Sociedad

Ciencia de andar por casa

Ciencia en serie (que no en serio): 'The rig' perfora uno de los misterios del Devónico

¿Fue primero la serie televisiva o la investigación científica? ¿La ciencia o la ficción?

Serie televisiva 'The rig'
Wild Mercury Productions / Amazon Prime Video

Ciencia en serie o serie en ciencia, que tanto monta, monta tanto. Y es que el eterno debate de si fue primero el huevo o la gallina en esta ocasión se materializa en la cuestión de si fue primero la serie televisiva o la investigación científica; la ciencia o la ficción. Porque hay investigaciones científicas que mimetizan el argumento de algunas de las últimas series televisivas estrenadas. O, visto desde la perspectiva contraria, series televisivas cuya trama parece inspirada por investigaciones científicas recientemente publicadas.

Al menos en mi caso, lo tengo claro: primero fue la serie, luego la ciencia. Vaya, que precisamente es el (mal) recuerdo todavía latente de la ficción en la pequeña pantalla la que hace más llamativas según qué novedades científicas a las que en otras circunstancias probablemente prestaría menos atención.

Eso es lo que entiendo que ha pasado por obra y gracia de dos series que en las últimas fechas he visto -y una de ellas aún estoy viendo-. A saber, 'The rig' y 'Sombra y hueso'. La primera por elección propia y la segunda por ser padre de una adolescente adicta a las sagas literarias ambientadas en mundos distópicos como la que la inspira.

Pongámonos en situación, advirtiendo de antemano del riesgo de spoilers: en 'The rig', la trama gira en torno al personal de una plataforma petrolífera marítima anclada en el Mar del Norte que, de la noche a la mañana -o mejor, de la mañana a la noche-, se ve completamente aislada a consecuencia de una misteriosa y potencialmente mortal niebla que pronto se demuestra no ser tal. Puesto que en realidad -y tal y como descubren al analizar muestras del testigo extraído del subsuelo durante la perforación- se trata de una densa nube de las esporas de un microorganismo con millones de años de antigüedad que la excavación petrolífera ha reanimado y cuyas descendientes han emergido por el tubo. Un microorganismo responsable de sucesivas extinciones masivas a lo largo de la historia del planeta, reflejadas en la secuencia de anillos que se aprecian en los sedimentos que constituyen el testigo.

Un argumento con una extraordinaria similitud con una investigación geológica que al analizar los testigos extraídos de una prospección petrolífera en lo que en un pasado remoto fuese un mar interior, ha revelado la presencia de varias franjas de sedimentos a modo de anillos que se corresponden con una serie de extinciones masivas acaecidas durante el Devónico y que, gracias a la composición de las muestras, ahora se sabe, o al menos se sospecha, fueron causadas por episodios de euxinia en la masa de agua, provocados por el rápido florecimiento de algún organismo que consumió todo el oxígeno del medio y lo saturó de sulfuro de hidrógeno.

Y, por si no fuera suficiente, cuando aún los escalofríos recorrían mi espalda por la coincidencia entre ficción apocalíptica y realidad científica, otro reciente estudio disparaba las alarmas seriéfilas de mi cerebro. Y no era para menos porque 'Sombra y hueso', la serie juvenil que consumo en compañía de mi hija, está protagonizada por una adolescente cartógrafa reclutada para un cuerpo de cartógrafos del (primer) ejército integrado exclusivamente por otros tan adolescentes como ella. 

Serie juvenil televisiva 'Sombra y hueso'
21 Laps Entertainment / Netflix

Una asombrosa precocidad a la que pude encontrar explicación atendiendo a la investigación efectuada por psicólogos británicos que concluye que los niños son capaces de leer un mapa a partir de los 4 años, con lo que comienza a entenderse que al llegar a la adolescencia puedan ser ya consumados creadores de planos. Y una particularidad -la de poder leer un mapa a tan tierna edad- que personalmente creo tiene mucho de adaptación evolutiva por cuanto en nuestro pasado remoto la capacidad de orientarse en la naturaleza era un imperativo para la supervivencia. Pero esa ya es otra historia… y acaso el argumento de una nueva ficción.

PD: No me cabe duda de que hay muchos más ejemplos de series televisivas e investigaciones científicas que son reflejo una de la otra. Pero, para bien o para mal -quiero creer que para bien-, yo no veo tantas.

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