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Tercer Milenio

En colaboración con ITA

Ideas brillantes

Una visera para calvos

Una idea brillante pensada por y para cabezas brillantes, dado que su objetivo es revertir la caída y pérdida del cabello y la consiguiente e incipiente alopecia. Y ello gracias a una visera especial capaz de estimular el crecimiento de nuevos pelos mediante constantes y pequeñas descargas eléctricas.

El dispositivo anticaída se ubica bajo una gorra.
El dispositivo anticaída se ubica bajo una gorra.
Uw-Madison / Sam Million-Weaver

Está bien documentado que pulsos o pequeñas descargas eléctricas consiguen la regeneración de los folículos capilares cuando la pérdida del cabello es reciente. Sin embargo, hasta el momento la aplicación de este tipo de tratamiento no resultaba práctica debido a que implicaba tener que pasar varias horas diarias con la cabeza conectada a una máquina. Por fortuna, eso puede cambiar gracias a la investigación desarrollada por Xudong Wang y su equipo de la Wisconsin-Madison University, quienes han inventado un dispositivo inalámbrico a modo de parche que se adhiere al cuero cabelludo y genera pequeños impulsos eléctricos de forma continua e intermitente al aprovechar la energía cinética generada por el movimiento del propio cuerpo. Además, el dispositivo se puede literalmente llevar puesto ubicado bajo una simple gorra.

El parche está formado por láminas de materiales con diferente capacidad de carga y su funcionamiento se basa en el conocido como efecto triboeléctrico, un fenómeno adscrito a la electricidad estática, por el cual un material se carga eléctricamente al entrar en contacto con otro de diferente naturaleza y perder o ganar parte de sus electrones por fricción. Una diferencia de carga que al volver a entrar en contacto produce una descarga que restituye la situación original. En el caso del nuevo dispositivo, el movimiento corporal provoca que las distintas capas de materia se junten y se separen de manera constante, permitiendo que se dé este fenómeno.

El parche fue en primer lugar probado con éxito en ratones alopécicos –considerados un modelo idóneo para el estudio de la calvicie andrógina-, comprobándose que estimulaba la liberación de factores y sustancias en el folículo que favorecen el crecimiento capilar. Tras lo cual el investigador jefe decidió probarlo con su padre, quien recientemente había perdido el cabello, y comprobó que, al cabo de un mes de tratamiento, habían comenzado a crecer muchos pelos nuevos.

A la vista de tan prometedores resultados, el siguiente paso fue implementar o convertir el dispositivo en una visera fabricada con láminas de materiales distintos. Un tocado que, al calarse sobre la cabeza, permite que las estimulantes minidescargas eléctricas –que el usuario percibe como un leve cosquilleo– tengan lugar en todo el cuero cabelludo de forma simultánea. Una visera con la que ahora esperan comenzar los definitivos ensayos clínicos en un breve plazo.

-Is al suplemento Tercer Milenio

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