Opinión
Suscríbete

Un segundo vacío

Un segundo vacío
Un segundo vacío
Pixabay

Hay nuevas incertidumbres, más o menos sobrevenidas, previsibles dentro de la volatilidad natural. Ah, que si no sería todo muy aburrido, hasta tedioso, aunque a veces viene bien un ratito de rutina y vacío. 

También influye que queremos hacer muchas cosas, incluso, o especialmente, en vacaciones, si es que existen, que quizá ya no, o no tanto como recordamos y/o recreamos, ¿acaso antes había vacaciones en el sentido que tuvo esa palabra? ¿O las hemos recreado, formateado, tal como solemos hacer? Ahora hay tantos saraos y tantos perros ladrando a la vez que no hay forma de pensar un minuto. No sobra tiempo, acaso falta más de lo que sobra, aunque a veces o siempre los extremismos se anudan y se forma un bucle y de todo sobra. Y por eso o viceversa queremos hacer tantas cosas, eso sí que está medio casi demostrado: que hacemos o queremos hacer más cosas que antes. Aunque tampoco quizá nunca lo sabremos puesto que al estar tan ocupados queriendo hacer tantas tareas no hay forma de comparar o valorar antes y ahora. Pero es por la propia premura y también por las aprensiones y las confusiones: una expresión preciosa esa de "ay cuántas confusiones tienes", queriendo decir más o menos ilusiones o anhelos. El caso es que la lista de tareas crece por arriba, por abajo ¡y por en medio! Aún no ha acabado julio y ya estamos en septiembre, agendas en llamas, vibraciones telúricas, terrores íntimos, caída de la nube... ¡garrampas! Influye acaso el apretujamiento de la historia, la velocidad de las grandes sacudidas, colisiones de bloques sistémicos, crujidos repentinos, tremendas declaraciones, violencias, guerras. Y esa urgencia por hacer tanto en… un día, ¡hoy! Y mañana, más. Así pues, declaro este minuto vacío. Bueno, mejor este segundo.

(Puede consultar aquí todos los artículos escritos por Mariano Gistaín en HERALDO)

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión