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Tercer Milenio

En colaboración con ITA

El desmitificador

Los superpoderes de Batman

Os prometo que no se me ha ido la cabeza del todo. Ya sé que Batman no tiene superpoderes, que solo es un ricachón de gustos caros, como Elon Musk. Pero los titulares tienen que enganchar, ¿no? Voy al grano: no voy a hablaros del hombre murciélago sino de los murciélagos, a secas.

Batman
Batman no tiene superpoderes, pero ¿y los murciélagos?
Warner Bros. / Polygram Filmed Entertainment / Guber-Peters Company

El mito

Mucha gente piensa que los murciélagos no ven tres en un burro y que, como están cegatos, deben guiarse gracias a un sistema parecido al radar de los aviones. Y resulta que no, que ven perfectamente. Pueden leer hasta la última fila del oculista, esa que ponen para trolear. Y no solo eso. Los murciélagos –al contrario que Bruce Wayne– tienen un porrón de superpoderes alucinantes. ¿Los descubrimos?

Verdadero o falso

Es mentira eso de que los murciélagos son miopes. De hecho, hay varios estudios que demuestran que, en según qué circunstancias, los murciélagos prefieren apagar su ‘radar’ y usar su avispada vista para buscar comida. Porque el radar está guay para orientarse y no comerte un pino de noche, pero no es tan útil para distinguir un diente de león de una amapola. Para eso, los murciélagos utilizan la vista.

Es más, recientemente los científicos han descubierto que algunos murciélagos son capaces de ver más allá del arcoíris. Los humanos tan solo somos capaces de ver un trocito pequeñín, pequeñín del espectro electromagnético. La luz viaja por el Universo con energías muy dispares, desde las debiluchas ondas de radio hasta los superpotentes rayos gamma. Nosotros únicamente vemos algunas de esas energías (o, como las llaman los científicos, longitudes de onda), solo somos capaces de ver lo que conocemos como ‘espectro visible’. Los rayos de luz que tienen colores del rojo al violeta. ¿Y los murciélagos? Pues no solo tienen radar incorporado, sino que además ven la luz ultravioleta. Los investigadores creen que este superpoder puede servirles para identificar ciertas flores que reflejan este tipo de luz.

Los murciélagos también son capaces de ver la luz polarizada. Llevan gafas de sol Hawkers de serie. La luz, normalmente, viaja por ahí vibrando en todas las direcciones del espacio. Sin embargo, a veces pasa por un filtro ‘polarizador’ y empieza a viajar de manera ordenada, las ondas de luz se alinean. Es como pasar toda la luz por una rendijita y que ahora vaya toda comprimida. Si todo esto os suena a chino, en este episodio de ‘En Ruta con la Ciencia’ os lo intento explicar con un experimento que podéis hacer en casa.

En él propongo un experimento. Buscad unas gafas de sol –si son modernas, seguramente lleven un filtro polarizador– y coged vuestro móvil ‘smartphone’. Poneos las gafas, encended el móvil y mirad la pantalla. ¿A que no veis nada? ¡Es la polarización! El filtro polarizador de las gafas, que normalmente hace el bien y te evita reflejos molestos mientras conduces, aquí te la está pegando. Porque la pantalla del móvil también te manda la luz polarizada, de nuevo para evitar reflejos. Pero las dos 'rendijitas' polarizadoras –la de las gafas y la del móvil– no tienen por qué estar en la misma dirección. Se cancelan, y la luz nunca llega a tus retinas.

Como los murciélagos son capaces de distinguir la luz polarizada, a falta de relojes, utilizan este superpoder para saber qué hora es. Al atardecer, la atmósfera terrestre polariza la luz del sol de una manera muy especial. Nosotros no somos capaces de verlo –porque no tenemos visión polarizada y porque no mola nada mirar al sol directamente–, pero los murciélagos son capaces de reconocer este patrón y entender que la noche está cerca. Ríete tú de la ‘batseñal’. Esto es muchísimo más espectacular. Los murciélagos son los únicos mamíferos capaces de detectar que la luz está polarizada. Los humanos, a veces, vemos algunos efectos de la polarización de la luz, pero para detectarla necesitamos meternos en un laboratorio.

Los murciélagos también tienen una brújula incorporada. Como muchos otros animales voladores, son capaces de orientarse con el campo magnético terrestre. Y, curiosamente, se ha demostrado que los murciélagos encienden este particular GPS justo al atardecer, cuando estos bichitos empiezan su jornada laboral. Algunos científicos sospechan que estos dos últimos superpoderes podrían estar relacionados. Quizás la luz polarizada de la puesta de sol es el interruptor que pone en marcha la calibración de la brújula.

Y sobre todo, que no se os olvide que, además de todo esto, casi todos los murciélagos utilizan una especie de ‘radar’ para orientarse. Que eso sí que no es un mito. Cuanto más oscuro está, más dependen de este sistema para poder volar por ahí sin darse ningún trompazo. ¿Cómo lo hacen? Sencillo: mientras vuelan, emiten una serie de sonidos y esperan a escuchar su eco. Para eso, la selección natural les ha dotado de unos más que generosos pabellones auditivos. El cerebro de los murciélagos es capaz de interpretar el eco que reciben sus orejas y transformarlo en un mapa de todos los obstáculos que tiene alrededor. Vamos, literalmente lo que hace un radar, y sin necesidad de gastarse la pasta en uno, como seguramente haría Bruce Wayne.

De propina

Venga, me atrevo con un último superpoder de los murciélagos: su saliva tiene un secreto para mantener la sangre fresquita más tiempo. En concreto, el vampiro común o vampiro de Azara (que lleva este nombre en honor del explorador oscense Félix de Azara) produce una proteína anticoagulante, que libera mezclada con su saliva. Como el sintrom o la aspirina, esta sustancia producida por los murciélagos ‘diluye la sangre’, alargando el tiempo que tarda en coagular. Así, pueden disfrutar de su festín mucho más tiempo. No temáis. Pese a su terrorífico nombre, estos murciélagos apenas muerden a humanos. Y, en cualquier caso, son animales pequeñitos, pesan apenas 50 gramos y sus festines no suelen superar una o dos cucharaditas de sangre. Ah, y me he dejado lo mejor. ¿Sabéis cómo se llama esta proteína natural, que ahora muchos científicos investigan como tratamiento para tratar accidentes cerebrovasculares? Veréis qué cachondos los científicos. Se llama… ¡draculina!

Para saber más

Más allá del mito de que no ven un pimiento, hay quien piensa –quizás por culpa de las películas– que los murciélagos se quedan fácilmente enredados en tu pelo, que son unos chupasangres, que contagian la rabia o que son animales perversos. Por no hablar de los miles de historias de miedo sobre vampiros, y las todavía más terroríficas historias sobre famosas que dedican su web a vender remedios caseros para espantarlos. Para saber más sobre la misteriosa vida de los murciélagos, echad un vistazo a este completo catálogo de Phil Richardson: ‘Bats’. O si estáis hasta el gorro de la ciencia después de tanta luz polarizada y tanto espectro electromagnético, siempre podéis recurrir al clásico ‘Drácula’ de Bram Stoker u, obviamente, al último cómic de Batman.

Fernando Gomollón-Bel Químico y divulgador científico @gomobel

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