Sociedad

Jeff Bezos vuela al espacio

Retransmitido en directo en la página web Blue Origin, el magnate de Amazon despega desde la instalación llamada Launch Site One, unos 40 kilómetros al norte de Van Horn, en el oeste de Texas, y a 3.700 kilómetros por hora.

Si todo sale como está previsto, Jeff Bezos flotará  durante unos minutos en el espacio a bordo de su propia nave. El despegue de la decimosexta misión del cohete New Shepard -la primera tripulada- ha despegado y podrá seguirse en directo en la web de Blue Origin, la firma aeroespacial del hombre más rico del mundo, cuya fortuna se calcula en unos 211.000 millones de dólares. Le acompañarán en la cápsula su hermano Mark, la pionera de la aviación estadounidense Wally Funk, de 82 años, y Oliver Daemen, de 18. El joven es un pasajero de última hora. Su padre, el magnate holandés Joes Daemen, le ha costeado el viaje por una cantidad que no ha trascendido después de que otro millonario que iba a pagar 28 millones por la plaza haya renunciado al asiento.

La nave ha despegado desde la instalación llamada Launch Site One, unos 40 kilómetros al norte de Van Horn, en el oeste de Texas, y a 3.700 kilómetros por hora y ha ascendido hasta más allá de los 100 kilómetros donde sus ocupantes experimentarán la microgravedad antes de emprender el regreso. El cohete aterrizará verticalmente y la cápsula con los cuatro astronautas lo hará frenada por un paracaídas. Desde el despegue hasta el aterrizaje, pasarán once minutos. Cuando vuelva a pisar el suelo, el dueño de Amazon será ya el octavo multimillonario en convertirse en astronauta y el primero en hacerlo por sus medios. O el noveno y el segundo, respectivamente. Todo depende de dónde se sitúe la frontera del espacio.

La NASA, la Fuerza Aérea y la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos dicen que ese límite está a 80 kilómetros de altura, pero internacionalmente se considera que se encuentra a los 100. Como voló desde EE UU, Richard Branson recibió hace diez días sus alas de astronauta, aunque su nave de Virgin Galactic sólo subió hasta los 86 kilómetros. Los dos milmillonarios compiten por hacerse con el pastel del llamado turismo suborbital, un capricho al alcance de muy pocos, de aquellos que estén dispuestos a pagar entre decenas y centenares de miles de dólares por flotar unos minutos en microgravedad.