Opinión
Suscríbete

Aquí nos tienes

Aquí nos tienes
Aquí nos tienes
Pixabay

Este verano he vuelto a ‘estar de rodríguez’. Como este periódico lo lee gente muy joven, aclaro que dicha expresión (que viene de la película de 1965 ‘El cálido verano del señor Rodríguez’) alude a quien se queda trabajando en su lugar de residencia habitual, mientras el resto de la familia se ha ido de vacaciones. 

También es oportuno indicar que durante décadas el rodríguez fue un varón casado. Hoy, en cambio, el género da igual y la figura es aplicable a toda convivencia estable, no solo a la conyugal.

Además, así como al rodríguez original la maledicencia le atribuía el intento de escarceos extramatrimoniales, al actual, por el contrario, conforme a los superiores estándares morales de nuestra sociedad, inspirada en la franqueza, se le presupone una revalorización positiva de su entorno familiar. Y ello, por cierto, en clara correspondencia con el lugar destacado que el llamado ‘homo familiaris’ ocupa en la sociología reciente.

Por mi parte, confirmando el argumento anterior, afirmo que he sobrevivido a la condición de rodríguez merced a dos medidas. La primera ha sido incorporar a mi rutina diaria mil vacuos pasatiempos. Y la segunda, reducir al mínimo los contactos virtuales, pues el gozo adictivo que me producían esas voces y esos rostros, tras la desconexión, se convertía en un insoportable tormento.

Por eso, el anhelado día que volví a desayunar en familia, toda ella sentada ante los manjares que, recién levantado, yo mismo había dispuesto sobre la mesa, tuve un brote de indescriptible felicidad. Y casi rompo a llorar, cuando, al comentar que no encontraba mi cucharilla, cada uno de los míos al instante me tendió la suya. "Aquí nos tienes, como siempre, para lo que haga falta", decían sus limpias y arrobadas miradas.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Javier Usoz en HERALDO)

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión