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Adiós a los tópicos: los gatos nos quieren más de lo que creemos

Aunque tienen fama de oportunistas, los felinos disfrutan de nuestra compañía (o eso asegura un estudio).

Los felinos priorizan la relación con sus dueños frente a algunas necesidades vitales.
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Para entender el extraño mundo de los gatos hace falta tener uno (y muchas ganas). Correr como un loco y sin explicación aparente a las tres de la mañana; trepar por los pantalones vaqueros cuando, por supuesto, los llevas puestos; meterse en cajas de cartón minúsculas para pasar la tarde o ‘hacer la croqueta’ por encima de la ropa que con más o menos esfuerzo has planchado son solo algunas de las mil ocurrencias que los felinos domésticos tienen a diario. Además, a todas estas actitudes hay que sumar que nos ignore la mayor parte de las veces, sobre todo, cuando nos morimos de ganas por achucharlo y acariciarlo… Está claro, ¡no les importamos! ¿O sí?

Según un estudio reciente, realizado por tres investigadoras de las universidades de Oregón y Monmouth y publicado en la revista científica 'Behavioral Processes', la fama que se han ganado los gatos como animales oportunistas, ariscos y poco constantes (en lo que a mostrar cariño se refiere) se basa únicamente en los tópicos que se han ganado a lo largo de nuestra historia compartida. De hecho, según esta investigación, los felinos priorizan la interacción con los humanos por encima de sus necesidades básicas (comida y juegos incluidos).

Las claves del estudio

Para desarrollar esta investigación, el equipo científico estudió el comportamiento de una muestra representativa de 50 gatos y evaluaron los estímulos de los mismos por grupos, teniendo en cuenta el lugar donde residían (es decir, si eran gatos domésticos o bien hospedados en refugios). Así, los animales fueron aislados durante dos horas y media y, después, expuestos a diferentes estímulos: comida, olores, interacción humana y juguetes.

Para medir el nivel de preferencia evaluaron a qué o quién se dirigía primero y también el tiempo que se mantenía en dicho estímulo, pudiendo determinar que más de la mitad de los gatos buscó primero al hombre y, además, se mantuvo con el 65% del tiempo que duraba la prueba. Además, no se dieron diferencias notables en el comportamiento de los felinos caseros y los del refugio, ya que ejemplares de ambos grupos pertenecen a la decisión mayoritaria: estar y disfrutar de la compañía (y mimos) de las personas).