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  • Jorge López Conde

Reconstruir la cadena de valor de la madera

Reconstruir la cadena de valor de la madera
Reconstruir la cadena de valor de la madera
Heraldo

Soy de Boltaña, hijo y nieto de la despoblación. Siempre que salgo en bicicleta, hago el mismo recorrido bajo las faldas de la Peña Montañesa y, atravesando la zona quemada, llego al origen de Aragón. 

En el monasterio de San Victorián, fundado en el siglo VI, uno de los más antiguos de la península ibérica, se realizaron las primeras asambleas que llevaron a la formación del condado de Sobrarbe, precursor del reino de Aragón, que con el tiempo se integraría en la construcción de España y Europa.

Hemos tenido suerte. El incendio de esta semana no se ha convertido en uno de sexta generación. Los modelos científicos han demostrado que se podría quemar el Pirineo entero, desde Gerona a San Sebastián, en una semana. La despoblación ha permitido que la masa forestal crezca de manera homogénea, eliminando zonas de transición que podrían haber actuado como cortafuegos naturales.

En 2022, España sufrió más de 500 incendios forestales significativos, un aumento del 30% en comparación con la última década.

La despoblación, los incendios y el cambio climático están interconectados. La solución debe ser ecosistémica y multiescalar. La gestión activa y la certificación forestal se correlacionan con una reducción significativa de incendios. Aragón tiene el 8,8%, la Comunidad con menos área certificada. La Comunidad con más certificación tiene el 48%. España es el segundo país de Europa en masa forestal, por detrás de Suecia. Aragón es la tercera región de España en masa forestal.

¿Qué podemos hacer con esta madera? ¿De qué manera podemos incentivar a los jóvenes a permanecer en las áreas rurales y transformar nuestros bosques en una fuente de innovación y desarrollo económico, en lugar de un problema?

España prevé construir cinco millones de viviendas hasta el año 2050. Según GBCe, con el presupuesto de carbono del que dispone el sector de la construcción español entre 2021 y 2050, solo se podrían edificar 300.000 viviendas nuevas.

Francia y Galicia fomentan la construcción en madera con políticas como la construcción de uno de cada dos edificios públicos en madera y ayudas del 20% para proyectos. Para 2030, España debería construir al menos 200,000 viviendas ‘net zero’ anuales utilizando materiales de kilómetro 0, como la madera local.

¿Y Aragón? ¿Podemos aprender de nuestros vecinos?

Aragón tiene una oportunidad histórica para transformar la zona devastada del Monasterio de San Victorián en un laboratorio de innovación

Navarra tiene un programa de bioeconomía forestal y el fomento de la construcción industrializada con madera local a través de un cluster y un centro nacional. Cataluña, entre otras cosas, tiene a Fustes Sebastia como ejemplo en el valle vecino de Pallars Sobirá, una PYME familiar que trabaja desde hace tres generaciones con la gestión forestal sostenible y diferentes transformaciones, desde el pellet al CLT, el material con el que tenemos que construir el futuro. Castilla-La Mancha está fomentando la industrialización del sector forestal en colaboración con el sector de la construcción para luchar contra la despoblación.

Se estima que, si se crearan diez empresas similares a Fustes Sebastia en los Pirineos, podrían gestionarse hasta 100.000 hectáreas de bosque de manera sostenible, crear más de 300 empleos, y producir suficiente madera CLT para construir miles de viviendas ‘net zero’ anualmente. Además, podrían alimentar cientos de calderas con pellets, promoviendo una bioeconomía circular.

Proyectos innovadores como BioPirineo o el Hub de bioeconomía social en Boltaña van a impulsar la gestión forestal sostenible y diversificar las actividades productivas, con el objetivo de potenciar el territorio y contribuir al desarrollo sostenible y la conservación del entorno.

Podemos aprovechar estructuras y fondos, desde los Next Generation hasta los programas Poctefa-Interreg, y aplicar figuras innovadoras como los ‘livings lab’ o los ‘sandbox’ para prototipar, demostrar y escalar.

Aragón tiene hoy una oportunidad histórica para transformar la zona devastada del Monasterio de San Victorián en un laboratorio de innovación donde la cadena de valor de la madera y la bioeconomía sean el motor de un renacimiento económico y ecológico, fortaleciendo nuestras raíces y forjando un legado duradero para las generaciones venideras.

Jorge López Conde es arquitecto experto en despoblación y fondos europeos

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