Tercer Milenio
En colaboración con ITA
Ciencia y filatelia
La tabla periódica, sello a sello
Hoy vamos a contar una historia de ciencia... con sellos. La historia de la Tabla Periódica de los Elementos.
La tabla periódica de los elementos es una organización de los elementos químicos en función de su número atómico, su configuración electrónica y sus propiedades químicas.
Tanto las filas como las columnas de la tabla agrupan elementos con características similares. Esta ordenación permite que la tabla se pueda utilizar para obtener relaciones entre las propiedades de los elementos o pronosticar características de elementos nuevos todavía no descubiertos.
La primera versión de la tabla periódica fue publicada en 1869 por Dmitri Mendeléyev, en la que ordenó 63 elementos basándose en su propiedades químicas. Incluso pronosticó propiedades de elementos desconocidos hasta entonces anticipando el lugar que ocuparían en la tabla. Sus predicciones fueron correctas, como se corroboró al descubrirse los elementos en cuestión, como el galio, por ejemplo.
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 2019 como el Año Internacional de la Tabla Periódica, celebrando así el 150 aniversario de la creación de la tabla de Mendeléyev.
El primer elemento de la tabla es el hidrógeno, de símbolo H. Con número atómico 1, posee un protón y un electrón, siendo de este modo el elemento más ligero de todos. En el otro extremo, el elemento más pesado es el oganesón, de número atómico 118. Es radiactivo, con una vida media menor a un milisegundo. Fue sintetizado en laboratorio por un grupo de científicos rusos y americanos y debe su nombre al físico Yuri Oganessian. Aunque se sitúa en la tabla en la columna de los gases nobles, debajo del radón, presenta una estructura electrónica difusa, lo que le diferencia de sus compañeros del grupo 18.
España también está presente en la tabla periódica gracias a tres elementos descubiertos por científicos españoles: el vanadio, descubierto por Antonio Andrés del Rio en 1801; el wolframio, aislado por los hermanos logroñeses Juan José y Fausto Delhuyar en 1781; y el platino, encontrado por Antonio de Ulloa en la expedición organizada por la Academia Francesa de Ciencias cuya misión era determinar la esfericidad de la Tierra, en 1735.
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