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¿También cometes estos errores cuando limpias el inodoro?

Debido a su función, es uno de los elementos de hogar que más atención recibe durante las tareas del hogar. Sin embargo, esto no significa que lo hagamos adecuadamente.

Ni todos los productos sirven ni hay que usarlos del mismo modo en el inodoro..
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Aunque hay estudios que aseguran que limpiar la casa nos hace más felices, con la llegada del verano y de las altas temperaturas estas tareas son casi imposibles. Abordar cualquier zona de la casa da pereza, pero el cuarto de baño se lleva, sin ninguna duda, la palma. Espejos con señales de haber quitado el vaho con la toalla, las gotas acumuladas y los restos de jabón en la ducha o hacer frente a las toallas sucias son algunas de las peores labores, aunque enfrentarse al inodoro (y a la idea de que es un foco bacteriano) es la peor parte. Quizás este sea el motivo por el que cometemos tantos errores cuando lo limpiamos pues, en pos de conseguir un resultado excelente, acabamos ensuciando en lugar de acabando con la suciedad. 

Los errores más comúnes al limpiar un inodoro

  • Frotar demasiado tiempo

    En los inodoros pueden habitar diversas bacterias, pero la gran mayoría son inofensivas para nuestro organismo. Por eso, no hace falta perder más de una hora frotando cada centímetro del váter: con dedicarle diez minutos y centrarse en las partes más importantes (las de la taza) es suficiente. 

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  • Limpiar más por dentro 

    Es habitual asociar la limpieza del inodoro a su interior, sin embargo, teniendo en cuenta que tiramos de la cadena el agua lo limpia, la zona más apetecible para las bacterias es la exterior. Por eso, es la que deberemos cuidar con más asiduidad, usando siempre para limpiarla un desinfectante genérico que extenderemos y retiraremos con la ayuda de papel de cocina.

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  • Todo con la misma bayeta

    El váter es un elemento que, debido a su función, acumula bastante suciedad. Por eso, y si no queremos acabar extendiéndola por todas partes, es importante utilizar una bayeta exclusiva para su exterior, otra para las zonas que entran en contacto con nuestro cuerpo y, por último, la escobilla para la zona interior. 

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  • Un poco... ¡de todos los productos!

    Además de que puede suponer un peligro para nuestra salud (debido a las reacciones químicas que se forman), mezclar productos no nos asegura, en punto alguno, un mejor resultado del inodoro. Además, el agua y el jabón (y, si acaso, un poco de lejía bien diluída o un limpiador específico) son los mejores aliados de esta tarea, ya que no dejan rastro, tienen un olor bastante neutro y son muy sencillos de aclarar con la ayuda de un trapo. 

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