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¿Cómo son las estufas de queroseno?

Son la alternativa a los aparatos eléctricos a la hora de calentar nuestros hogares, aunque los propios fabricantes las recomiendan como calefactores auxiliares.

Fuente: toytomi.eu
Fuente: toytomi.eu
Heraldo.es

Llega el invierno y con él el momento de pensar en cómo vamos a calentar nuestros hogares. Ante los precios desorbitados de la luz, las estufas de queroseno o parafina se presentan como una alternativa económica para pasar los meses más fríos del año. De tamaño y peso manejables, los modelos de uso doméstico están pensados para calentar estancias de hasta 50 metros cuadrados, requieren un mantenimiento mínimo e incluyen mecanismos de seguridad para evitar accidentes.

En las tiendas encontraremos dos tipos de estufas: las de mecha (que pueden ser de combustión simple o doble) y las electrónicas. Estas últimas necesitan estar conectadas a la red eléctrica para que funcionen sus componentes electrónicos. Cada una utiliza un proceso de combustión diferente, pero ambos desprenden cierto olor a combustible y expulsan monóxido de carbono, por esto se aconseja ventilar frecuentemente.

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Cuando se adquiere un producto de este tipo es altamente recomendable leer el manual ya que los fabricantes detallan los aspectos a tener en cuenta para evitar accidentes y favorecer el funcionamiento óptimo de estos aparatos. Estos son algunos de los consejos que nos podemos encontrar:

  • Ventilación frecuente de la estancia.
  • No mover la estufa ni manipularla cuando aún está caliente.
  • Evitar colocarla pegada a la pared, muebles, cortinas o cualquier otro elemento inflamable.
  • Vigilar que los niños no jueguen con ella o la toquen.
  • No utilizar la estufa en sótanos ni en espacios subterráneos.
  • Tampoco es recomendable utilizar estos aparatos en alturas más allá de los 1.500/1.800 metros. Los modelos más modernos incorporan una función específica para estos casos.
  • Apagar la estufa antes de irse a dormir.
  • No se debe utilizar en estancias polvorientas ni cerca del baño o espacios húmedos.
  • Seguir las recomendaciones del mantenimiento del fabricante.

La normativa europea regula la seguridad en estos aparatos por lo que deben cumplir unos requisitos mínimos para su comercialización. Por ejemplo, todas las estufas incorporan un sistema antivuelco de tal manera que, al menor movimiento, se apagan. Los modelos modernos utilizan un sistema de combustión completa por lo que los gases que emiten se reducen considerablemente. La superficie de las estufas electrónicas además no se calienta tanto por lo que disminuye el riesgo de quemarse. Estas últimas, además, incorporan medidores de gases que si detectan una anomalía, apagan el aparato, por lo que la intoxicación por monóxido de carbono resulta poco probable.

Fuente: Elaboración propia. Los dibujos se corresponden a los modelos LC-132 y Rs-122 de Zibro
Fuente: Elaboración propia. Los dibujos se corresponden a los modelos LC-132 y Rs-122 de Zibro
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