Sociedad

¿Las pilas gastadas rebotan?

Se dice que las pilas gastadas rebotan más que las nuevas. ¿Tirarlas contra el suelo es un método fiable para comprobar si unas pilas están gastadas o no? Entremos en su interior y veamos qué reacciones químicas tienen lugar.

Las pilas alcalinas llevan dentro zinc y óxido de manganeso. Conforme se va gastando la pila, el zinc se va oxidando

El mito

Se te queda el mando de la tele sin pilas. Vas al cajón, coges un par de pilas nuevas y vuelves a tirarte en el sofá. ¡Pero estas pilas tampoco funcionan! A regañadientes, te levantas de nuevo y vas a por otro par de pilas. Ojalá existiera un modo sencillo para comprobar si están gastadas. ¿Y si Google tiene la respuesta? ¡La tiene! Este vídeo de You Tube, con más de nueve millones de visitas, tiene que ser cierto. Las baterías nuevas y cargadas mantienen el equilibrio cuando las dejas caer de pie. Sin embargo, las baterías gastadas rebotan cual pelota saltarina. ¿Es posible?

Verdadero o falso

En este caso, el trabajo del Desmitificador va a ser escaso. Por increíble que parezca, el ‘mito’ no es tal. Es una verdad como un templo que las pilas gastadas rebotan más que las nuevas cuando las tiras. ¿A qué se debe? El secreto está en el interior.

Todas las pilas y baterías que usamos funcionan gracias a reacciones químicas de oxidación y reducción: procesos en los que diferentes sustancias intercambian electrones. Nosotros aprovechamos algunos de esos electrones para generar una corriente eléctrica, que no es más que un montón de electrones echando una carrera. Las pilas alcalinas llevan dentro zinc y óxido de manganeso. Conforme se va gastando la pila, el zinc se va oxidando.

Igual que el hierro, que cuando se oxida cambia de color a un feo naranja parduzco, el zinc también cambia de aspecto al oxidarse. El óxido de zinc es un polvo blanquecino que se va acumulando en toda la pila. Al cristalizar, forma una red de partículas sorprendentemente eficaz absorbiendo golpes.

Todo esto no me lo estoy inventando, lo han comprobado los científicos experimentalmente. No solo han demostrado que las pilas gastadas rebotan (este experimento podéis hacerlo todos en vuestras casas) sino que, además, han estudiado el interior de las pilas mediante potentes microscopios electrónicos. Estos análisis, llevados a cabo por ingenieros de la Universidad de Princeton, en EE. UU., revelaron la compleja estructura tridimensional del óxido de zinc que se acumula dentro de las pilas gastadas. Gracias a estas detalladas fotos, los investigadores pudieron demostrar que el famoso vídeo de You Tube era completamente cierto.

Fernando Gomollón Bel Químico y divulgador científico @gomobel

De propina
¿Os habéis preguntado alguna vez por qué se llaman así las pilas alcalinas? Como casi todo, tiene su explicación en la química. Las primeras pilas, comercializadas entre finales del siglo XIX y principios del XX, también estaban hechas de zinc y manganeso. Además, para que funcionaran correctamente, se les añadía un electrolito: una disolución de sal que conduce la electricidad y que facilita el movimiento de electrones e iones dentro de la pila. Si alguna vez se os ha ‘podrido’ o se os ha roto una pila, seguro que habéis visto el electrolito. A veces, en pilas viejas, este termina saliéndose. Al evaporarse el agua, se forma un depósito de aspecto peludo: son las sales que originalmente estaban disueltas.

Generalmente, la sal del electrolito era cloruro de amonio, un compuesto que tiene un pH ácido, como el salfumán o la Coca-Cola. A principios de los sesenta, los fabricantes se dieron cuenta de que electrolitos alcalinos (de pH básico, como la sosa cáustica o el amoniaco) mejoraban el rendimiento y alargaban la duración de las pilas. Y por eso corrieron más que el conejito de Duracell para cambiar la sal de amonio por compuestos alcalinos, como la potasa.

Las primeras pilas alcalinas llevaban también pequeñas cantidades de mercurio, pero como es altamente tóxico, se ha ido sustituyendo progresivamente por otras alternativas menos peligrosas. Aún así, no se os ocurra tirar las pilas a la basura. Llevadlas siempre a un punto de recogida homologado (hay en casi todos los supermercados) para garantizar que se reciclan o se destruyen de forma segura.

Para saber más
Si os apetece aprender más sobre pilas, echad un vistazo al vídeo de ‘En Ruta con la Ciencia’ en el que explico cómo fabricar una pila en casa con un limón, una moneda de cinco céntimos y un clavo galvanizado. Y si todavía tenéis ganas de aprender más sobre pilas (y sobre química), os recomiendo encarecidamente ‘Todo es cuestión de química… y otras maravillas de la tabla periódica’ (Paidós), de Deborah García Bello (@deborahciencia). Y no dejéis de visitar su recién estrenado canal de You Tube en el que por supuesto habla de química, pero también de arte, cosmética, educación, ¡y muchas cosas más!