Qué alimentos debes comer para producir colágeno y frenar el envejecimiento
Los beneficios de esta proteína son cada vez más populares y su importancia en la salud es clave.
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El interés por el colágeno se multiplica en verano. Los beneficios de esta proteína son cada vez más populares, sin llegar a ser del dominio público, pero su importancia en la salud es clave y múltiple; en verano se atiende un poco más a sus niveles por el efecto saludable que tiene en la piel y el aspecto de las personas. El colágeno es mayoría en su sector dentro del cuerpo humano, ya que constituye el 30% de las proteínas de nuestro organismo: además de ser un aliado antiarrugas fortalece huesos, articulaciones y cartílagos.
Lo producimos nosotros mismos, pero esa producción baja con la edad y a partir de los 45 años es aún más recomendable introducir alimentos en nuestra dieta que proporcionen un complemento de colágeno, para ayudar así a nuestro cuerpo en esa tarea.
¿Qué se puede hacer para producir colágeno de forma natural?
Como agente de síntesis del colágeno, la vitamina C es crucial, además de conveniente por muchas otras razones. Se asocia con la naranja y otros cítricos, pero también está en el brócoli, el tomate, el kiwi o el perejil.
La prolina es un aminoácido que proporciona estabilidad al colágeno. La encontramos en los lácteos, los huevos, el pavo o la col rizada, entre otros alimentos. En cuanto a la glicina, básica en la formación del colágeno, también está en el pavo, así como en el pollo, el marisco, la carne de cerdo o la gelatina.
El cobre suele aparecer con el zinc al final de las descripciones de contenido de las multitudinarias. Lo que hace con el colágeno es fortalecer sus fibras, y también aparece en el marisco, lo que alegrará a los fanáticos de las mariscadas veraniegas. Igualmente podemos encontrarlo en nueces, semillas o chocolate negro.
Un cuerpo con déficit de colágeno presenta señales externas como las arrugas y manchas en la piel, que también se vuelve menos elástica, y favorece la aparición de osteoporosis o dolores articulares. Para
Tipos de colágeno
Una cosa es el concepto que sirve de paraguas, el colágeno, y otra pensar que solo hay un tipo. De hecho, hay varios y cada uno tiene su función, por lo que es bueno tener claros los principales objetivos personales a la hora de incluir nutrientes que favorezcan la producción de colágeno.
Hay muchos, pero el Tipo I es el más abundante: está en la piel, tendones, huesos y tejidos conectivos como las articulaciones. El Tipo II es clave para la resistencia y flexibilidad de los cartílagos, y el III suele acompañar al I en el cuidado de la piel y los vasos sanguíneos.
El Tipo IV forma la estructura de la lámina basal, que viene a ser una red delgada que soporta las células epiteliales (de la piel) y endoteliales (la capa que separa los tejidos de la sangre). En cuanto al Tipo V, es clave para la formación de las fibras de colágeno: está en la superficie de las células y la mencionada lámina basal.
En cuanto al X, es fundamental en la mineralización ósea y el desarrollo del cartílago. Así que a la hora de tomar suplementos de colágeno, mirar la composición es definitivamente muy conveniente. Lo dicho, para quien se preocupe más por la piel: Tipo I y Tipo III para que los rayos de sol, además de encontrarse con la resistencia de una crema solar de factor 50, hallen también resistencia interna cuando lleguen a agredir nuestra piel.