Salud

CONSEJOS

¿Es mejor ducharse o bañarse?

Decantarse por una u otra depende, en la mayoría de los casos, del clima y los hábitos.

Ducharse con agua fría estimula las defensas.
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A primera hora de la mañana o antes de irse a la cama, la hora de la ducha depende de los hábitos personales y, también, del clima de la zona en la que se vive. Sin embargo, y aunque la inmensa mayoría opte por esta modalidad higiénica (eso sí, con el agua bien caliente y el tiempo suficiente como para entonar de dos a cinco canciones, por aquello de que es bueno para la salud), hay quien prefiere cambiar la ducha diaria por varios baños semanales. Pero, ¿cuál es la fórmula definitiva?

A favor de la ducha

Además de ser la opción más rápida, la ducha matutina es ideal para despejarse y, con ayuda de un buen desayuno, empezar bien el día. Además, si se evitan las duchas largas y con agua muy caliente, y se opta por utilizar poca cantidad de productos de pH neutro (o usar el gel en días alternos) es un hábito perfecto para realizar a diario. Al acabar, eso sí, es fundamental hidratar la piel con cuidado y mimo, pues, aunque parezca mentira, el exceso de higiene derivado de muchas duchas puede afectar a la salud de nuestras dermis.

Cabe destacar que, aunque pueda ser peor por la frecuencia, es un sistema más limpio que el baño, ya que el agua está corriendo todo el tiempo, en lugar de estar estancada (el medio ideal para algunas bacterias, como la Pseudomonas Aeruginosa, y los hongos).

A favor del baño

Aunque parezca mentira, bañarse llenar tres veces hasta arriba la bañera semanalmente puede gastar menos que una ducha larga de lunes a domingo. Además de ahorrar agua, la verdad es que nuestra piel prefiere esta modalidad, frente a frecuencia diaria de limpieza, pues ayuda a mantener la capa de grasa que cubre nuestra piel y la protege de cualquier tipo de amenaza externa. Cabe destacar que el baño favorece la renovación dérmica, para la cual hacen falta, al menos, unos 20 minutos en remojo de forma uniforme, mientras que en la ducha sustituimos este proceso por otro más abrasivo: frotar con geles de pH poco neutro que dañan el manto graso de la piel.

Claro que, en contra del baño, cabe destacar que requiere un tiempo del que no todo el mundo dispone en su día a día y que, además, no es una forma de higiene apta para las temperaturas habituales en Aragón durante la primavera, ya que la sudoración es mayor y la necesidad de darse una buena ducha también.