stuart y Sofía Palazuelo en Sevilla se ha convertido en el escenario del reencuentro entre Cayetano y Eugenia Martínez de Irujo, después de que la semana pasada se hiciera público el grave enfrentamiento entre ambos. "Eugenia ya no me necesita", "desde que murió mi madre se ha unido a otros hermanos y ha prescindido de mí" o "ya no son mi familia", son algunas de las declaraciones que hizo el duque de Arjona. Por su parte, la duquesa de Montoro respondía: "Se aprovecha de que los demás hermanos no abren el pico".

En medio de ese rifirrafe, los dos han acudido con sus parejas a la celebración familiar. Aunque se barajó la posibilidad de que Cayetano, enfrentado al resto de sus hermanos, optara por no asistir, el duque de Arjona fue el primero en llegar a la iglesia de San Román de la capital hispalense. Lo hizo acompañado por su pareja, Bárbara Mirjan.

Aunque intentaba aparcar la polémica, no dudaba en hacer declaraciones a los periodistas que le interpelaban a las puertas del templo. "Las cosas son como son. Lo tengo todo absolutamente documentado. No me ha molestado nada, solo que las descalificaciones y los insultos no llegan a ninguna parte. Lo que no voy a aguantar después de nueve años es que bloqueen mi progreso y el futuro de mis hijos y el mío", reprochaba.

Negociar

Además, el jinete aseguraba que lleva muchos meses intentando hablar con su hermana, pero ha sido imposible. "Es que no se puede. Algún día será que nos sentemos y empecemos una relación con punto y aparte. No estoy preocupado por nada. Hoy no es el día para hablar", concluía.

Más tarde llegaba Eugenia Martínez de Irujo con su marido, Narcís Rebollo, sonrientes, a pesar de que la tensión por el inminente encuentro era patente. Tras la ceremonia, salía rápidamente sin hacer tampoco ningún tipo de declaración, aunque sí posaba para los fotógrafos durante unos instantes. Antes de eso, ya había hecho otras manifestaciones en las que había afirmado: "Estamos muy hartos de lo que hace y nos la ha jugado", dijo refiriéndose a una serie de operaciones respecto a unas propiedades que comparten. "Estamos todos indignados con lo que ha hecho. Tiene un papelón muy gordo y no puedo con las injusticias", había añadido, para terminar diciendo: "Ya no quiero saber nada de él. Nos ha pisoteado. Y todo saldrá, pero que nos deje en paz".

María Eugenia no tolera que Cayetano arremeta contra su hermano Alfonso, al que tiene en muy alta estima y al que considera "el más cuerdo de toda la familia y el más honesto". "Es la mejor persona que yo conozco. Es igual que nuestro padre. Me duele que diga eso de él".

Solo un día después tenía lugar el bautizo en el que se produjo el tenso encuentro y al que también asistieron Jacobo Martínez de Irujo y su mujer, Asela; los condes de Osorno, Carlos Fitz-James Stuart y Belén Corsini, justo después de conocerse que serán padres de un niño; y Alfonso Díez, que llegó a última hora.

Los duques de Huéscar llegaron con sus dos hijas seguidos del duque de Alba. Sofía Palazuelo lo hacía con la protagonista en brazos que lucía el mismo batón de cristianar que ya llevó su hermana Rosario en mayo de 2021 y su padre en octubre de 1990.

La pequeña, amadrinada por su abuela, Matilde Solís, y Jorge Rojas, íntimo amigo de su padre, recibía los nombres de Sofía Fernanda Dolores Cayetana Teresa Ángela de la Cruz Micaela del Santísimo Sacramento del Perpetuo Socorro de la Santísima Trinidad y de Todos los Santos. Tras la breve ceremonia, todos se trasladaban al palacio de Las Dueñas para la cena de celebración.